Dog - Un viaje salvaje.
Directores: Channing Tatum y Reid Carolin. Protagonistas: Channing Tatum, Kevin
Nash, Bill Burr, Ethan Suplee y las perras pastoras belgas Britta, Zuza y Lana.
Guionistas: Reid Carolin, sobre una historia de Reid
Carolin y Brett Rodriguez. Metro-Goldwyn-Mayer / Free Association / FilmNation
Entertainment. EE.UU., 2022. Estreno en la Argentina: 23 de junio de 2022.
En 2017, Channing Tatum produjo el documental
War Dog: A Soldier’s Best Friend, para la cadena HBO. El film, dirigido por
Reid Carolin, abordaba la relación de hermandad que se gestaba entre los
soldados humanos y caninos destinados en Afganistán, durante la época de
combate y la vida civil posterior. Un
año después, Tatum hizo un largo viaje en auto con su perra Lulu, sabiendo que
ese sería el último tiempo que pasaría junto con su amada pitbull, enferma
terminal de cáncer.
Sedimentando ambas experiencias, en 2019 Tatum
y Carolin se abocaron al film Dog - Un viaje salvaje (Dog a secas, en el
original inglés), que por las consabidas razones pandémicas, vio demorado su
estreno comercial hasta este año. Inscripta en el género de la comedia
dramática, la película busca elaborar, en algo más de una hora y media, los
traumas que provoca la guerra en los hombres y los animales que la
protagonizan, la elaboración del luto y los valores emocionales y terapéuticos que
desencadena la amistad entre el ser humano y los perros. Ejes que aparecen
durante el metraje, aunque no siempre logren encadenarse narrativa y
discursivamente.
Tatum es un ex ranger del Ejército de los
EE.UU., aquejado por el estrés post-traumático de su experiencia personal en el
frente de combate. Buscando reinsertarse de alguna manera en el mundo laboral
aledaño a las bases militares, tendrá que hacerse cargo de cruzar medio
territorio de su país para que la perra soldado Lulu pueda estar presente en el
entierro de su anterior dueño. Lulu, que se ha vuelto muy agresiva a causa de
su entrenamiento y accionar en Afganistán, deberá ser sacrificada luego de la
ceremonia.
Así, aquello que arrancó como una amarga
reflexión sobre el costo emocional y la deshumanización de la guerra, las
dificultades para reencauzarse dentro de la cotidianeidad después de semejante
situación límite; y un interesante intento por deconstruir la islamofobia y el arcaico
machismo tóxico que caracterizó a las Fuerzas Armadas (no sólo) yanquis, termina
reconvertido en una estereotipada aventura de una típica y binaria pareja
despareja. Una película militarista, alejada del canon adrenalínico impuesto
por el cine de acción, que reivindica la cultura castrense, los usos y
costumbres con que los miembros de cada escuadrón buscan dotar de algún sentido
a sus vidas.
Fernando Ariel García
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