Stranger Things - Temporada 4 (vol. 2). Directores:
Los hermanos Duffer. Protagonistas: Winona Ryder, David Harbour, Finn Wolfhard,
Millie Bobby Brown, Gaten Matarazzo, Caleb McLaughlin, Noah Schnapp, Sadie
Sink, Natalia Dyer, Charlie Heaton, Joe Keery, Maya Hawke, Priah Ferguson, Cara
Buono, Brett Gelman, Paul Reiser, Eduardo Franco, Joseph Quinn, Jamie Campbell
Bower, Joe Chrest, Matthew Modine, Tom Wlaschiha y Sherman Augustus, entre
otros. Guionistas: Los hermanos Duffer. 21 Laps Entertainment / Monkey
Massacre. EE.UU., 2022. Estreno en la Argentina: Disponible en Netflix desde el
1º de julio de 2022.
Cuatro horas para dos episodios. Mucha
acción, adrenalina a tope. Idas y vueltas argumentales, encuentros y reencuentros,
confesiones que sabíamos todos menos los personajes. Gritos, llantos,
explosiones, sangre, muertes (no sé si tan) sorpresivas. Nivel de producción
hollywoodense, ritmo algo frenético y un montaje que te dejaba pegado al
sillón. Y, como si todo esto fuera poco, la misma espada que Schwarzenegger
levantó en Conan el bárbaro.
Aun así, creo que estos dos últimos
episodios de la cuarta temporada de Stranger Things hubieran funcionado (mucho)
mejor como los dos primeros de la quinta. ¿Por qué? Principalmente, porque no
hay ninguna revelación que sacuda las perspectivas de lo que estamos viendo,
como sí ocurrió en el volumen 1. Aquí, a pesar de los altos momentos emotivos
que alcanzan los hermanos Duffer, todo me sonó a ratificación de lo ya contado,
a mera reafirmación de lo ya explorado. Bonito, interesante e intenso, pero
redundante. El anticlímax perfecto.
Lo de Once y Vecna funciona (y cómo), pero
no suma ni profundiza la trama. La esperada reunión de los protagonistas cumple
con todos los protocolos, pero no dignifica algunas de las historias paralelas
que les tocaron en el reparto. La carta musical de Metallica está muy bien
jugada, pero queda deslucida tras el pico narrativo que se había alcanzado con Kate
Bush. Tal vez, las expectativas generadas por el final del volumen 1 dejaron la
vara demasiado alta, sobre todo para un cierre estructurado como transición
hacia el desenlace definitivo.
Habrá que confiar en los hermanos Duffer;
y ver qué hacen con el abultado crédito que lograron amarrocar. Dicen que saben
hacia dónde van; y que sólo nos resta presenciar el efecto dominó de las fichas
que empezaron a caer y levantar velocidad. Terminado el principio, e
incapaces de volver atrás, sólo les queda avanzar hacia el final. Esperemos
que, en la última vuelta, no se pongan la Ferrari de sombrero.
Fernando Ariel García