(Gacetilla de prensa de Dibutopia y unhil) Dibutopia.org y unhil, la unión de historietistas e ilustradores de Tucumán, presentan la muestra de historietas e ilustraciones históricas 1810-Revolución, inaugurada el viernes 11 de diciembre de 2009 en el Museo Histórico Nacional del Cabildo y de la Revolución de Mayo-Cabildo de Buenos Aires.
Con el valioso auspicio de la Secretaría de Cultura de la Presidencia de la Nación, el Museo Histórico Nacional del Cabildo y de la Revolución de Mayo, el Gobierno de Tucumán y el Ente Cultura Tucumán, la Secretaría de Extensión Universitaria de la Universidad Nacional de Tucumán, PACBA-Protectores y Amigos del Cabildo de Buenos Aires, la Muestra 1810-Revolución se extenderá hasta febrero del 2010, en el marco de los festejos del Bicentenario de la Patria.
Panel Los negros...
Y esta segunda presentación de unhil en el Cabildo de Buenos Aires tiene características muy especiales, ya que a partir de la convocatoria realizada desde Tucumán, destacados artistas de distintas provincias, como autores en representación de agrupaciones como Caudillos de Salta, unhil de Santa Cruz, unhil de Córdoba; y ADL de Rosario de Santa Fe, ADI de Santa Fe, HIBRIDO de Jujuy; y autores independientes de Catamarca, Buenos Aires y Santiago del Estero, se suman a los tucumanos de unhil para conformar la muestra 1810-Revolución. Un hecho trascendente para la historia de la historieta argentina, que gana nuevos e importantes espacios. Que los festejos del Bicentenario de la Revolución de Mayo 1810-2010, los inicien un nutrido grupo de historietistas de muchas provincias es un hecho histórico para los dibujantes y realmente federal para el país.
Ilustración de Carlos Barocelli
Al igual que nuestras anteriores muestras, 1810-Revolución posee documentación sólida proporcionada por el Cabildo de Buenos Aires, con historias sustentadas en textos de autores diversos, mientras que otras nacen a partir de un párrafo. Existen datos puntuales, de profundo rigor histórico que sólo serán comprendidos por historiadores, vigentes en la actualidad, incluidos en cada una de las aventuras. Se presentan ilustraciones e historietas finalizadas, otras en desarrollo, bocetos, modelos, maquetas, que permitan un recorrido ameno y didáctico, con el objetivo de mostrar en definitiva, el proceso de producción de los historietistas, a partir de una temática histórica tan representativa como los sucesos de mayo de 1810.
Historieta de Jorge Endrizzi
Exponen:
Por Tucumán: Arturo Soria, Juan Emilio Oso Rossello, Bruno Salica, Néstor Luis Martín, Fabián Castro, Jorge Endrizzi, Alejandro Nicolau, Segundo Moyano, Salvador Pablo Iovanne, Eva Barrionuevo, Bernardo Vides Almonacid, Ariel Lucena, Pablo Moya, Natalia Trouvé, Alberto Coqui Méndez, Rodolfo Paz, Edgardo Juri, Patricia Villarreal, Hernán Conde De Boeck, Ramiro Molina, Romina Suárez, Ramón Cuqui Molina, Héctor Palacios, Miguel Russo Nieto y César Carrizo.
Por Santa Cruz: Javier Fernández.
Por Jujuy: Víctor Zelaya y Sebastián Velásquez.
Por Córdoba: Carlos Lottersberger, Pupi Herrera, Nico di Mattia y Eric Zampie.
Por Salta: Guillermo Fabián y Felipe Mendoza.
Por Buenos Aires: Fernando Orieta y Julián Arón.
Por Santiago del Estero: Pablo Alvarez.
Por Catamarca: Diego Yapur.
Por Santa Fe: Carlos Barocelli, Ramiro Rossi y Juan Fioramanti.
