viernes, 29 de septiembre de 2017

LA SRA. HAIDI: MÁS VALE PERDERLA QUE ENCONTRARLA

La Sra. Haidi. Directores: Rafael Menéndez y Daniel Alvaredo. Protagonistas: María Leal, Guillermo Pfening, María Abadi. Guionista: Ova Canis. Producción de Carlos Federico Piwowarski. Argentina, 2017. Estreno: 12 de octubre de 2017. 

La Sra. Haidi (el personaje que interpreta María Leal) no está bien. Su fe cristiana acabó jugándole una mala pasada. Tanto apego a la Biblia le terminó carcomiendo el cerebro, el corazón y el alma. De la palabra de Dios sólo supo quedarse con la letra fría, como si el verdadero sentido de la religión estuviera en la práctica literal de sus versículos más impiadosos, brutales y sangrientos. 
La Sra. Haidi (la película de Rafael Menéndez y Daniel Alvaredo) no está bien. Su fe cinematográfica acabó jugándole una mala pasada. Tanto apego al canon le terminó carcomiendo el cerebro, el corazón y el alma. Del arte de Hitchcock sólo supo quedarse con el fotograma frío, como si el verdadero sentido del suspenso estuviera en la imitación de sus planos más perturbadores, hipnóticos y shockeantes. 


Lo típico. Un enorme caserón, cerrado, alejado de todo y de todos, en el medio de una noche tormentosa. Una habitante con secretos que se muere de ganas de revelar. Una pareja que se ve obligada a buscar refugio en esa casa y con esa mujer. La presunta seguridad que se vuelve insegura. El descenso a los infiernos y la locura. La necesidad de escapar y la imposibilidad de hacerlo. Lo tópico. 


En La Sra. Haidi todo está en el lugar que tiene que estar, todo pasa en el momento en que tiene que pasar. Los rubros técnicos son correctos y hasta el metraje es el justo. El problema más grande de la película es que no maneja los verosímiles del thriller psicológico que pretende construir. No genera suspenso, no genera miedo, no genera empatía, no genera sorpresa. Ni siquiera genera interés. Está sobreactuada, plagada de tics y parlamentos pretensiosos, alejados de cualquier intento de credibilidad, puestos ahí para decirnos cuán chiflados y desesperados están los personajes. Si hasta tiene una innecesaria escena post-créditos finales para estar a la moda. 
A la Sra. Haidi más vale perderla que encontrarla. A La Sra. Haidi, también. 
Fernando Ariel García

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