Vivir es fácil con los ojos cerrados. Director: David Trueba. Protagonistas: Javier Cámara, Natalia de Molina, Francesc Colomer, Jorge Sanz, Ariadna Gil, Ramán Fontserè y Rogelio Fernández, entre otros. Guionista: David Trueba. Música: Pat Metheny y Charlie Haden. Fernando Trueba Producciones Cinematográficas / TVE / Canal+ España / Audiovisual Aval SGR / ICO / ICAA. España, 2013. Parte de Espanoramas. Muestra de cine español, en el cine Gaumont (Av. Rivadavia 1637), con exhibiciones programadas para el 26 de febrero (19:00 horas) y el 4 de marzo (21:30 horas).
1966. John Lennon, atravesando un momento crítico de la historia de Los Beatles, pasa un tiempo en Almería, rodando la película How I Won the War bajo las órdenes de Richard Lester. Al enterarse, Juan Carrión Gañán, profesor de inglés en una escuela de Murcia, que enseña la lengua de Shakespeare con las letras del cuarteto de Liverpool, decide lanzarse a las rutas españolas con la loca empresa autoimpuesta de charlar con Lennon y pedirle alguna ayuda especial para sus clases, sin saber ni intuir que esa estrambótica idea cambiará radicalmente la forma de editar discos en el mundo entero.
Una gran historia de ficción que, sin dudas, alguien debería haber inventado si no fuera real. Porque así de inverosímil como suena, pasó. Y en base a esos hechos reales, David Trueba montó esta Vivir es fácil con los ojos cerrados (2013), íntima road-movie que el año pasado se alzó con los premios Goya a Mejor Película, Mejor Director, Mejor Actor Protagonista, Mejor Actriz Revelación, Mejor Guión Original y Mejor Música Original. Y que, al no haberse estrenado comercialmente en la Argentina, llega ahora a la Ciudad de Buenos Aires como uno de los platos fuertes de la muestra de cine español Espanoramas.
Cálida y esperanzadora mirada sobre las generaciones que cambiarán la historia de la península al romper con el miedo a los mandamientos sociales y culturales que el franquismo imponía con mano de hierro, Vivir es fácil con los ojos cerrados (título tomado de una línea de la canción Strawberry Fields Forever) suma al viaje del profesor idealista y comprometido (un enorme Javier Cámara, dueño de todos los registros de la humanidad sutil), la compañía de una veinteañera embarazada y de un rebelde adolescente, ambos en fuga de aquellos entornos conservadores que los ahogan y limitan.
Como toda historia de ruta, esta también es una metáfora para hablar del aprendizaje y el crecimiento, del amor y del despertar sexual, del dolor y de las pérdidas, de las frustraciones y de la capacidad de optar. Más allá de los puntos de partida y llegada de cada uno de los protagonistas, lo que cuenta aquí es la huella que deja el camino recorrido. El sueño de la libertad como semilla de la actual libertad para soñar. La vida, o aquello que nos pasa mientras estamos ocupados en otras cosas.
No es una película de Marvel, pero conviene quedarse hasta el final. Para dejarse envolver por la dulce melancolía de la música compuesta y tocada por Pat Metheny y Charlie Haden. Y para apreciar las dos escenas mínimas que cierran el filme, síntesis conceptual del embriagante destilado que nos hemos bebido; y demostración fáctica de que en las historias pequeñas anidan las grandes obras. Una verdadera gozada.
Fernando Ariel García
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