viernes, 15 de septiembre de 2017

LOCOS POR LAS NUECES 2: VOLVER A LA NATURALEZA

Locos por las nueces 2. Director: Cal Brunker. Voces (en inglés): Will Arnett, Katherine Heigl, Maya Rudolph, Bobby Cannavale, Jackie Chan, Bobby Moynihan, Isabela Moner, Peter Stormare y Gabriel Iglesias, entre otros. Voces (en castellano): Daniel del Roble, Mireya Mendoza, Verónica López Treviño, Mauricio Pérez, Mario Castañeda, Gabriel Pingarrón, Monserrat Mendoza, Christian Strempler y Edson Matus, entre otros. Guionistas: Bob Barlen, Cal Brunker y Scott Bindley, basado en personajes y situaciones creadas por Peter Lepeniotis. ToonBox Entertainment / Redrover Co. Ltd. / Gulfstream Pictures / Shanghai Hoongman Technology Co. EE.UU. /Canadá /Corea del Sur, 2017. Estreno en la Argentina: 14 de septiembre de 2017. 

Siempre está bueno que una secuela supere ampliamente a su antecesora. Claro que, en el caso de Locos por las nueces 2 (The Nut Job 2: Nutty by Nature) eso no implica ningún titánico esfuerzo extra, ya que la primera película de la saga había sido bastante flojita. Aquí los chistes siguen siendo regulares, los personajes vuelven a mostrar comportamientos estereotipados hasta la obviedad; y las resoluciones dramáticas y sentimentales se ven venir desde muy temprano en el metraje. Sin embargo, el resultado final funciona mejor que antes, más aceitado, con una dignidad laboriosa que encuentra su público adecuado en los más pequeños entre los pequeños. 


Se me hace que el Titanic zafa del iceberg (por un pelito) gracias a los valores que la historia pone en juego. Mensajes directos y claros sobre temáticas necesarias de abordar en estos tiempos donde el exceso pareciera ser la norma. En primer lugar, las posturas que se toman en relación con los trastornos alimentarios provocados por la sobrealimentación en los tiempos del sedentarismo. Y en segundo lugar, los controles ciudadanos que debemos ejercer sobre nuestros gobernantes para evitar los negociados inmobiliarios con las zonas verdes de toda gran ciudad. 


Si no vieron la primera película, no hay problema. El minuto inicial la cuenta mejor que el largometraje original. Y si deciden quedarse a ver qué hay después de los títulos finales, se van a ver recompensados. Con una chirola, tampoco esperen un tesoro. 
Fernando Ariel García

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