miércoles, 26 de octubre de 2011

DYLAN DOG 25. IL MITO DI UNA GENERAZIONE: EL SUEÑO DE LA RAZON

Cuando el catálogo de una exposición está bien hecho, es mucho más que el compilado de las obras exhibidas. Cuando el catálogo de una exposición está bien hecho, logra reproducir el o los sentidos que genera, construye y deconstruye ese intercambio que entablan las distintas piezas en muestra. Dylan Dog 25. Il mito di una generazione es un catálogo que está muy bien hecho. Es fácil de decir y muy difícil de hacer. Porque el catálogo ha logrado concentrar la conciencia con que se curó (hasta obsesivamente, me animaría a decir) la homónima muestra que el Centro Fumetto “Andrea Pazienza” dedicó al primer cuarto de siglo de existencia del investigador de las pesadillas más importante del fumetto italiano. Un verdadero lujo para todos aquellos que pudieron estar en la ciudad de Cremona entre el 8 y el 29 de mayo pasados. Y una exquisita oportunidad (la del libro) para aquellos que no.



Página de la carpeta promocional de Dylan Dog (arriba) y una carta de Tiziano Sclavi (abajo)

La expo (colgada en las paredes o impresa en el papel) celebró como se debe los 25 años de Dylan Dog, fenómeno editorial e icono cultural a tiempo completo, gracias a los complejos mecanismos internos con que Tiziano Sclavi pergreñó serie y personajes; y al tesón y la visión comercial del recientemente desaparecido Sergio Bonelli, que apostó por él cuando Dylan Dog era sólo el nuevo lanzamiento de la escudería editorial más importante de la historieta popular italiana. Es imposible imaginar al actual kiosco italiano sin sus (muchos, tal vez demasiados) títulos de Dylan Dog en exhibición. Pero hace 25 años, ese lugar había que ganárselo con imaginación, ingenio y una alta dosis de monstruos. Y el inquilino de Craven Road demostró estar a la altura de las circunstancias. O, tal vez, un poquitín más arriba.



Boceto y página final a cargo de Bruno Brindisi

La expo (colgada en las paredes o impresa en el papel) recogió material de archivo nunca antes visto, desde la carpeta de presentación del proyecto (“inspirado en los filmes de Dario Argento, George Romero y John Carpenter”, como hacen notar los cortos textos promocionales); estudios gráficos de Claudio Villa y Angelo Stano, responsables de definir el look de la revista; planchas originales de Ferdinando Tacconi, Bruno Brindisi, Franco Saudelli y, entre otros, el argentino Gustavo Trigo, uno de los dibujantes escogidos durante las primeras horas del proyecto; cartas, notas preparatorias del propio Sclavi, tipeadas en una máquina de escribir que las hace parecer mucho más antiguas de lo que son en realidad; y una serie de ilustraciones solicitadas a Stano, Brindisi, Claudio Castellini, Marco Soldi y el legendario Sergio Toppi, custodiadas con devoción por Marco Cortellazzi, fanático especialista que abrió las puertas de su colección privada para el deleite de todos.



Ilustraciones especiales de Angelo Stano (arriba) y Sergio Toppi (abajo)

Para el degustador de Dylan Dog, tener acceso a la cocina en dónde se elaboró la historieta es como tocar el cielo (o el infierno, que sería lo más apropiado en este caso) con las manos. Poder atesorarlo en su biblioteca y dejarse invadir por las sensaciones y emociones que despierta, un placer sibarita. Sin embargo, lo más atrapante de este catálogo es el análisis minucioso, detallado, profundo, que favorece su lectura. Surge naturalmente de los documentos históricos, se corporiza desde los textos especialmente escritos por Jane Alquati (asesora de Políticas Juveniles Educativas y Familiares de la comuna de Cremona), Valentina Mauri (presidenta del Centro Fumetto “Andrea Pazienza”), Giovanni Gualdoni (curador de Dylan Dog para la Sergio Bonelli Editore) y Michele Ginevra (coordinador del Centro Fumetto “Andrea Pazienza”). Está en el ADN que inventó Sclavi. Dylan Dog es (antes y además de) un fenómeno editorial e icono cultural a tiempo completo, una lupa para mirar la contemporaneidad, enfocar la condición humana y observar los comportamientos sociales de la otredad, que no es otra cosa que ese irreconocible monstruo que nos devuelve el espejo. El terror como manifestación de la angustia existencial inherente al ser humano.
Feliz cumpleaños.
Fernando Ariel García


Dylan Dog 25. Il mito di una generazione. Autores: Varios. Portada: Maurizio Di Vincenzo. 64 páginas en blanco y negro. Centro Fumetto “Andrea Pazienza” en colaboración con Sergio Bonelli Editore. Italia, mayo de 2011.

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