miércoles, 19 de octubre de 2022

BLACK ADAM: PROMESA DE UNA SECUELA ALGO MÁS EXCITANTE

Black Adam. Director: Jaume Collet-Serra. Protagonistas: Dwayne Johnson (Teth-Adam / Black Adam), Aldis Hodge (Carter Hall / Hawkman), Noah Centineo (Albert Rothstein / Atom Smasher), Quintessa Swindell (Maxine Hunkel / Cyclone), Pierce Brosnan (Kent Nelson / Doctor Fate), Sarah Shahi (Adrianna Tomaz), Marwan Kenzari (Ishmael Gregor / Sabbac), Bodhi Sabongui (Amon Tomaz) y Mohammed Amer (Karim), entre otros. Participación especial de Viola Davis (Amanda Waller), Jennifer Holland (Emilia Harcourt), Henry Winkler (Tío Al) y Djimon Hounsou (Shazam). Guionistas: Adam Sztykiel, Rory Haines y Sohrab Noshirvani, basado en personajes y situaciones creados por Bill Parker, C.C. Beck, Al Carreno, Otto Binder, Gardner Fox, Howard Sherman, Dennis Neville, Roy Thomas, Jerry Ordway, Marc Richards, Judd Winick, Tom Raney, Mark Waid, Alex Ross, Sheldon Mayer, Geoff Johns, Grant Morrison, Greg Rucka, Mark Waid, Keith Giffen, Drew Johnson, John Ostrander, Len Wein, John Byrne, Rob Williams, Jack Kirby y Jim Lee, entre otros, para los cómics de DC. New Line Cinema / DC Films / Seven Bucks Productions / FlynnPictureCo. EE.UU., 2022. Estreno en la Argentina: 20 de octubre de 2022.


Antes de ver la película, sólo tenía la pregunta. Si Black Adam está realizada para funcionar como relanzamiento del Universo Extendido de DC, cuenta con la presentación de un nuevo superhéroe y un nuevo supergrupo, presenta ligazones con la saga de Shazam (cuyo segundo film se estrenará el año que viene) y el Escuadrón Suicida, ¿por qué basa gran parte de su campaña promocional en la supuesta escena post-créditos que recuperaría al Superman de Henry Cavill para el séptimo arte? ¿Un puñado de minutos anecdóticos (cuya existencia no niego ni confirmo) puede tener más peso que toda la trama de un tanque hollywoodense?


Después de ver la película, ya tengo la respuesta. Porque, lamentablemente, Black Adam no tiene para ofrecer más que la probable promesa de una secuela algo más excitante que su debut cinematográfico. El arribo de la megaestrella Dwayne Johnson a DC es visualmente impactante y hasta entretenido de ver, pero carece de historia y de ideas. No es más que una laaarga sucesión de peleas y persecuciones; y repite la estructura narrativa de Shazam, quitándole la pátina de comicidad infantiloide para reempalzarla por caras con síntomas de estreñimiento previo al estallido de violencia sanguinolenta. Y una bajada antiimperialista tan inesperada como bien recibida.


Las puntas que había adelantado la precuela en cómic son las que instalarán la figura de Black Adam, dejando asentado que aquello que los EE.UU. entienden como villanía, para los nativos de Kahndaq (ficticio país de Oriente Medio) es sólo otra forma de hacer Justicia, más emparentada con el antiheroismo que definirá la naturaleza y el lugar del protagonista en el Universo DC. Después, sólo queda lugar para que Pierce Brosnan la rompa como el Dr. Fate; y la repetida sensación de haber visto antes lo que estamos viendo ahora, en DC, en Marvel, en Indiana Jones y en cualquier otra película de acción que se estrenan como chorizos. No hace falta quedarse hasta el final, la escena entre créditos es la última.  
Fernando Ariel García

martes, 18 de octubre de 2022

ÁMSTERDAM: MENOR QUE LA SUMATORIA DE LAS PARTES

Ámsterdam. Director: David O. Russell. Protagonistas: Christian Bale, Margot Robbie, John David Washington, Chris Rock, Anya Taylor-Joy, Zoe Saldaña, Mike Myers, Michael Shannon, Timothy Olyphant, Andrea Riseborough, Taylor Swift, Matthias Schoenaerts y Alessandro Nivola, con Rami Malek y Robert De Niro. Guionista: David O. Russell. Regency Enterprises / New Regency / DreamCrew / Keep Your Head / Corazón Hayagriva. EE.UU. / Canadá, 2022. Estreno en la Argentina: 6 de octubre de 2022.


