Black Adam - The Justice
Society Files: Hawkman. Guiones: Cavan Scott, Bryan Q. Miller. Dibujos: Scot
Eaton, Marco Santucci. Tintas: Norm Rapmund, Marco Santucci. Color: Andrew
Dalhouse, Michael Atiyeh. Letras: Rob Leigh. Portada: Kaare Andrews. Editor:
Michael McAlister. DC Comics. EE.UU., septiembre de 2022.
Black Adam - The Justice
Society Files: Cyclone. Guiones: Cavan Scott, Bryan Q. Miller. Arte: María
Laura Sanapo, Marco Santucci. Color: Arif Prianto, Michael Atiyeh. Letras: Becca
Carey, Rob Leigh. Portada: Kaare Andrews. Editor: Michael McAlister. DC Comics.
EE.UU., octubre de 2022.
Black Adam - The Justice Society Files: Atom
Smasher. Guiones: Cavan Scott, Bryan Q. Miller. Arte: Travis Mercer, Marco
Santucci. Color: John Kalisz, Michael Atiyeh. Letras: Rob Leigh. Portada: Kaare
Andrews. Editor: Michael McAlister. DC Comics. EE.UU., noviembre de 2022.
Black Adam - The Justice Society Files: Dr.
Fate. Guiones: Cavan Scott, Bryan Q. Miller. Arte: Jesús Merino, Marco
Santucci. Color: Ulises Arreola, Michael Atiyeh. Letras: Rob Leigh. Portada:
Kaare Andrews. Editor: Michael McAlister. DC Comics. EE.UU., diciembre de 2022.
El tiempo pasa y nos vamos poniendo más viejos
que tecnos. Desde que tengo memoria, todo tanque hollywoodense venía con su
adaptación al cómic debajo del brazo. Algo lógico, si lo que se buscaba era
perpetuar la experiencia en épocas en que no existían ni el streaming ni
internet ni el DVD ni el VCR. La película había que verla en el cine (tardaba años en llegar a la televisión) o leerla en historieta. Ahora, que los films
están al alcance de un click, la versión en viñetas dejó de tener su razón de
ser. Y como los negocios no se cierran sino que se aggiornan, la industria encontró
en el terreno de las precuelas gráficas la forma contemporánea de ese clásico y
querido producto derivado.
De a poco, el Universo Extendido de DC ha comenzado
a explotar el yeite de manera más armoniosa y acabada. Empezó tímidamente con
El Hombre de Acero, se animó un poquito con Mujer Maravilla 1984 y ahora se la
juega a ganador con The Flash: The Fastest Man Alive y los cuatro números de esta
miniserie, Black Adam: The Justice Society Files, que pretende funcionar como
introducción visual y temática a la superproducción protagonizada por Dwayne
Johnson, Black Adam, que se estrena en la Argentina este jueves.
Las cosas, de todas formas, hay que decirlas
como son. Hasta ahora, ninguna de estas precuelas ha sido de imprescindible
lectura antes de ir al cine. Y está bien que así sea. Se supone que toda
película debe sostenerse por sí misma, explicando todo lo que sea necesario
explicar para su completo entendimiento y disfrute. Así que, si en estas
páginas pasa algo realmente relevante para la trama fílmica, seguro estará incluido
en la gran pantalla, tornando innecesario su abordaje. Y como en los casos
anteriores, el problema de la miniserie no es que sea innecesaria, sino que se
vuelva bastante aburrida, monótona y demasiado previsible.
A grandes rasgos, expone dos tramas paralelas
que, obviamente, desembocarán en Black Adam, la película. La pata
estadounidense de la aventura sigue la vuelta a la actividad de la Sociedad de
la Justicia, un supergrupo que (queda establecido) ha tenido su momento de
gloria en el pasado. De esos brillos sólo se mantienen activos Hawkman y el
Doctor Fate, aunque hagan un mínimo acto de presencia un tal tío Al y una mujer que podría ser Abigail "Ma" Hunkel, a quienes los
veteranos lectores de DC reconocerán como los originales Atom (aunque el film elija bautizarlo como el primer Atom Smasher) y Tornado Rojo. Por el accionar de Intergang, obsesionado con hacerse con un poderoso material arqueológico
datado en el 2600 antes de Cristo, conocido como Eternium, sumado al augurio de
la llegada de algo grande, sobrenatural y demoníaco, los héroes parcialmente retirados
terminarán convocando a los recién llegados Albert Rothstein (sobrino de Al
Pratt) y Maxine Hunkel, o Atom Smasher y
Cyclone, respectivamente. Los cómics no cuentan los orígenes de los
personajes, algo que (supongo) habrá que ver en el cine, pero sí exhibe sus
características principales, sus traumas y problemáticas, la naturaleza de sus
poderes y los efectos sociales de su uso.
Centrada en Kahndaq (nación ficticia de Oriente Medio), la
pata internacional de la trama está subdividida en dos tiempos complementarios pero
aún inconexos. El 2600 antes de Cristo, con Teth-Adam (futuro Black Adam)
mostrándole a su familia y a los lectores cuán represor, dictatorial y violento
es el régimen del Rey de turno. Y el presente, donde la profesora
universitaria Adrianna Tomaz hace lo imposible para mantener a una estatua
hecha de Eternium, fuera del alcance de Intergang. En el camino nos enteraremos
que este Eternium guarda
en su interior la capacidad (¿mágica?) de generar energía a escalas infinitas;
y que su origen guardaría relación con un misterioso lugar sólo referido como
Roca de la Eternidad.
Hasta acá lo anecdótico e intrascendente. Para
tener acceso a lo que de verdad cuenta, habrá que esperar al jueves, a que se
apaguen las luces de la sala cinematográfica. La respectiva crítica, sin
spoilers, estará mañana. A esta misma hora (más o menos) y por la misma
Bitácora.
Fernando Ariel García
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