Venom:
Carnage liberado.
Director: Andy
Serkis. Protagonistas: Tom Hardy (Eddie Brock / Venom), Woody
Harrelson (Cletus Kasady / Carnage), Naomie Harris (Frances Barrison
/ Shriek), Michelle Williams (Anne Weying), Reid Scott (Dan Lewis),
Stephen Graham (Patrick Mulligan) y Peggy Lu (Sra. Chen).
Participación especial de Tom Holland (Peter Parker / Spider-Man) y
J.K. Simmons (J. Jonah Jameson), en escenas de archivo.
Guionista:
Kelly
Marcel, sobre una idea de Tom Hardy y Kelly Marcel. Basado en
personajes y situaciones creadas por David Michelinie, Todd
McFarlane, Mark Bagley, Tom DeFalco, Ron Lim, Peter
Milligan y Clayton Crain, entre otros, para los cómics de Marvel.
Columbia
Pictures / Marvel Entertainment / Arad
Productions
/ Matt
Tolmach Productions / Pascal
Pictures. EE.UU., 2021.
Estreno en la Argentina: 7
de octubre
de 2021.
Si
la primera Venom resultaba chata y previsible,
aburrida
y sin gracia, tonta y gratuitamente violenta, esta secuela es igual
de chata y previsible, aburrida y sin gracia, tonta y gratuitamente
violenta. Pero al ser aún más descerebrada que la anterior, Venom:
Carnage liberado (Venom: Let There Be Carnage) termina siendo (mucho
) más intragable.
Para
mí, al menos.
Duplicar
simbiontes no es una buena idea. Ni para la trama ni para el
espectador. Todo bien con Tom Hardy y Woody Harrelson, le
ponen el cuerpo a una película sin alma, sin
gracia y sin otro sentido que el comercial, pero
a esta
tercera entrega del Universo Arácnido de Sony no
la salva ni el innegable carisma actoral ni la química existente
entre los antagonistas negro y rojo.
El
problema más grande parece estar en la perspectiva
desde donde
se abordó
el
material original. No era ningún dechado de virtudes, es cierto,
pero esa
exhibición de
machismo ultramontano guardaba
relación con el clima noventero
en
que estos personajes ultracebados y unidimensionales fueron
concebidos. Esa
misma
sobredosis de testosterona, hoy,
no sólo queda fuera de registro por anacrónica, sino que resulta
una degradada muestra de mal
gusto.
Por
último, la escena post-créditos resulta de una vileza y crueldad
innecesaria para los fanáticos. La promesa de fusión con el
Universo Cinematográfico de Marvel (vía la incorporación del
Trepamuros en imágenes de archivo de Spider-Man: Lejos de casa)
estimulaba algo mucho más épico y grandilocuente que el chiste
pedorro que remató la escena post-créditos de Spider-Man: Sin camino a casa. Así... no (diría Mirtha), porque realmente eso no se
hace. Ahora me toca fumarme Morbius.
Fernando
Ariel García
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