A priori, Ámsterdam (Amsterdam) tiene todo lo que se supone debe tener una película que será una gran película. Una (muy) buena idea, un reparto realmente espectacular (está De Niro, no jodamos), una producción de la hostia; una estética hipnótica, la mezcla de ficción y hechos verídicos; y la promesa de un balanceado maridaje entre el thriller político, la comedia de enredos, el melodrama romántico y la sátira social. ¿Por qué, entonces, el resultado final ni siquiera llega al de un fiasco entretenido? Principalmente, porque la fusión tan mentada no funciona. Las cosas no fluyen naturalmente entre los géneros; y aunque los actores y los técnicos se pelan el tujes para llegar a buen puerto, la película naufraga a poco de zarpar.


Mucho tiene que ver, supongo, el director: David O. Russell. Un tipo calificado de ególatra iconoclasta y caprichoso, incapaz de sostener el interés por la narrativa que intenta construir. No lo ayuda el hecho de que la trama de mayor peso, relacionada con el auge del fascismo que se venía dando, internacionalmente, en los años de entreguerra en que transcurre el film, sea una conspiración que se ve venir a paso redoblado desde que se la insinúa argumentalmente. Ni que los saltos espacio-temporales entre la Ámsterdam del título y los EE.UU. del complot, estén atados con alambres y metidos con fórceps.


Por partes, Ámsterdam funciona mucho mejor. Podría haber sido un policial negro de época, con un crimen político que hunde los pies en el barro del espionaje. Un drama romántico cuasi-victoriano, con una pareja de tres que nace en las trincheras de la Primera Guerra Mundial y florece en la libertad de la Europa entregada al exorcismo del horror a través de los excesos artísticos, amorosos y surrealistas. El retrato deforme de una alta sociedad excéntrica y (multi)millonaria, tóxica e inmoral, carcomida por la ambición desmedida y capaces de todo por adueñarse de todo y un poco más. La misma ambición que, lamentablemente, pareciera haber movido a Russell detrás de cámara. Apostando a todo o nada, esta vez le salió nada. O un todo mucho menor que la sumatoria de sus partes.   
Fernando Ariel García

BLACK ADAM: PREPARANDO EL TERRENO

Black Adam - The Justice Society Files: Hawkman. Guiones: Cavan Scott, Bryan Q. Miller. Dibujos: Scot Eaton, Marco Santucci. Tintas: Norm Rapmund, Marco Santucci. Color: Andrew Dalhouse, Michael Atiyeh. Letras: Rob Leigh. Portada: Kaare Andrews. Editor: Michael McAlister. DC Comics. EE.UU., septiembre de 2022.


Black Adam - The Justice Society Files: Cyclone. Guiones: Cavan Scott, Bryan Q. Miller. Arte: María Laura Sanapo, Marco Santucci. Color: Arif Prianto, Michael Atiyeh. Letras: Becca Carey, Rob Leigh. Portada: Kaare Andrews. Editor: Michael McAlister. DC Comics. EE.UU., octubre de 2022.


Black Adam - The Justice Society Files: Atom Smasher. Guiones: Cavan Scott, Bryan Q. Miller. Arte: Travis Mercer, Marco Santucci. Color: John Kalisz, Michael Atiyeh. Letras: Rob Leigh. Portada: Kaare Andrews. Editor: Michael McAlister. DC Comics. EE.UU., noviembre de 2022.


Black Adam - The Justice Society Files: Dr. Fate. Guiones: Cavan Scott, Bryan Q. Miller. Arte: Jesús Merino, Marco Santucci. Color: Ulises Arreola, Michael Atiyeh. Letras: Rob Leigh. Portada: Kaare Andrews. Editor: Michael McAlister. DC Comics. EE.UU., diciembre de 2022.


