Bueno, después de tanto manoseo mediático (aquí, allá y en todas partes), finalmente pude echar mano a sendos ejemplares de las revistas que volvieron a poner al cómic norteamericano en la agenda informativa del mundo globalizado. Me refiero, puntualmente, a Astonishing X-Men Nº 51 y Earth 2 Nº 2, de Marvel y DC respectivamente, los números dedicados al primer casamiento gay en el universo mutante oriundo del papel impreso y reconvertido en exitosa licencia cinematográfica; y a la salida del armario de Linterna Verde, que tantos planteos levantaron alrededor de la identidad sexual de los superhéroes.
Alan Scott (Linterna Verde) sale del armario
El primer matrimonio gay del Universo Marvel
La verdad es que esperaba otra cosa. No lo digo a nivel argumental o artístico, ya que ambas revistas son fieles exponentes de lo que vienen siendo y de aquello que se proponen ser. Tan buenas o tan malas como queramos verlas. El interés generalizado que despertaron no pasó (ni pasará) por la calidad de su relato, sino por la temática abordada. Y ahí es donde me hacen ruido, tal vez porque no pueda dejar de verlas como efectivas movidas de marketing, sobre todo después de las palabras de Obama en apoyo al matrimonio igualitario (legal en Nueva York desde el 24 de julio del año pasado) y el éxito inesperado que obtuvo Life with Archie Nº 16, en enero de 2012, al presentar el primer casamiento homosexual de la historieta norteamericana. Para quienes no estén al tanto de cómo funciona el mercado estadounidense, alcanza con decir que (a grandes rasgos), el mismo está dividió en dos: Las librerías especializadas y lo que nosotros llamaríamos kioscos, aunque no sean exactamente iguales a los de por aquí. Históricamente, la línea de cómics de Archie es un gran éxito de ventas en los kioscos y un voluntarista acto de presencia en las comiquerías. Salvo el Life with Archie Nº 16, que se convirtió en una de las revistas más vendidas del mes en ambos circuitos comerciales. Un dato que las dos grandes compañías del mercado, Marvel y DC, no podían pasar por alto.
La “conservadora” Archie le ganó de mano a las “progresistas” DC y Marvel
Volvamos a los superhéroes. No quiero hablar de oportunidades perdidas, porque todas aquellas iniciativas tendientes a instalar en la sociedad debates pendientes relacionados con los derechos humanos y la libertad de elección de las personas es siempre bienvenido; pero sí me parece que estamos frente a un caso (o dos) de oportunidades desaprovechadas. Más aún en el caso de los X-Men, que siempre han sido vistos como metáfora de las comunidades perseguidas, estigmatizadas y/o marginalizadas. Si bien Astonishing X-Men dedica el grueso de sus páginas al casamiento entre el mutante Northstar y el humano Kyle Jinadu, todo (hasta las mínimas discrepancias con su entorno) aparece recubierto de una pátina romántica al más puro estilo cuento de hadas, donde bien está lo que bien termina. Un abordaje superficial que deja fuera gran parte de la historia (ficticia y real) de Northstar, el primer superhéroe de Marvel en asumir públicamente su homosexualidad. Faltan las referencias (textuales y metatextuales) que enlacen la biografía ficticia del personaje con la lucha por los derechos civiles llevada adelante por la comunidad gay.
El momento de la verdad
Miembro del equipo superheroico Alpha Flight primero; y de los X-Men después, Northstar (alter ego de Jean-Paul Beaubier) fue pensado y desarrollado por su creador, John Byrne, como homosexual. La política conservadora de Marvel en aquel lejano 1983 le prohibió al autor hacer referencias explícitas a esta condición, prohibida por la editorial y castigada por el código de censura (o autocensura) que regía la publicación de historietas: El famoso Comic Code Authority gestado en pleno macartismo. Padre adoptivo de una niña con Sida que falleció al poco tiempo, Northstar hizo pública su elección sexual en 1996, en un número de Alpha Flight que le costó el puesto al guionista y la desaparición de toda mención a su sexualidad en las futuras apariciones del personaje. Hasta 2009, en que regresó para formar parte de los X-Men, revalidando su identidad al estar en pareja con Kyle. A menos que se trate del bagaje aportado por un lector veterano y fanático de la franquicia, este contexto que revaloriza aquello que se está leyendo, no está presente en este número tan particular. Sí está, en cambio, la figura de Michael Bloomberg, alcalde de Nueva York, ciudad que invirtió publicitariamente en este ejemplar con una página promocional de la Gran Manzana como destino ideal para bodas gay y hetero.
