El seductor. Directora: Sofia Coppola. Protagonistas: Colin Farrell, Nicole Kidman, Kirsten Dunst, Elle Fanning, Oona Laurence, Angourie Rice, Addison Riecke y Emma Howard, entre otros. Guión: Sofia Coppola, basado en el guión cinematográfico de El engaño (1971), de Albert Maltz e Irene Kamp, sobre la novela The Beguiled de Thomas Cullinan. American Zoetrope / FR Productions. EE.UU., 2017. Estreno en la Argentina: 26 de octubre de 2017.
Gótico sureño. Así se llama al subgénero literario estadounidense con serias fijaciones alrededor de lo monstruoso, entendido como la resultante del cruce entre la melancolía, la soledad interna y un entorno donde mandan el verde mustio, el gris y la niebla. La sensación de extrañeza elevada a la categoría de arte. Una dosis de horror que prescinde de lo sobrenatural porque le alcanza y le sobra con la exploración de la naturaleza humana.
Estamos en el condado de Virginia, en 1864, con los cañonazos postreros de la Guerra de Secesión sonando como asordinado telón de fondo. En la enorme casona que funciona como escuela de señoritas para las futuras damas sureñas, conviven cuatro niñas vírgenes, una adolescente en llamas y dos adultas algo quemadas. Solas y abandonadas. En tensa armonía hasta que aparece un soldado del norte. Se trata, obviamente, de un enemigo. De un enemigo herido. Pero, sobre todas las cosas, de un hombre.
¿Juego del gato y las ratoncitas? ¿Juego de las gatas y el ratoncito? La oscuridad que se esconde tras las rosas rococó rosadas es el anuncio del martirio. La exploración del deseo sexual femenino (desde el despertar hasta la supresión, pasando por la concreción y la represión) revienta el imaginario pacientemente construido sobre la culpa que sermonea el deber cristiano. En esta alegoría religiosa, la atracción del opuesto es proporcional al peso de la tentación y a los costos de morder la manzana.
En El seductor (The Beguiled), todos seducen y se dejan seducir. Todos engañan y se dejan engañar. Lo que se vive entre esas paredes algo mustias es una doliente puesta en escena. La procesión real va por dentro. Y cuando caigan las máscaras, la violencia se esparcirá como reguero de pólvora, dinamitando los cimientos de la convivencia. Dejando a un costado sus civilizadas pieles de cordero, los lobos se atacarán a dentelladas secas y calientes, que es cómo se logra sobrevivir en cualquier guerra.
Más que una remake de la película El engaño (1971), dirigida por Don Siegel y protagonizada por un joven Clint Eastwood, El seductor de Sofia Coppola es una reescritura de la trama original (basada en una novela de Thomas Cullinan) desde una moderna perspectiva de género, donde la mirada es el detonante para abordar la tramitación de las pérdidas en las diferentes etapas del desarrollo madurativo femenino. Instancias que nos hablan de brutales castraciones físicas y emocionales, nacidas con la pérdida de la inocencia y llevadas al paroxismo con la pérdida de la juventud. Arrebatos de una femineidad sensual y salvaje, bucólica y tenebrosa. Siempre al mando, siempre agazapada, a la espera del zarpazo decisivo y final.
Fernando Ariel García