¡Madre! Director: Darren Aronofsky. Protagonistas: Jennifer Lawrence, Javier Bardem, Ed Harris, Michelle Pfeiffer, Brian Gleeson y Domhnall Gleeson, entre otros. Guionista: Darren Aronofsky. Tema musical de cierre: The End of the World, interpretado por Patti Smith. Protozoa Pictures. EE.UU., 2017. Estreno en la Argentina: 28 de septiembre de 2017.
Tengo que ser sincero. Bastante avanzado el metraje, tuve ganas de levantarme e irme del cine. La premisa original se me había ido al carajo, el thriller psicológico era un verdadero desequilibrio mental y la trama parecía haberse cagado en esa pareja despareja, obsesionada por el bloqueo creativo de él y el maltratado deseo de ella de convertirse en madre. La casa que habitaban, sola en el medio del campo y en proceso de reconstrucción después de un incendio, aparecía desbordada por los secretos que parecía conjurar. Y de los extraños que llegaron para quedarse y enrarecer el aire, sólo quedaba el aire enrarecido. Aquella película de horror existencial que había arrancado hacía algo más de una hora, era ahora un delirio de belleza onanista, regado de símbolos que no entendía.
Pero mi fe en Darren Aronofsky pudo más. Me quedé. Y no sólo no me arrepiento, sino que me quedé con ganas de verla de nuevo. Tal vez, más de dos veces. Sin que yo me diera cuenta, en un momento o en el resultado de la sumatoria de varios momentos, Aronofsky me ordenó el caos. Y al ordenarme el caos, abrió mi percepción de la película hacia sentidos que no hubiera imaginado. Y así, de repente, como de la nada, supe cómo tenía que ver lo que estaba mirando. Y el rompecabezas se transformó en dominó, con las fichas cayendo por el envión de las fichas que la precedieron en su caída, tomando velocidad y vértigo mientras se escapaban, imparables, por los territorios de lo consciente y lo inconsciente.
Una obra maestra. ¡Madre! (Mother!) es mucho más que una película compleja, es un tapiz cultural tan exigente como demandante. Una alegoría no lineal sobre la (pater)maternidad, entendiendo a la (pater)maternidad como sinónimo de fertilidad y entendiendo a la fertilidad como la inmaterial capacidad de generar algo nuevo desde la unión de dos opuestos complementarios: el Hombre y la Mujer, lo bueno y lo malo, el cuerpo y la mente, la vida y la muerte…
La creación como motor indomable de la Creación. En el plano de lo concreto, el libro que no sale y el hijo que no llega. En el plano de lo abstracto, la referencia bíblica a la expulsión del Edén con Jennifer Lawrence, Javier Bardem, Ed Harris, Michelle Pfeiffer, Brian Gleeson y Domhnall Gleeson repartiéndose los papeles de la Madre Tierra, Dios, Adán, Eva, Abel y Caín, con la banda de sonido de The End of the World interpretada por Patti Smith (al igual que en Noé, el filme anterior de Aronofsky sobre el diluvio universal y el arca).
Y en el medio de los sentidos, en ese intersticio que va y vuelve entre lo concreto y lo abstracto, una muy creativa mirada sobre la tortuosa relación entre el creador y la inspiración, la naturaleza de ese maridaje divino y humano, controlable y escurridizo, siempre finiquitado y siempre por acabar. Un fuego capaz de quemarlo todo, logrando destruir y recomenzar. De nuevo. Otra vez. Con total seguridad, más de dos veces.
Fernando Ariel García
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