Trabajo de Víctor Zelaya
Sobre unhil y la muestra 1810-Revolución
María Angélica Vernet, directora del Museo Histórico Nacional del Cabildo y de la Revolución de Mayo: “El museo es hoy una institución clave de la escena cultural que cumple un papel destacado en relación a su entorno; por eso la gestión museal plantea nuevos desafíos para integrarlo a la comunidad y para que sus colecciones sean un instrumento de comprensión con una función social.
“Debemos diseñar estrategias museológicas innovadoras que reafirmen su rol como ‘institución al servicio de la sociedad y de su desarrollo’; que faciliten la interpretación y valoración de su patrimonio cultural y que legitimen su contribución al fortalecimiento de la identidad y la memoria colectiva.
“En la misión del Museo Histórico Nacional del Cabildo y de la Revolución de Mayo está la de proporcionar herramientas adecuadas para interpretar su patrimonio arquitectónico, histórico y cultural y los hechos que acontecieron en el lugar, a través de la investigación de su historia y la comunicación de sus valores.
“Por ello, las obras de unhil, la Unión de Historietistas e Ilustradores de Tucumán, son para el museo una herramienta para la transmisión y la interpretación de los sucesos de mayo de 1810, que permite a diferentes públicos acceder más fácilmente a la información histórica.
“La presentación de esta segunda muestra en los escenarios dónde ocurrieron los hechos y la indiscutible calidad artística de las obras expuestas, auguran para el grupo y el museo el mayor de los éxitos”.
María Angélica Vernet, directora del Museo Histórico Nacional del Cabildo y de la Revolución de Mayo: “El museo es hoy una institución clave de la escena cultural que cumple un papel destacado en relación a su entorno; por eso la gestión museal plantea nuevos desafíos para integrarlo a la comunidad y para que sus colecciones sean un instrumento de comprensión con una función social.
“Debemos diseñar estrategias museológicas innovadoras que reafirmen su rol como ‘institución al servicio de la sociedad y de su desarrollo’; que faciliten la interpretación y valoración de su patrimonio cultural y que legitimen su contribución al fortalecimiento de la identidad y la memoria colectiva.
“En la misión del Museo Histórico Nacional del Cabildo y de la Revolución de Mayo está la de proporcionar herramientas adecuadas para interpretar su patrimonio arquitectónico, histórico y cultural y los hechos que acontecieron en el lugar, a través de la investigación de su historia y la comunicación de sus valores.
“Por ello, las obras de unhil, la Unión de Historietistas e Ilustradores de Tucumán, son para el museo una herramienta para la transmisión y la interpretación de los sucesos de mayo de 1810, que permite a diferentes públicos acceder más fácilmente a la información histórica.
“La presentación de esta segunda muestra en los escenarios dónde ocurrieron los hechos y la indiscutible calidad artística de las obras expuestas, auguran para el grupo y el museo el mayor de los éxitos”.
Ilustración de Javier Fernández
Cristian Mallea, historietista, miembro de La Productora: “Los caballeros de la unhil llegan a Buenos Aires, por segunda vez, luego de despedir al eterno silencio a Don Arturo Soria, su viejo mentor, y a su mejor compañero, el Oso Rosello. Con ese dolor en el pecho pero con sus firmes convicciones, su energía y su arrojo intactos y en el mismo lugar, la unhil vuelve al Cabildo para mostrar su obra, conformada -entre otras cosas no menos importantes- de historietas.
“Ese modo de hacer las cosas, no sólo artística sino también asociativamente, jalonan estos años de existencia de un grupo ejemplar para toda la comunidad de la historieta argentina. Quiera el destino que el ejemplo que demuestran la legendaria institución porteña y la magnífica agrupación tucumana permitan que el sendero desde el país de adentro hacia la capital (una vía que la unhil viene forjando desde hace tiempo) se abra para otros corazones talentosos y valientes como éstos”.