El tiempo pasa y nos vamos poniendo más viejos que tecnos. Desde que tengo memoria, todo tanque hollywoodense venía con su adaptación al cómic debajo del brazo. Algo lógico, si lo que se buscaba era perpetuar la experiencia en épocas en que no existían ni el streaming ni internet ni el DVD ni el VCR. La película había que verla en el cine (tardaba años en llegar a la televisión) o leerla en historieta. Ahora, que los films están al alcance de un click, la versión en viñetas dejó de tener su razón de ser. Y como los negocios no se cierran sino que se aggiornan, la industria encontró en el terreno de las precuelas gráficas la forma contemporánea de ese clásico y querido producto derivado.


De a poco, el Universo Extendido de DC ha comenzado a explotar el yeite de manera más armoniosa y acabada. Empezó tímidamente con El Hombre de Acero, se animó un poquito con Mujer Maravilla 1984 y ahora se la juega a ganador con The Flash: The Fastest Man Alive y los cuatro números de esta miniserie, Black Adam: The Justice Society Files, que pretende funcionar como introducción visual y temática a la superproducción protagonizada por Dwayne Johnson, Black Adam, que se estrena en la Argentina este jueves.


Las cosas, de todas formas, hay que decirlas como son. Hasta ahora, ninguna de estas precuelas ha sido de imprescindible lectura antes de ir al cine. Y está bien que así sea. Se supone que toda película debe sostenerse por sí misma, explicando todo lo que sea necesario explicar para su completo entendimiento y disfrute. Así que, si en estas páginas pasa algo realmente relevante para la trama fílmica, seguro estará incluido en la gran pantalla, tornando innecesario su abordaje. Y como en los casos anteriores, el problema de la miniserie no es que sea innecesaria, sino que se vuelva bastante aburrida, monótona y demasiado previsible.


A grandes rasgos, expone dos tramas paralelas que, obviamente, desembocarán en Black Adam, la película. La pata estadounidense de la aventura sigue la vuelta a la actividad de la Sociedad de la Justicia, un supergrupo que (queda establecido) ha tenido su momento de gloria en el pasado. De esos brillos sólo se mantienen activos Hawkman y el Doctor Fate, aunque hagan un mínimo acto de presencia un tal tío Al y una mujer que podría ser Abigail "Ma" Hunkel, a quienes los veteranos lectores de DC reconocerán como los originales Atom (aunque el film elija bautizarlo como el primer Atom Smasher) y Tornado Rojo. Por el accionar de Intergang, obsesionado con hacerse con un poderoso material arqueológico datado en el 2600 antes de Cristo, conocido como Eternium, sumado al augurio de la llegada de algo grande, sobrenatural y demoníaco, los héroes parcialmente retirados terminarán convocando a los recién llegados Albert Rothstein (sobrino de Al Pratt) y Maxine Hunkel, o Atom Smasher y Cyclone, respectivamente. Los cómics no cuentan los orígenes de los personajes, algo que (supongo) habrá que ver en el cine, pero sí exhibe sus características principales, sus traumas y problemáticas, la naturaleza de sus poderes y los efectos sociales de su uso.


Centrada en Kahndaq (nación ficticia de Oriente Medio), la pata internacional de la trama está subdividida en dos tiempos complementarios pero aún inconexos. El 2600 antes de Cristo, con Teth-Adam (futuro Black Adam) mostrándole a su familia y a los lectores cuán represor, dictatorial y violento es el régimen del Rey de turno. Y el presente, donde la profesora universitaria Adrianna Tomaz hace lo imposible para mantener a una estatua hecha de Eternium, fuera del alcance de Intergang. En el camino nos enteraremos que este Eternium guarda en su interior la capacidad (¿mágica?) de generar energía a escalas infinitas; y que su origen guardaría relación con un misterioso lugar sólo referido como Roca de la Eternidad.


Hasta acá lo anecdótico e intrascendente. Para tener acceso a lo que de verdad cuenta, habrá que esperar al jueves, a que se apaguen las luces de la sala cinematográfica. La respectiva crítica, sin spoilers, estará mañana. A esta misma hora (más o menos) y por la misma Bitácora.
Fernando Ariel García