Tiempo atrás escribí mis impresiones sobre Strange Tales Max (http://labitacorademaneco.blogspot.com/2010/02/el-todo-por-las-partes.html), la miniserie superheroica de Marvel pensada para los lectores que ya no seguimos regularmente las historietas de superhéroes. En esa columna decía cómo colisionaban los contenidos con el formato escogido. En resumidas cuentas, por haber decidido dividir lo que conceptualmente es un libro en tres entregas consecutivas. En Wednesday Comics, por suerte, no pasó lo mismo. De hecho, aunque ya haya encargado la edición recopilatoria de esta miniserie semanal de doce entregas publicada por DC, estoy convencido de que el formato natural y orgánico para la lectura de este cómic no es el libro, sino las revistas.
¿Por qué? Por haber sido pensado, de antemano, como un homenaje a los viejos suplementos dominicales en formato tabloide, habitados por el continuará (y el ejercicio de la lectura seriada) como rasgo definitorio de las tiras de prensa. Y por haber sido ejecutado de manera soberbia por un entramado de consagrados autores y promesas en actividad, entre los que se cuentan Brian Azarello y Eduardo Risso (Batman), Dave Gibbons y Ryan Sook (Kamandi), John Arcudi y Lee Bermejo (Superman), Dave Bullock y Vinton Heuck (Deadman), Kurt Busiek y Joe Quinones (Green Lantern), Neil Gaiman y Mike Allred (Metamorpho), Eddie Berganza y Sean Galloway (Teen Titans), Jimmy Palmiotti y Amanda Conner (Supergirl), Paul Pope (Adam Strange), Dan Di Dio, José Luis García-López y Kevin Nowlan (Metal Men), Ben Caldwell (Wonder Woman), Adam Kubert y Joe Kubert (Sgt. Rock), Karl Kerschl y Brenden Fletcher (Flash), Walt Simonson y Brian Stelfreeze (The Demon & Catwoman); y Kyle Baker (Hawkman).
Al igual que Strange Tales Max, este Wednesday Comics trabaja principalmente sobre el imaginario superheroico construído durante la Edad Plateada, desentendiéndose adrede de los lazos y ramificaciones derivados de la actual continuidad interna por donde la editorial hace transitar a sus personajes. Lo que vale aquí es el concepto icónico, abrazando el costado dramático aventurero antes que la mirada cariñosamente bufona, traducido en un cóctel balanceado de enfoques clásicos y modelos contemporáneos, asumiendo incluso el riesgo de algunas rupturas vanguardistas.
A una página de cada personaje por número, está claro que las aventuras contadas en Wednesday Comics están más cerca de la anécdota que de la saga, premisa en la que algunos autores se lucen mucho más que otros gracias al abrazo y/o hibridación de los géneros. Arriba de todo está el policial negro de Batman, secreto familiar y femme fatale incluidos, explotando uno de los registros que mejor le cierran al Hombre Murciélago. Le siguen la asunción del arte pop como conciencia planetaria que plantea Metamorpho, el retrato bélico del frente europeo durante la Segunda Guerra mundial que retrata Sgt. Rock, el destilado de testosterona que exhibe Hawkman; y las banderas fantacientíficas del pulp que orgullosamente levantan Adam Strange y Kamandi, este último rindiendo homenaje formal al Príncipe Valiente de Harold Foster, dicho sea de paso.
Por separado y/o en conjunto, los seriales de Wednesday Comics aggiornan las premisas nostálgicas que conformaron las principales lecturas para una generación (la mía) que creció a la sombra de las revistas de DC en las ediciones mexicanas de Novaro. El énfasis está puesto en la atemporalidad conceptual y las imágenes que mayor impacto causaron en nuestras retinas infantiles. Están los consabidos ritos iniciáticos, las referencias mitológicas, el relato en off, la metáfora post-apocalíptica, los gorilas parlantes y los dinosaurios vivos, las paradojas temporales y hasta el conocido replanteo identitario que todo superhéroe se hace en algún momento de su carrera. En este sentido, me resultaron particularmente interesantes la incorporación de la Guerra Fría y la carrera espacial que Green Lantern estipula como escenario, con el peligro rojo como leitmotiv de la Seguridad Nacional; hermanado con la actualizada paranoia de los hombres bomba (Metal Men) y los ataques terroristas a bordo de aviones de línea (Hawkman). Imágenes de fuerte contenido ideológico que repercuten en el cerebro de aquel niño hoy devenido en lector adulto.
Y es que ahí reside, justamente, el encanto irresistible de Wednesday Comics. En el recupero del espacio lúdico para la memoria de todo aquel que quiera perderse entre las páginas del tiempo. Un viaje sin escalas a esa época donde el mundo era (o nos lo parecía) mucho más grande, capaz de guardar porciones enteras de territorios por explorar. Islas para naufragar, cantaría Sabina.
El universo desbocado de la imaginación, me animo a retrucar.
El universo desbocado de la imaginación, me animo a retrucar.
Fernando Ariel García
Wednesday Comics Nº 1 a 12
Autores: Varios
Editor: Mark Chiarello
16 páginas a color
DC Comics
Autores: Varios
Editor: Mark Chiarello
16 páginas a color
DC Comics
ISSN: 7-61941-27943-5
No hay comentarios:
Publicar un comentario