Harry
Potter and the Cursed Child.
Director: John
Tiffany. Protagonistas: Steve Haggard (Harry Potter), Cara Ricketts
(Hermione Granger), Daniel Fredrick (Ron Weasley),
Angela Reed (Ginny Potter), Aaron Bartz (Draco Malfoy), Joel Meyers
(Albus Potter), Erik Christopher Peterson (Scorpius Malfoy), Maya
Jerome Thomas (Rose Granger-Weasley), Jane Bruce (Delphi Diggori) y
Edward
James Hyland (Amos Diggory / Albus Dumbledore), entre
otros. Guionista:
Jack
Thorne, sobre una historia escrita por J.K. Rowling, Jack Thorne y
John Tiffany. Basado en personajes y situaciones creadas por J.K.
Rowling. Magia
e ilusiones: Jamie Harrison. Música: Imogen Heap. Harry Potter
Theatrical Productions. Reino Unido, 2016. Estreno
en EE.UU.:
16
de marzo
de 2018.
Funciones:
Lyric Theatre, de martes a domingos a las 19 hs.
Si
no sos fanático de Harry Potter (como yo), si no leíste los libros
ni viste ninguna de las películas basadas en la exitosa saga (como
yo), no hay problema. Harry Potter and the Cursed Child te brinda
toda la información necesaria para que entiendas cuándo y de qué
va lo que pasa en escena. No sea cosa de que te pierdas entre los
saltos temporales y los cambios multiversales por los que va a
transcurrir la trama principal.
Si
sos fanático de Harry Potter (como mi hija), si leíste los libros y
viste todas las películas basadas en la exitosa saga, más de una
vez (como el 99% de los presentes en el repleto Lyric Theatre de
Times Square), la obra de teatro está pensada y ejecutada al
milímetro para tu placer, asombro y felicidad. No vas a descubrir
nada nuevo, pero vas a revalidar tu fanatismo con más pasión y
entrega que antes.
Si
estás pendiente de la cronología interna de la saga
(como
la pareja que estaba sentada al lado mío y no paraba de discutir
las convergencias y divergencias con el material canónico), vas a
tener por delante tres horas y media (sin contar el intervalo) llenas
de desafíos.
Casi veinte años después del último libro / film, ¿la
vida del Harry Potter adulto se condice (o no) con los
comportamientos anteriores? Los cambios raciales y/o de elección
sexual en personajes clave, ¿suman o restan? Las modificaciones
argumentales post-pandemia, ¿enriquecieron
o empobrecieron el
resultado final?
Si
te
gusta el teatro (como a mi), la
noche
terminará siendo una experiencia descojonante, al decir español. No tanto por el texto,
sino por la puesta. Completamente inmersiva, toda la sala juega su
rol en diferentes momentos, obligando al espectador a retirar la
vista del escenario para seguir las distintas instancias de la
acción. Pero son los efectos visuales los que se roban todo el
protagonismo. Resueltos mediante técnicas físicas, mecánicas y
proyecciones audiovisuales, lo más impactante corre por el asombroso carril del
teatro negro, la acrobacia y la interacción de humanos y
animatrónicos.
Lo que se ve es tan intenso y está tanto (o más logrado) que el
prodigio digital
al que nos acostumbró el cine. Sin necesidad de suspender la
credibilidad, Harry
Potter and the Cursed Child demuestra
que la magia existe. Y la comparte con su público.
Fernando
Ariel García