miércoles, 3 de febrero de 2010

STRANGE TALES MAX: EL TODO POR LAS PARTES

¿Puede haber algo mejor que un Hulk neurótico y psicotizado a cargo de Peter Bagge, que le hace pasar las de Caín cuando el Gigante Esmeralda sólo quería tener una vida social normal, desarticular los discursos instalados alrededor del mundo del arte y el diseño y, de paso, desarrollar el prozac como arma militar psíquica?
El Incorregible Hulk de Peter Bagge

¿Qué tal un Hulk samurai de Stan Sakai, capaz de dilucidar el sentido del honor mezclando partes iguales de folklore japonés y Universo Marvel? ¿O un colorido escuadrón de Hulks clonado por James Kochalka? ¿O un Hombre-Araña de Jason, más preocupado por recuperar la “normalidad” perdida que en detener al villano de turno? ¿O un Hombre de Hierro de Tony Millionaire perdido entre los pliegues de una desopilante carrera espacial en medio de la Guerra Fría? ¿Están listos para presenciar el debate intelectual -y a las trompadas- que La Bestia y Morbius entablan sobre la dicotomía ciencia-religión, evolucionismo-creacionismo, verdadera obra maestra de Jay Stephens?
Jay Stephens: Debate científico y lucha libre

¿Se animan a salir de ronda con los Inhumanos, salvando al mundo entre comidas, de la mano de Paul Pope y José Villarubia? ¿O echar una mirada sobre la represión femenina sufrida por la Hulka de la era victoriana, gracias al quehacer de John Leavitt y Molly Crabapple? ¿O sufrir en carne propia el descenso de la autoestima que para el Hombre-Araña representa el vivir en un planeta donde todos sus habitantes manga cute (responsabilidad de Junko Mizuno) tienen su mismo poder? ¿O acompañar a Jeffrey Brown mientras espía las tontas bromas callejeras que hacen los 4 Fantásticos? ¿O a tomar una clase relámpago de Confusionismo dictada por el Punisher y Jonathan Jay Lee?
El Hombre-Araña de Jason, un monólogo sobre la "normalidad"

Todo esto (y mucho, mucho más) conforma el frenético combo que Marvel publicó como miniserie de tres entregas bajo el rótulo formal de Strange Tales Max. Directa referencia al clásico título antológico de los ’60 donde brillaron el Nick Fury de Steranko y el Dr. Strange de Gene Colan, entre otros, pero aplicándole la lógica ilógica de los deliciosos Bizarro Comics de la Distinguida Competencia.
Tony Millionaire recrea al Hombre de Hierro de Gene Colan

Porque, principalmente, estas cortas reverencias irreverentes de Nick Bertozzi, Dash Shaw, Johnny Ryan, M. Kupperman, Nicholas Gurevitch, R. Kikuo Johnson y Max Cannon, entre otros nombres fundamentales del actual cómic estadounidense independiente, experimental y libre de cualquier tipo de ataduras, operan sobre las convenciones con que Stan Lee y Jack Kirby (y John Romita y Steve Ditko y John Buscema y siguen las firmas) rompieron, en su momento de gloria durante los ’60 y los ’70, las convenciones que encorsetaban el género de superhéroes, insuflándole nueva vida y personalidad propia. Juegan con lo absurdo de esa visión, con el manejo de los temas sociales a través de prismas pretendidamente trascendentales, con la exuberancia verborrágica, con la desmesura cósmica de sus planteos. Desvirtuan esa esencia para, en una pirueta de asombrosa meticulosidad, recuperar ese espíritu que supo ser progresista antes de caer en la impostura estática que hoy mismo puede encontrarse en miles de páginas publicadas mensualmente por la Casa de la Ideas.
Hulk samurai. O el Usagi Yojimbo verde de Stan Sakai

¿Por qué demonios, entonces, eligieron el formato errado?
Pongámoslo blanco sobre negro. Strange Tales Max debió haber sido un libro. De entrada. Dividir esta unidad conceptual en tres (y, encima, serializar El Incorregible Hulk de Bagge en las tres revistas) atenta contra el disfrute pleno del proyecto. Strange Tales Max está dirigido al lector veterano como yo, conocedor del Universo Marvel clásico, enganchado emocionalmente con esos personajes y esa retórica, pero bastante alejado de lo que se hace hoy en día entre mutantes, arácnidos y patriotas en pijama. El tipo de cómic de superhéroes capaz de atraer a los lectores que no se sienten atraídos por el cómic de superhéroes medio.
Paul Pope quiere alimentar a la mascota de los Inhumanos

Forma y contenido no deberían ser conceptos aislados y/o enfrentados. Todo lo contrario. La buena elección de un formato realza el valor de los contenidos, los coloca en su justa dimensión, los trata con el respeto que se merecen. Aquí, lamentablemente, el resultado final es inferior a la sumatoria de las partes.
Y si no me creen, hagan la prueba. Léanlas las tres juntas, como corresponde. Y después me cuentan.
Fernando Ariel García
Strange Tales MAX Nº 1 a 3
Autores:
Varios
Editores: Jody LeHup, Aubrey Sitterson, John Barber y Axel Alonso
48 páginas a color
Marvel Publishing

No hay comentarios:

Publicar un comentario