“Ese modo de hacer las cosas, no sólo artística sino también asociativamente, jalonan estos años de existencia de un grupo ejemplar para toda la comunidad de la historieta argentina. Quiera el destino que el ejemplo que demuestran la legendaria institución porteña y la magnífica agrupación tucumana permitan que el sendero desde el país de adentro hacia la capital (una vía que la unhil viene forjando desde hace tiempo) se abra para otros corazones talentosos y valientes como éstos”.
Ilustración de Bruno Salica
Javier Mora Bordel, periodista español especializado en historietas: “La obra de unhil es la recuperación de una tradición especialmente destacada dentro del ámbito de la historieta argentina: El cómic histórico. Oesterheld, Pratt, Breccia, Carlos Roume, Juan Arancio, Arturo del Castillo, entre otros, nutrieron el marco principal de la aventura, cuna de hombres y mujeres dignos de elogio, en un tiempo y espacio definidos como turbulentos. Una manifestación de épocas remotas, siempre con presencia reveladora, en un presente aleccionado ante su pasmosa falta de respuestas o convicciones, a tenor del momento. Héroe y sociedad a la sombra de las circunstancias impuestas.
“En este sentido, la propuesta de la unhil supone un paso adelante. Supera con creces el modelo oesterheldiano de narración in crescendo, por el cual el arquetipo del hombre común puesto en una situación extrema capaz de afectar los cimientos mismos de la estructura social, y que finalmente deriva en un colectivo atrincherado alrededor de la defensa a ultranza de sus principios ideológicos. Así, este héroe individual o colectivo, pero ficticio en todo caso, será sustituido por su correspondiente correlato real. No es de extrañar. La tucumana unhil se enmarca dentro de este generoso espacio de la otredad, de asumir la voz de los semejantes, compartida, erigida en la necesidad de recuperar los sujetos marginados y marginales de la historia oficial, los hechos puntuales sumidos en el olvido; es decir, esa memoria colectiva tan denostada tanto en la historia, como la historieta argentina. Y no es este un ejercicio de historicismo resultón de tapa de fascículo y carente de propósitos. Imbuidos de propuestas cercanas al nuevo historicismo de Pierre Nora, o a los estudios literarios de Gilbert Chaitin, los autores orientan sus esfuerzos hacia un documentalismo de fondo y forma proclive a la reconstrucción de un pasado en cierta manera borroso, además de proclive -este es el verdadero peligro- a ser borrado, y que hará indispensable un nuevo discurso: Un cómic de corte diferencial ligado a una funcionalidad política estratégica para influir en las conciencias; un intento consciente por forjar un espíritu crítico e independiente”.
“En este sentido, la propuesta de la unhil supone un paso adelante. Supera con creces el modelo oesterheldiano de narración in crescendo, por el cual el arquetipo del hombre común puesto en una situación extrema capaz de afectar los cimientos mismos de la estructura social, y que finalmente deriva en un colectivo atrincherado alrededor de la defensa a ultranza de sus principios ideológicos. Así, este héroe individual o colectivo, pero ficticio en todo caso, será sustituido por su correspondiente correlato real. No es de extrañar. La tucumana unhil se enmarca dentro de este generoso espacio de la otredad, de asumir la voz de los semejantes, compartida, erigida en la necesidad de recuperar los sujetos marginados y marginales de la historia oficial, los hechos puntuales sumidos en el olvido; es decir, esa memoria colectiva tan denostada tanto en la historia, como la historieta argentina. Y no es este un ejercicio de historicismo resultón de tapa de fascículo y carente de propósitos. Imbuidos de propuestas cercanas al nuevo historicismo de Pierre Nora, o a los estudios literarios de Gilbert Chaitin, los autores orientan sus esfuerzos hacia un documentalismo de fondo y forma proclive a la reconstrucción de un pasado en cierta manera borroso, además de proclive -este es el verdadero peligro- a ser borrado, y que hará indispensable un nuevo discurso: Un cómic de corte diferencial ligado a una funcionalidad política estratégica para influir en las conciencias; un intento consciente por forjar un espíritu crítico e independiente”.
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