Sábado 8 de octubre de 2011. Las 8 de la mañana del primer día de un feriado largo que poco trae de la primavera que estipula el calendario. La casa está silenciosa, mi esposa y mi hija duermen plácidamente. Sólo se oye el piar de la pava que calienta el agua para los primeros mates de la jornada, que hoy arrancó antes de lo previsto. Hace un rato, cansado de dar vueltas en la cama, decidí levantarme y aceptar que estaba despierto. Ahora, quieto contra la ventana, miro hacia afuera. El vidrio, manchado de llovizna. El cielo, cargado de un plomo gris que no augura claridad. Hace frío. Es un buen momento para dejarse abrazar por la tristeza. O la melancolía.
Amor, búsqueda filial, magos y nazis. Parte del cóctel que presenta El tiempo del mal, aventura autonclusiva que, sin embargo, estaba pensada para continuar
Por debajo de la puerta de entrada, el diariero me dejó, como todos los meses, el ejemplar de Fierro. Un ejemplar que no es como el de todos los meses anteriores. Porque festeja el quinto aniversario de la revista. Y porque rinde homenaje a Carlos Trillo, el guionista que definió la historieta argentina de los últimos treinta años (por lo menos); y el amigo que partió cuando sólo se iba de viaje a Londres. Por eso, la lectura de este número especial es algo especial. Raro. Un trance placentero y doloroso a la vez. Placentero, como cualquier otra de las charlas que cruzamos desde hace ¿cuántos? años. Doloroso por la presencia física de la muerte, que me hace saber que hasta acá llegamos, que después de cerrar la revista estaré dando vuelta la última página, dejándolo ir.
A caballo de Homero y Marechal, la odisea barrial de Los misterios de Ulises Boedo fue la primera historieta que encararon Trillo y Mandrafina en 1979. Arriba, la primera versión del cómic, pensada como tira diaria para un matutino. Abajo, la segunda versión, serializada en la revista SuperHumor. Ambas quedaron inconclusas.
El Trillo que encarna en esta Fierro es el Trillo que uno conoció. Lleno de vida, porque estaba lleno de proyectos. Y un hombre lleno de proyectos es un hombre joven, inmortal, capaz de trascenderlo todo. Y acá está acompañado por uno de los hermanos que el camino le puso al lado: Domingo Mandrafina. Por lo general, a la hora de intentar graficar esa innata cualidad de Carlos para sacar lo mejor de cada dibujante, potenciando el hecho creativo que estaban llevando adelante, uno siempre termina cayendo en el ejemplo de las duplas con Altuna o con Meglia. Pero lo cierto es que Trillo tuvo esa misma relación orgánica intransferible con todos sus partenaires historietísticos. Y el equipo que supo formar con Mandrafina está a la altura de los ya mencionados, o más arriba.
La cajita, fundación mítica del peronismo con alusiones (¿y la presencia?) de Jauretche y Discépolo
La selección es poderosa, imponente, porque la obra de Trillo y Mandrafina es así, poderosa e imponente. El tiempo del mal (que los franceses rebautizaron La guerra de los magos cuando la estrenaron en abril de este año), escrita a cuatro manos con el italiano Roberto Dal Prà; la primera versión (en tiras diarias rechazadas por un ignoto matutino) de Los misterios de Ulises Boedo; y la gestación mítica del 17 de octubre que imaginaron para el libro del bicentenario La Patria Dibujada (ver http://labitacorademaneco.blogspot.com/2010/07/el-pueblo-unido.html), lo dicen todo. La recuperación del suburbio como territorio válido para la Aventura. La mística del tono costumbrista como asunción de un rasgo identitario fundante. La cotidianeidad de lo extraordinario. Lo extraordinario de la cotidianeidad. Una cuestión de perspectivas. El saber desde dónde estaba mirando el mundo, de qué lado del mostrador estaba parado.
Con dibujo de Pablo Túnica, Trillo y Belgrano Rawson se cruzan con David Viñas
Por último, el cierre necesario. Un texto de Eduardo Belgrano Rawson, ilustrado por Pablo Túnica, en donde las palabras justas reconstruyen la memoria compartida entre el autor y Trillo durante los ’60, cuando los dos se decidieron a encarar sus carreras narrativas. Después vendría lo que todos sabemos. El guionista que definió la historieta argentina de los últimos treinta años (por lo menos); y el amigo que partió cuando sólo se iba de viaje a Londres.
Chau, Carlos. Gracias por todo. Por todo.
Qué cagada que hayas tenido que irte tan temprano.
Fernando Ariel García
Chau, Carlos. Gracias por todo. Por todo.
Qué cagada que hayas tenido que irte tan temprano.
Fernando Ariel García
Fierro Nº 60 (Especial 5 Años). Autores: Carlos Trillo, Domingo Mandrafina, Roberto Dal Pra`, Juan Sasturain, Daniel Paz, Eduardo Belgrano Rawson, Pablo Túnica. Director: Juan Sasturain. 72 páginas a color y en blanco y negro. La Página. ISSN: 1514-6855. Argentina, octubre de 2011.
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