WandaVision. Director: Matt Shakman.
Protagonistas: Elizabeth Olsen (Wanda Maximoff / Bruja Escarlata), Paul Bettany
(Vision), Kathryn Hahn (Agnes / Agatha Harkness), Teyonah Parris (Monica
Rambeau), Randall Park (Jimmy Woo), Kat Dennings (Darcy Lewis), Evan Peters
(Pietro Maximoff / Quicksilver), Julian Hilliard (Billy Maximoff) y Jett Klyne
(Tommy Maximoff) y Josh Stamberg (Tyler Hayward), entre otros. Guionistas:
Jac Schaeffer, Gretchen Enders, Megan McDonnell, Bobak
Esfarjani, Peter Cameron, Mackenzie Dohr, Chuck Hayward, Cameron Squires, Laura
Donney y Jac Schaeffer, basados en personajes y situaciones creadas y
desarrolladas por Stan Lee, Jack Kirby, Roy Thomas, John Buscema y John Byrne,
entre otros, para los cómics de Marvel. Desarrollador televisivo: Jac Schaeffer.
Productor ejecutivo: Kevin Feige. Marvel Studios. EE.UU., 2021. Estreno en la
Argentina: Disponible en Disney+ desde el 15 de enero de 2021.
Efecto no buscado de la pandemia. WandaVision estaba pensada para
funcionar como tercer eslabón de la Fase 4 del Universo Cinematográfico Marvel
(UCM), después del largometraje de Black Widow y la serie Falcon y el Soldado del Invierno. Pero el COVID-19 quiso otra cosa y a los Brangelina
marvelitas les tocó abrir el juego. Por suerte, digo yo, porque estos nueve episodios son de lo mejor que el UCM ha logrado presentar en sus más de diez
años de existencia.
De entrada, sabemos que hay algo que está
mal. Muy mal. Vision murió en Avengers: Infinity War y, sin que nadie haya establecido lo opuesto, continúa finado.
Aunque ande a sus anchas por la ciudad de Westview, viviendo una vida idílica
al lado de su querida esposa, yendo todos los días a su rutinario trabajo y, de
golpe y porrazo, graduándose de padre de dos mellizos con muchos poderes y
crecimiento acelerado. Hay gato (negro) encerrado, obvio. Pero lo bueno es que
(hasta el final) no sabremos quién es el encargado de mover estos siniestros
hilos. ¿La propia Wanda, que hace lo que puede para tramitar su duelo? ¿Agnes,
la vecinita de enfrente que, de tan buena, no puede ser otra cosa que una bruja
malvada? ¿El turro a cargo de S.W.O.R.D., esa agencia no gubernamental con
agendas secretas e inconfesables? ¿Todos? ¿Ninguno?
El camino a la verdad estará jalonado de trampas,
de preguntas inquietantes y respuestas emocionalmente demoledoras, con
disquisiciones filosóficas que debaten las naturalezas de la vida real y la
vida artificial. En el mientrastanto, se bajan algunas de las cartas que Marvel
aprendió a repartir con el máximo impacto. El recupero de dos queribles
secundones, Jimmy Woo y Darcy Lewis (vistos por última vez en Ant-Man and the Wasp y Thor: Un mundo oscuro), reformateados a
la usanza del combo detectivesco a cargo de los X-Files, que se van pidiendo a gritos su propio programa. El
empoderamiento de las figuras femeninas, en especial la de Wanda y la de Monica
Rambeau (la niñita de Capitana Marvel,
aquí una mujer hecha y derecha), que dejan entrever los rumbos a tomar en el
futuro por las películas Doctor Strange
and the Multiverse of Madness y The
Marvels, así como la serie Secret
Invasion, todo a estrenarse en algún momento del año que viene.
Y ahora vayamos a lo más poderoso, lo más
interesante, lo más logrado. Lo que de verdad marca diferencia. Ya lo habían
hecho antes, es cierto, pero nunca como acá. Nunca tan bien. Nunca tan
fundacional, orgánico y funcional. Nunca tan identitario. WandaVision es la metaficción elevada a la categoría de arte. Y si
te gusta la metaficción tanto como a mí, esta serie es lo más parecido al
paraíso que el UCM tiene para ofrecer. Por dos razones principales: El poder
para generar expectativas cada vez más grandes, resolviéndolas sin darte el
gusto pero sin dejarte sabor amargo en la boca. Y la capacidad de explotar la
nostalgia en el punto justo que requiere la empatía para potenciar sus efectos.
De entrada nomás, el combo homenaje y
referencial a la historia de la sitcom
estadounidense. Justificando las formas desde los contenidos, del blanco y
negro al color, haciendo avanzar la narración mientras analiza los cambios que
el tiempo ha ido sedimentando sobre el tradicional formato. Yendo de los ’50 a
los 2000, sin repetir y sin soplar: Yo
quiero a Lucy (capítulo grabado en vivo, con público en el estudio), El show de Dick Van Dyke, Hechizada (utilizando parte de su
decorado original), The Brady Bunch, Full House (donde saltaron a la fama Mary-Kate
y Ashley Olsen, hermanas de Elizabeth Wanda
Olsen), Modern Family. Un festín para
los sentidos. Y el golpe de gracia, la cereza del postre, la jugada de jaque
mate que nadie esperaba. El diálogo, dentro y fuera del streaming, entre el UCM
y el universo mutante de Fox. Un puente construido sobre el cuerpo de Evan
Peters, el Pietro Maximoff / Quicksilver de las últimas tres entregas de la
saga de los X-Men de Fox (Días del futuro pasado, Apocalipsis y Dark Phoenix), ocupando el lugar que,
por lógica, le hubiera tocado a Aaron Taylor-Johnson, el Quicksilver del UCM.
Sin dudas, WandaVision es el proyecto más arriesgado, innovador y complejo de
un mosaico que tiende a aferrarse a sus zonas de confort, yendo a lo seguro y apostando
a mejorar aquello que, sabe, le queda bien. Incluso, muy bien. Pero por este
camino, al menos para mí, le sale mejor.
Fernando Ariel García
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