Las Rojas. Director: Matías Lucchesi. Protagonistas: Mercedes Morán, Natalia Oreiro, Diego Velázquez y Alberto
Leiva, entre otros. Guionistas: Mariano
Llinás y Matías Lucchesi. Rizoma / Patagonik / Cimarrón / Productora MG / Oeste Films. Argentina / Uruguay, 2020.
Estreno en la Argentina: 14 de abril de 2022.
Cuerpo de caballo; cabeza, miembros y alas
de águila. Así podríamos describir, rápidamente, al hipogrifo. Mítica criatura
imaginaria, especie de Pegaso de la Edad Media que dijo presente en cientos de
obras literarias, pictóricas y cinematográficas, de Orlando furioso a Harry
Potter, pasando por Borges e Ingres. Por su naturaleza híbrida, fusión de
animal doméstico y salvaje, terrestre y aéreo, la simbología ha decidido
abordarlo como ejemplo de las hazañas renacentistas del hombre, tanto como
alegoría de sus impulsos más egoístas.
Entre estos dos extremos pendula el
tratamiento del mito que hace Las Rojas, amparado en el secreto que custodia
con devoción la paleontóloga Carlota, interpretada por Mercedes Morán. Mujer
hosca y dura, que asegura haber descubierto los únicos restos fósiles
encontrados de un hipogrifo, que también podrían ser los huesos de cualquier
otro animal. Diez años después de la revelación que le granjeara fama y
reconocimiento mundiales, la fundación que financia su proyecto personal decide
enviarle una auditoría científica y contable, para evaluar el estado real de
las cosas y ver cómo seguir adelante, si es que van a seguir adelante. Y ahí
entra en escena Constanza (Natalia Oreiro), otra paleontóloga recia y decidida,
que ha hecho carrera en el costado administrativo del trabajo.
Con una premisa tan atractiva, es una pena
que Las Rojas no logre definir una identidad argumental, licuando gran parte de
su capital propositivo. Después de una secuencia inicial larga y algo bizarra,
totalmente hablada en italiano y sin subtítulos, la película se planta en el
encontronazo de estos dos caracteres parecidos y antagónicos, que (se sabe de
entrada) terminarán cambiando el encono por la sororidad. Entonces, descartado
el tono fantástico-aventurero de Indiana Jones o Jurassic Park, uno espera que la
película empiece a circular por los carriles del policial científico o del thriller
administrativo, pero no. La cosa se estanca en el duelo personal entre las
mujeres, proponiendo incluso algunos paralelismos en las historias personales
de cada una, que finalmente no llegan a desarrollarse. Sobre todo, porque la
irrupción del vil Freddy (Diego Velázquez) termina de volcar la trama hacia el
imaginario narrativo que la soberbia fotografía plasmada por Ramiro Civita ha
venido trabajando desde que terminara el innecesario prólogo italiano: El
western.
Rodada en escenarios naturales de
Uspallata y Potrerillos, en la provincia de Mendoza, cada toma de esos
imponentes escenarios naturales cuentan, por sí solos y con una potencia poética avasallante, los dramas existenciales que los personajes buscan poner en palabras; la geografía emocional de esas criaturas
movidas por el conocimiento, la búsqueda de la verdad y la ambición desmedida;
el estado de duermevela que Las Rojas necesita para transitar su verosímil sin
caer en el pastiche ridículo. Logrando hospedar, de manera natural y orgánica, esa pata sobrenatural
que nunca deja de sobrevolar el film. Lástima que el resto no haya podido estar a la altura.
Fernando Ariel García
Me hace desconfiar que actúe Mercedes Morán, actriz a la que tengo cierta aversión.
ResponderEliminarY por lo que capto de tu reseña, lo mejor de la película es el paisaje.
Saludos.
Junto con el paisaje, la actuación de Mercedes Morán es lo mejor que tiene la película.
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