Cenicienta y el príncipe oculto. Director: Lynne Southerland. Voces (versión original): Kirsten Day (Cenicienta) y Stephanie Sanditz (Bruja). Guión: Francis Glebas. Gold Valley Films. EE.UU., 2018. Estreno en la Argentina: 23 de agosto de 2018.
Está todo lo que tiene que estar. Cenicienta, los ratoncitos, la madrastra y las hermanastras, el príncipe, la hada madrina, la bruja, el castillo. Si no está el zapatito de cristal es porque Cenicienta y el príncipe oculto (Cinderella and the Secret Prince) se propone revisar los tópicos clásicos del mundo de las princesas, haciendo que las damas sean dueñas de sus destinos y no meros comparsas del príncipe azul. Algo que se agradece y mucho.
Pero más allá de la perspectiva utilizada para contar el relato, la aventura que presenta el film animado es bastante anodina, tosca por momentos y sumamente previsible. Salvo el final, que abre las puertas a una secuela que no sabemos si existirá, pero que así como está apuesta (y gana) al poner en valor lo que realmente importa y no las apariencias.
Pensada principalmente para el público más pequeño entre los pequeños, Cenicienta y el príncipe oculto no oculta nada de los alevosos “homenajes” que pone en pantalla. Todo el principado animado del Tío Walt, obviamente, pero también Shreck y Kung Fu Panda, entre otros. Quizá para que el adulto acompañante se entretenga buscando los parecidos, entre bostezo y bostezo.
Fernando Ariel García
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