miércoles, 31 de enero de 2018

EL PÁJARO LOCO: LA ALEGRÍA ES SÓLO BRASILEÑA

El Pájaro Loco. Director: Alex Zamm. Protagonistas: Eric Bauza (voz del Pájaro Loco), Timothy Omundson (Lance Walters), Thaila Ayala (Vanessa), Graham Verchere (Tommy Walters), Jordana Largy (Samantha Bartlett), Scott McNeil (Nate Grimes), Adrian Glynn McMorran (Ottis Grimes), Chelsea Miller (Jill Ferguson), Jakob Davies (Lyle) y Emily Holmes (Linda Walters), entre otros. Voces en castellano: Jesús Guzmán (Pájaro Loco), Octavio Rojas (Lance Walters), Liliana Barba (Vanessa), Humberto Vélez Jr. (Tommy Walters), Cristina Hernández (Samantha Bartlett), Jesse Conde (Nate Grimes), Germán Fabregat (Ottis Grimes), Andrea Arruti (Jill Ferguson), Eduardo Gutiérrez (Lyle) y Erica Edwards (Linda Walters), entre otros. Guión: Alex Zamm, William Robertson, Daniel Altiere y Steven Altiere, basados en personajes y situaciones creados por Walter Lantz y Ben Hardaway. Universal. EE.UU., 2017. Estreno en la Argentina: 1º de febrero de 2018. 


La estrella del Pájaro Loco parece haberse apagado en el mundo entero. Salvo por un país en donde, aparentemente, todavía brilla fuerte, calienta los corazones y hace ganar plata, mucha plata: Brasil. No sé cuánto hay de cierto en esto, pero debe de ser lo suficiente. Si no, cuál sería la razón para que los estudios Universal filmaran una película de animación y acción en vivo sobre El Pájaro Loco (Woody Woodpecker) para estrenar en los cines cariocas el año pasado, antes de editarla directo en DVD en los EE.UU. después de hacerla pasar por las salas argentinas. 


Historia de redención paterna, con un mensaje ecologista bastante ramplón, la consabida bajada de línea sobre las bondades de una vida más sana y menos codiciosa, la forja de una amistad entrañable entre los niños y Woody (olvídense del Loquillo que supimos escuchar en la tele) y lo que pareciera ser el inicio de un romance verdadero entre el papá Lance Walters (un Timothy Omundson con aires cortazarianos) y la guardaparques Samantha Bartlett (Jordana Largy), una rubia mucho menos interesante que la interesada morocha Vanessa (a cargo de la brasilera Thaila Ayala). Y paremos de contar. 


Como entretenimiento básico infantil, la película cumple con sus expectativas. Raspando. La idea es muy simple, la ejecución es bastante primaria y los gags son tan típicos como sobreactuados. Una idea de comicidad que podría haber funcionado hace cuarenta años, pero que hoy parece tonta y posdatada. Tal vez porque lo hace abrazando de lleno la corrección política, algo que el original Pájaro Loco aborrecía y detestaba. Nacido en la década de oro de la animación cinematográfica estadounidense, Woody militaba fuertemente en el mismo espacio que Bugs Bunny, la troupe de los Looney Tunes y los Tom & Jerry enemigos. Mucho de locura, la dosis justa de crueldad, humor físico desatado, crítica sutil y una opción libertaria por el disfrute de llevarle la contra a los valores establecidos. Nada de lo que levanta como bandera esta película. 


Igual, las disquisiciones anteriores van a parar a saco roto. Pica-Pau. O filme (cómo se la conoció en Brasil en octubre del año pasado) fue el segundo más visto en su semana de estreno, quedando debajo de Blade Runner 2049. Algo que dio vuelta siete días después, trepando al Top 1 para terminar facturando la friolera de dos palitos verdes, casi la cuarta parte de lo que lleva recaudado el filme en todo el mundo. 
¿Se viene O Pica-Pau 2? Yo creo que sí. 
Fernando Ariel García

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