Laino. Un recorrido de ayer a hoy. Autor: Laino. Portada: Laino. 108 páginas en blanco y negro. La Duendes. ISBN: 978-987-28002-6-0. Argentina, septiembre de 2013.
Cierro la última página de Laino. Un recorrido de ayer y hoy y me siento invadido por la nostalgia. La nostalgia de una época, unos usos y unas costumbres que, si bien no viví de primera mano, sí tuve el privilegio de transitar en sus últimos años, después de haberlos reconocido en infinidad de relatos orales transmitidos por mis mayores directos. Y no fue hace mucho, aunque tanta agua haya pasado bajo el puente.
Agrupado en cuerpos temáticos genéricos (la historia europea y argentina, el tango, el gaucho, la ciudad de Rosario -lugar natal del autor-, el barrio, los artistas, el fútbol), el libro de Laino reconstruye ese tiempo ido, consciente de que hoy es memoria pero antes fue calidad de vida. Mediante estampas, dibujos sueltos, algunos chistes, quien supo ser director de la mítica revista Dibujantes lleva adelante un ejercicio de reconstrucción centrado en el cuerpo legendario del arrabal, los espacios, los estilos y los ritmos que se tragó el vértigo de la globalización. Y lo hace con una impronta humorística que no siempre busca la carcajada, sino que apunta a entablar una complicidad emotiva con el lector.
Compilando obra que va desde los ’40 hasta el año pasado (incluídas algunas memorables páginas realizadas para la estadounidense Cracked, famosa competencia de Mad, durante 1961), Laino pareciera pararse en el lugar donde lo individual confluye en lo colectivo, cuando la persona cobra trascendencia como parte sustancial de la familia y la sociedad en la que está inmerso. Algo que se nota (y se define) en los grandes escenas de masas, donde la importancia de las partes está equilibrada con la importancia del todo que las contiene.
Las nociones de centro y periferia se me hacen siempre presentes, porque tal vez esa sea otra manera (más directa) de graficar la tensión existente entre la nacionalización de los idearios internacionales y la internacionalización de los idearios nacionales, esa entrega cultural que borró diferencias definitorias de identidades complementarias, para homogeneizarlas de acuerdo con parámetros representativos de una unidad falsamente aglutinadora.
Con su humor de bajo perfil, Laino pone nuevamente en valor todas aquellas subjetividades que identifican y permiten visualizar la escala humana que ha venido resignando la vida cotidiana del mundo, no sólo de la Argentina. El plus viene dado porque el arte de Laino no discrimina a ningún ser pensante; pero se sabe dirigido a todo ser sintiente.
Fernando Ariel García
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ResponderEliminarOsvaldo:
ResponderEliminarQuise borrar uno de tus dos comentarios (ya que era el mismo duplicado) y no sé qué habré tocado que borré los dos. Te pido mil disculpas. Y te agradezco enormemente las palabras que habías escrito. Muchas, muchas gracias. Siempre es un placer el leer tus trabajos.
Querido Fernando, acabo de leer esta nota y tu comentario, no quiero que te sientas mal por lo ocurrido sobre haber borrado mi respuesta ( son cosas que pasan). De hecho, ya ha pasado mucho tiempo y no puedo recordar que fue lo escrito de mi parte, pienso que ha sido un amable agradecimiento a la nota, a ti y al grupo de Bitácora. Lo mas importante es mantener las columnas informativas como la vuestra para beneficio de los que pertenecemos a esta profesión....un agradecimiento y un saludo nuevamente a LA BITACORA DE MANECO y un abrazo personal a todo el grupo que la desarrolla. Osvaldo Laino.
ResponderEliminarGracias, Osvaldo.
ResponderEliminarGracias, Osvaldo.
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