Yuku
y la flor del Himalaya. Director: Arnaud Demuynck y Rémi Durin.
Voces (en francés): Lily
Demuynck-Deydier (Yuku), Agnès Jaoui (la Zorra), Arno (la Rata), Tom
November (El Lobo), Alice On The Roof (el Conejo), Igor Van Dessel
(la Ardilla), Carine Seront (la Abuela), Thierry De Coster (el Gato),
Maia Baran (Mamá Ratona), Martin Spinhayer (el Cuervo), Lou
Durin, Manon Durin y Elisabeth Langlois-Bekaert (ratoncitos).
Guionista: Arnaud
Demuynck. Música: Alexandre
Brouillard, David Rémy y Yan Volsy. Vivement lundi! / Nadasdy Film /
Les Films du Nord / Artémis Productions / La
Boîte... Productions. Bélgica
/ Francia / Suiza, 2022. Estreno en la Argentina: 11 de julio de
2024.
Olvídense
del hiperrealismo al
que nos tienen acostumbrados
las producciones
de Pixar, Disney o Illumination; y también de esa estética 3D que,
con mejores o peores resultados, hemos visto en el cine de animación
argentino, español, chino, ruso, francés o de cualquier otra
nacionalidad. La delicada Yuku y la flor del Himalaya (Yuku
et la fleur de l´Himalaya) propone estética y sensaciones
distintas. Más que una película, lo que vamos a ver durante poco
más de una hora es un libro ilustrado de
gran tamaño,
de esos que tanto nos gustan leerles a nuestros hijos, poco
antes de apagar la luz para que duerman tranquilos.
El
film
es un cuento
iniciático lleno de color, música y fantasía, con
diseño elegante y refinado, expresado
en cálidos
tonos pasteles y una
dinámica
narrativa
tan calma
como
serena. Se
nota que
está puntualmente
dirigido
a la platea más pequeña; y
esto
significa que, a ojos adolescentes y adultos, la estructura terminará
sintiéndose demasiado
cuadrada y reiterativa, con la presentación de un personaje o
situación específica que
desembocará, irremediablemente,
en
una canción alegre
y bienintencionada al
son del ukelele.
Que,
a veces, produce un rutinario efecto de cansancio que, de seguro, no
estaba en los planes de los directores Arnaud
Demuynck y Rémi Durin.
No
sé si el tema y los destinatarios necesitaban
este tipo de tratamiento, pero lo cierto es Yuku… abrazó esta
opción y, por lo tanto, hay que evaluarla por lo que ofrece y no por
aquello que podría haber sido. Apoyada
en la tradición del relato oral, la
película aborda el trámite del duelo infantil ante la partida de un
ser querido, desdramatizando la idea de la muerte como hecho
traumático y final, que también lo es. Entendiendo que el fin de la
vida forma parte de la vida, trabaja la metáfora de la flor del
título como camino de inclusión al descubrimiento y la pérdida, la
alegría y la tristeza, el
relevo y la memoria, la amistad y la solidaridad, la asunción del
riesgo y el coraje necesarios para abrazar
la despedida, sin enterrar
la inocencia y el amor.
Fernando
Ariel García
No hay comentarios:
Publicar un comentario