Liga de la Justicia de Zack Snyder. Director:
Zack Snyder. Protagonistas: Ben Affleck (Bruce Wayne / Batman), Henry Cavill (Clark
Kent / Superman), Gal Gadot (Diana Prince / Mujer Maravilla), Ezra Miller
(Barry Allen / Flash); Jason Momoa (Arthur Curry / Aquaman), Ray Fisher (Victor
Stone / Cyborg), Amy Adams (Lois Lane), Jeremy Irons (Alfred Pennyworth), Diane
Lane (Martha Kent), Connie Nielsen (reina Hippolyta), J.K. Simmons (comisionado
James Gordon), Ciarán Hinds (Steppenwolf), Amber Heard (Mera), Joe Morton (Silas
Stone), Willem Dafoe (Vulko), Jesse Eisenberg (Lex Luthor), Jared Leto
(Guasón), Joe Manganiello (Slade Wilson / Deathstroke, no acreditado), Ray
Porter (Darkseid), Ryan Zheng (Ryan Choi), Peter Guinness (Desaad), Harry
Lennix (general Swanwick / Detective Marciano), Kiersey Clemons (Iris West),
Russell Crowe (voz de Jor-El) y Billy Crudup (Henry Allen, no acreditado).
Guionista: Chris Terrio, sobre una historia de Chris Terrio, Zack Snyder y Will
Beall, basados en personajes y situaciones de los cómics de DC. Productores:
Christopher Nolan, Ben Affleck, Deborah Snyder, Geoff Johns. Warner Bros.
Pictures / Access Entertainment / Dune Entertainment / Atlas Entertainment / Stone
Quarry. EE.UU., 2021. Estreno en la Argentina: 18 de marzo de 2021, en sistema de
alquiler por Google Play, Apple TV y Direct TV.
Cuando era adolescente, los compact discs
estaban empezando a nacer y nadie soñaba con algo parecido a spotify. Así que
la industria de la música tenía al vinilo como soporte primero, perfecto y principal,
dejando en segundo lugar al cassette y bastante más atrás al magazine. En algún
momento de los ’80, si no me equivoco, se empezó a masificar el yeite de los
maxisimples. Que, como su nombre deja entrever, se trataba de discos simples
(una canción por lado) pero con el tamaño y la presentación de un long play.
Para explotar este formato, las discográficas
empezaron a llenar los maxisimples de las grandes figuras del rock y del pop
internacional con versiones extendidas de sus cortes de difusión, ideales para
ser utilizados por los disc-jockeys en los boliches y para ser atesorados por
los fanáticos en sus colecciones privadas. Salvo algunas megabandas (como Queen
o King Crimson), que en algunos casos realmente modificaban la canción original
de referencia, sumándole estrofas y cambios en los arreglos, la mayoría de las
versiones extendidas no pasaban de ser la misma canción que aparecía en el long
play, con una introducción instrumental mucho más larga que justificara el
rótulo (y el precio) de versión extendida.
Para mí, al menos, Zack Snyder está muy lejos
de Queen y de King Crimson. Y si bien su faraónica Liga de la Justicia de Zack
Snyder (Zack Snyder’s Justice League) corrige y mejora los yerros brutales que
Joss Whedon introdujo en la versión cinematográfica estrenada en 2017, el
resultado final de estas cuatro horitas largas no modificó mi sensación
original sobre la cosmovisión declamativa, pomposa, pretenciosa, falsa, con
ínfulas de trascendente existencialismo con que el director definió su paso por
el Universo Cinematográfico de DC. Es su estilo, su sello personal. Lo acepto,
lo respeto y le aplaudo su estoica coherencia. Pero no lo disfruto como
espectador.
Hay cosas que, por partes, funcionan bien (y
muy bien también), pero que no tienen ningún otro sentido que el de acumular
metraje intrascendente para la trama que se está contando. Todos los agregados
de Flash, Cyborg, Aquaman y el (posible) futuro Atom, por poner los ejemplos
más notorios, sirven para introducir a los personajes que no habían alcanzado (en
el momento de la producción original) sus propias películas, definiendo y
consolidando sus características, dotarlos de peso específico propio y preparar
el terreno para sus futuras aventuras en solitario. Pero ralentan de manera
innecesaria el abordaje de la saga de Darkseid (mucho mejor resuelto que en la
peli del 2017) y su apertura a futuras secuelas que, por lo que parece, no
pasarán de la pesadillesca secuencia del Guasón y la referencia a la muerte de
Batman patentada en el cómic Infinite Crisis.
Cuando era adolescente y los maxisimples ya
estaban instalados, las bandas que no eran tan grossas como Queen y King
Crimson, empezaron a ocupar el lado b del maxisimple con una versión corta de
la versión larga que venía en el lado a. Una versión que era un pelín más corta
que la “oficial” incluida en el long play. La llamaban, genéricamente, radio
edit, porque estaban pensadas para optimizar el tiempo de emisión del corte en
la radio, eliminando segundos de introducción y cierre musicales que, de todas
maneras, iban a ser pisados por los locutores. Así, decían las discográficas,
se potenciaba el impacto comercial de la obra en cuestión, manteniendo la
integridad de la visión artística del supergrupo. A esta hipertrofiada Liga de
la Justicia de Zack Snyder, creo yo, no le vendría nada mal una buena poda.
Fernando Ariel García
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