viernes, 28 de enero de 2011

2010. NI INDEPENDENCIA NI REVOLUCIÓN: HISTORIA DE UN FRACASO

Un Rius puro. En forma y fondo. No encuentro otra forma mejor de definir este 2010. Ni independencia ni revolución, que el maestro mexicano parió para los festejos del bicentenario de la independencia azteca, el año pasado en que gran parte de Sudamérica estuvo de jolgorio por motivos semejantes.
Después de leer el libro no me queda claro si hay motivos valederos para festejar. Los manuales de Historia dicen que sí, pero (la verdad) le creo más a Rius; y lo que Rius muestra es lapidario: Se cambió de tirano, pero nunca se derrocó la tiranía. El proceso político, desde las originales civilizaciones mesoamericanas hasta la occidental y cristiana predominante y mayoritaria en la actualidad, estuvo y está asentada en la explotación de los más débiles por los más fuertes. Un círculo vicioso que se reprodujo y reproduce, sin importar los rasgos indoamericanos o eurocéntricos de quienes estuvieran arriba de los demás. Porque parece ser que desde los días de Tenochtitlán hasta hoy, sobreviven una serie de irresueltos problemas que definen las cuestiones de fondo al hablar de independencia y libertad: La distribución de la riqueza; y la concepción de la propiedad de la tierra.
Rius pone el eje en la desconfianza inherente (y aparentemente invencible) que jalona la historia mexicana. Esa desconfianza existente entre blancos y mestizos que impide la asunción de México como un todo, capaz de mantener y respetar sus diferencias. Principalmente porque el mestizaje es lo que descansa en su esencia básica, en ese adn conformado durante las violaciones de las vencidas mujeres aztecas por los españoles conquistadores. La misma desconfianza que pone en tensión cada una de las revueltas libertarias que buscan cambiar el modelo establecido de sociedad y Estado, modelo dominado por los criollos, a pesar del aire puro que insuflaron Benito Juárez, Emiliano Zapata, Francisco Villa y Lázaro Cárdenas, entre otros.
El estilo Rius, por si alguien no lo conoce, está fuertemente marcado por el collage, por la creación de sentido a través de la confluencia programada de variadas y diversas fuentes. La impronta final viene dada por la mirada, una mirada ideológica, fuertemente comprometida con la crítica y el razonamiento, con la concientización. Como si fuera una tarea docente, Rius habla con las voces y los dibujos de quienes lo precedieron, desde José Guadalupe Posada hasta Diego Rivera, pasando por El Fisgón, Miguel Covarrubias y José Clemente Orozco, entre tantos otros notables. Apoyándose en esta materia prima, Rius lee y presenta la Historia como un proceso vivo, en eterno estado de construcción. Aquello que aconteció hace un siglo sigue pasando hoy, en la calle, al lado nuestro, por el costado o por arriba.
Porque una revolución que no haya logrado cambiar nada sustancial en lo político y en lo económico (aunque se apunte algunos porotos en lo social), no es una revolución inconclusa, sino una revolución fracasada. Y el fracaso de la(s) revolución(es) puede verse en los niveles de desigualdad que exhiben las sociedades actuales.
Consideración final que se me hace válida no sólo para México.
Fernando Ariel García
2010. Ni independencia ni revolución
Autor:
Rius
192 páginas en blanco y negro
Editorial Planeta
ISBN: 978-607-07-0319-5
México, febrero de 2010

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