El último hereje. Director: Daniel
de la Vega. Protagonistas: Germán Palacios, Victoria Almeida, Gloria Carrá, César
Bordón, Germán de Silva, Daniel Migloranza, Héctor Calori, Miguel Jordán, Dante
Bruni, Anita Co, Iván Moschner, Verónica Intile y Constanza Maral. Guionista: Sergio
Esquenazi. Furia Films / Del Toro Films. Argentina, 2022. Estreno en la
Argentina: 2 de marzo de 2023.
Siendo extremadamente
benevolente, lo mejor que podría decir de El último hereje es que es un film
fallido. Se le reconoce buenas intenciones en cuanto a lo narrativo, la puesta
en escena, el ritmo y la iconografía desplegada en cada plano. Se nota que hay
una apuesta a la calidad y cierto apego a las estructuras clásicas del thriller
sanguinolento inscripto en la tradición del giallo italiano. Pero en ningún
momento logra construir el verosímil que la película requiere para funcionar.
Hay algo en las actuaciones (y mucho en los diálogos) que terminan demoliendo
la credibilidad que la trama exige para su discurrir natural.
Las cosas no cierran, pasan muy
deprisa y demasiado superficialmente. Todo suena falso e impostado, aunque el
cuidado puesto en la creación de climas intente convencer de lo contrario al
espectador. Jugando con los disparadores del Misery de Stephen King, el film
sigue el descenso a los infiernos de Juan Conte (un desperdiciado Germán
Palacios, incapaz de superar lo discursivo), cínico y exitoso escritor de
libros sobre el ateísmo que, después de pasar por un trasplante de corazón, se
verá obligado a replantearse la naturaleza inasible de Dios desde las
laceraciones del fanatismo y la sinrazón.
Apostando al exceso y al
desborde, plantea discusiones interesantes sobre la naturaleza
de la fe y la religión, el rol de las instituciones y el accionar de sus
pastores y sus fieles. Va más allá de la eterna lucha entre el Bien y el Mal,
entre la salvación de las almas y la condena de los cuerpos. Articula perspectivas
interesantes desde posiciones antagónicas y absolutistas, aunque los argumentos
esgrimidos suenen como fría letra teórica dentro de una apabullante fuente de
imágenes simbólicas, que no llegan a elaborar el sentido dramático para el que
(supongo) han sido incorporadas.
Elijo quedarme con las
posibilidades que el universo cinematográfico de Daniel de la Vega exhibe sin
condicionamientos. Aunque en esta ocasión se me antojen completamente desaprovechadas,
su curiosidad para esgrimir cuestionamientos ambiciosos, su capacidad para
generar imágenes de alto impacto con envidiable factura técnica, están
presentes por todo el metraje de El último hereje. Pero con eso solo, esta vez,
no alcanzó.
Fernando Ariel García
Uno de los males del cine argentino. Plantear algo interesante y no saber resolverlo.
ResponderEliminarSaludos.