En la primera viñeta, Iceman enfría la bebida de Michael Bloomberg, alcalde de Nueva York
Página publicitaria del Gobierno de Nueva York, pautada en Astonishing X-Men Nº 51
Lo de DC es todavía peor. La salida del armario de Linterna Verde fue descaradamente utilizada para promover las ventas de un ejemplar donde la identidad sexual del personaje resulta meramente anecdótica. Además, se jugó con la popularidad del nombre de un personaje/licencia, recientemente adaptado al cine, para generar atención e interés sobre una figura que no es la que todos piensan que es. Aclaremos un poco. En el universo superheroico de DC, los Linternas Verdes se cuentan por millones. Especie de cuerpo de policía intergaláctica, su máximo representante es Hal Jordan, el Linterna Verde de la película y el más famoso de los cómics. Alan Scott, el Linterna Verde gay, comparte su nombre con el Linterna Verde original, el primero de todos, creado en 1940 pero que nunca llegó a gozar del nivel de reconocimiento popular que alcanzó Hal Jordan, creado en 1959. Sin decir toda la verdad (base de toda estafa), DC logró un nivel de repercusión por fuera del mundillo comiquero, que no hubiera alcanzado de otra manera.
Alan Scott le propone casamiento a su novio, pero todo hace prever que quedará viudo antes de llegar al altar
Como en X-Men, el caso de Linterna Verde deja fuera (hasta ahora, al menos) gran parte de la historia del personaje, que hubiera sido interesante revisitar bajo esta nueva óptica. Es cierto que la premisa argumental de Earth 2 se centra en la aparición de nuevos superhéroes en una tierra paralela donde Superman, Batman y la Mujer Maravilla llevan cinco años de muertos, en un universo ficticio que arrancó de cero (por millonésima vez) a fines del año pasado. Y en esta Tierra 2 que se ve amenazada por un peligro desconocido que podría acabarlo todo, una nueva generación de paladines se va forjando frente a los ojos del lector. El origen de este nuevo Linterna Verde queda para el próximo número, pero todo hace prever que este Alan Scott, CEO de una megaempresa multimedia de noticias, poco tendrá que ver con el original Alan Scott, heterosexual, casado en dos oportunidades y padre de dos hijos, uno de ellos homosexual.
¿Vivirán felices y comerán perdices?
Reducir el enfoque gay/lésbico/trans a la genitalidad de las prácticas sexuales es menospreciar la complejidad y riqueza de la identidad de un colectivo que, desde hace mucho tiempo, viene luchando por el pleno ejercicio de sus derechos. Reconociendo su existencia sin modificar los niveles de desigualdad que se han generado, sólo se logra reproducir el círculo formal de la discriminación. Lo de Marvel y DC no es otra cosa que la apropiación de una temática por motivos comerciales, la asunción de la postura políticamente correcta del “no discriminador”, amigo de un judío o un negro. O un puto, llegado el caso.
Astonishing X-Men Nº 51. Guión: Marjorie Liu. Dibujos: Mike Perkins. Tintas: Mike Perkins y Andrew Hennessy. Color: Andy Troy, Jim Charalampidis y Rachelle Rosenberg. Portadas: Dustin Weaver y Marko Djurdjevic. Editor: Axel Alonso. 32 páginas a todo color. Marvel. ISSN: 7 59606-05543-2. EE.UU., agosto de 2012.
Earth 2 Nº 2. Guión: James Robinson. Dibujos: Nicola Scott. Tintas: Trevor Scott. Color: Alex Sinclair y Pete Pantazis. Portada: Ivan Reis, Joe Prado y Rod Reis. Editor: PatMcCallum. 32 páginas a todo color. DC Comics. ISSN: 7-61941-31001-5. EE.UU., agosto de 2012.