Spider-Man: De regreso a casa. Director: Jon Watts. Protagonistas: Tom Holland (Peter Parker/Spider-Man), Michael Keaton (Adrian Toomes/Buitre), Robert Downey Jr. (Tony Stark/Iron Man), Marisa Tomei (tía May Parker), Jon Favreau (Happy Hogan), Gwyneth Paltrow (Pepper Potts), Zendaya (Michelle), Donald Glover (Aaron Davis), Jacob Batalon (Ned), Laura Harrier (Liz Allan), Tony Revolori (Eugene “Flash” Thompson), Bokeem Woodbine (Herman Schultz/Shocker), Tyne Daly (Anne Marie Hoag), Angourie Rice (Betty Brant), Michael Chernus (Phineas Mason/Tinkerer), Michael Mando (Mac Gargan), Logan Marshall-Green (Jackson Brice/Shocker), Kenneth Choi (Director Morita), Hannibal Bures (Profesor Wilson), entre otros. Participaciones especiales de Chris Evans (Capitán América), Jennifer Connelly (Karen) y Stan Lee (Gary). Guionistas: Jonathan Goldstein, John Francis Daley, Jon Watts, Christopher Ford, Chris McKenna y Erik Sommers, basados en personajes y situaciones de los cómics Marvel del Hombre-Araña, los Vengadores y Damage Control, especialmente aquellos realizados por Stan Lee, Steve Ditko, Dwayne McDuffie, Ernie Colón, Brian Michael-Bendis, Mark Bagley y John Romita, entre otros. Columbia Pictures / Marvel Studios / Pascal Pictures. EE.UU., 2017. Estreno en la Argentina: 6 de julio de 2017.
Se va enredando, enredando, como en el muro la hiedra / y va brotando, brotando como el musguito en la piedra, cantaba Violeta Parra en Volver a los 17, una de las tantas gemas que el cancionero popular chileno le legó a la cultura universal. Una canción que, aseguran los que saben, pone el valor del sentimiento por arriba del valor de la razón. Concepto que le viene como anillo al dedo a esta Spider-Man: De regreso a casa (Spider-Man: Homecoming), que termina de unir en sagrado matrimonio a la licencia arácnida más importante con el Universo Marvel Cinematográfico que modificó la forma de hacer y mirar este tipo de tanques hollywoodenses.
El sentimiento que brota como el musguito nos lleva de narices hasta la misma génesis del superhéroe bandera de la Casa de las Ideas. Y si Sam Raimi eligió el Hombre-Araña de Stan Lee y John Romita como norte y Biblia creativa para su trilogía, aquí Jon Watts hace lo propio con el Hombre-Araña de Stan Lee y Steve Ditko (secuencia icónica incluida), el primero de todos, el que supo hacerse fuerte desde la adolescencia desgraciada en los años formativos de estudiantina. Claro que el mundo cambió (y mucho) entre aquel 1962 y este 2017. Y esas transformaciones se ven reflejadas en el filme. La comedia de aventuras continúa como marco contenedor, pero ser nerd quinceañero es una cucarda que ahora se puede llevar con orgullo, la tecnología favorece la continuidad y la expansión de todas las ansiedades del mundo infantojuvenil, el multiculturalismo es moneda corriente en cualquier ámbito; y ser tía cincuentona implica ser una tía MILF. Todo ello bien impregnado por un soberbio duelo entre Tom Holland y Michael Keaton, que recrea y reinventa la tensión dramática entre el Hombre-Araña y el Buitre como lo mejor de todo el metraje.
Pegaditos con adhesivo arácnido, la película se prodiga enlazando pequeñas situaciones con el desarrollo de las tramas macro que la saga Marvel va desenvolviendo entre sus distintas partes, desde la masiva destrucción que dejó la primera aventura de Los Vengadores al impacto mediático que tiene la pública relación amorosa entre Tony Stark y Pepper Potts, pasando por el recupero de apellidos históricos (Morita, actual director de la escuela secundaria a la que asiste Parker, es descendiente del Comando Aullador Jim Morita que vimos en Capitán América: El primer Vengador, en ambos casos interpretado por Kenneth Choi) y una justificación argumental que sostiene los monólogos del Hombre-Araña que venimos escuchando desde Capitán América: Civil War (sólo diremos que responde al nombre de Karen).
Pero (siempre hay un pero), el enredo en el muro viene dado por el guión, parte historia de superación personal de Peter Parker, parte educación superheroica a cargo de Tony Stark; y parte sitcom coral ambientada en escuela secundaria. Mucho por abarcar termina siendo, ya se sabe, poco por apretar. Y si bien los chistes y los efectos salvan la situación, por momentos el metraje se vuelve un poco denso, algo pesado, bastante trillado.
El resto funciona como apetitoso manjar para los lectores históricos del cómic, abriendo puertas a lo pavote, a diestra y siniestra, a tientas y a locas. Veremos qué queda de todo eso, si es que queda algo.
Sin spoilear nada, abundan los links más o menos libres a personajes secundarios de peso (Ned es una mezcla de Ned Leeds y Ganke Lee, Liz es una eficaz vuelta de tuerca al primer interés romántico de Peter Parker: Liz Allan), la incorporación de villanos pedorros como el Tinkerer, el Shocker y parte de los Enforcers; la intrascendente aparición de Mac Gargan (alter ego de El Escorpión, maloso prime time del héroe) y de Aaron Davis, que en el mundo impreso terminó siendo el Prowler (Universo Marvel canónico) y el tío de Miles Morales (el Hombre-Araña negro del Universo Marvel Ultimate). Y la subida al carro de otros conceptos historietísticos: Anne Marie Hoag al frente de Damage Control (próxima serie televisiva de la cadena ABC) y el profesor de gimnasia Wilson, creado por el propio Stan Lee en 1955, cuando Marvel se llamaba Atlas.
Obviamente, hay que fumarse todos los títulos hasta llegar a las clásicas (¿y esperadas?) escenas post-créditos. Y si sos de esos fanáticos acérrimos que esperan sentaditos en las butacas hasta que te echen del cine, la última minisecuencia te va profundamente dedicada. Con nombre y apellido.
Fernando Ariel García
Marvelinks
Agents of S.H.I.E.L.D. (1º temporada y 2º temporada)
Daredevil (1º temporada)
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