martes, 27 de noviembre de 2012

DIABOLIK Nº 11: EL TIEMPO PASA

Leo en los diarios que Isabel Sarli acaba de ser nombrada Embajadora de la Cultura Popular Argentina, “tanto por sus dotes de actriz cinematográfica como por estar considerada un icono popular de su época y una figura emblemática del cine argentino”. Me parece bien, muy bien; y lo celebro. Por cuestión generacional, soy de los que se hacían la rata para escaparse hasta algún cine en que dejaran entrar a los menores (en edad escolar) a ver sus películas prohibidas para menores de 18 años. Creo, hoy más que ayer, que el cine de Isabel Sarli (en realidad, el cine de Armando Bó protagonizado por La Coca Sarli) tiene sus méritos artísticos inscriptos en el género kitsch, precursor de lo que hoy se entiende como almodovariano. Pero lo cierto es que lo único que nos importaba en esos años mozos era el portentoso par de tetas de la Coca y nada más. Porque, vale aclararlo, esas imágenes naif que ahora puedo ver en cualquier momento, en DVD, televisión abierta y/o por cable, fueron perseguidas y censuradas por su alto contenido erótico y, me animaría a decir, pornográfico.


Bruno Brindisi

Al igual que con el arte de Isabel Sarli, el tiempo ha operado un corrimiento similar con la percepción de Diabolik, el icono del fumetto nero, la historieta italiana de corte policial, hiperviolento, amoral y sexista que, hace cincuenta años, tomó por asalto la cultura popular y trepó al podio de la fama. Toda esa incorrección subversiva ideada por las hermanas Angela y Luciana Guissani (emergentes de la alta burguesía de Milán, dicho de sea de paso) ha sido asimilada y superada por la realidad y los nuevos parámetros ficcionales. Aquello que resultó novedoso (y hasta vanguardista) hace 50 años hoy ya no lo es.


Emanuele Barison

Disquisiciones que vienen a cuento de Il segreto di Diabolik (El secreto de Diabolik), la historieta de Mario Gomboli, Tito Faraci, Emanuele Barison y Bruno Brindisi con que la editorial Astorina festejó, oficialmente, los 50 años de Diabolik. Para empezar, el cómic promete aquello que no cumple, o sea revelar una parte importante del pasado desconocido de Diabolik, a partir de una premisa argumental que pone a Eva Kant, amor incondicional del protagonista, en el rol de una circunstancial Sherezade, obligada a contar una historia relacionada con la verdadera identidad de Diabolik. Construcción narrada mediante flashbacks (dibujados por Brindisi, de lejos lo mejor que esta revista tiene para ofrecer) que el anticlimático final echa por la borda. Final que, por otra parte, reafirma por millonésima vez la concepción imaginaria de la serie. Más de lo mismo, diríamos en el barrio.


Bruno Brindisi

No sé qué les pasará a los demás. Cuando veo una de las películas de Isabel Sarli, soy consciente de que representan el imaginario colectivo de hace treinta, cuarenta o cincuenta años. Y es desde esa perspectiva que los filmes me siguen atrayendo y divirtiendo, ya que de haber sido filmadas hoy, esa identidad anclada en el pasado no tendría ningún tipo de atractivo. Y ese es, a mi entender, el peor pecado cometido por Il segreto di Diabolik, una historieta hecha hoy tal como hubiera sido realizada hace cincuenta años. El tiempo pasa, cantaba Silvio Rodríguez; y si bien Diabolik (como la Coca) ha sido y seguirá siendo un clásico moderno, Il segreto… es una obra vieja, que no llega a clasificar ni siquiera como nostalgia.
Fernando Ariel García



Diabolik Año LI Nº 11. Argumento: Mario Gomboli y Tito Faraci. Guión: Tito Faraci. Dibujos: Emanuele Barison y Bruno Brindisi. Portada: Emanuele Barison (con inserto de una viñeta de Bruno Brindisi). Director Responsable: Mario Gomboli. 128 páginas en blanco y negro. Astorina. ISSN: 1124-0458. Italia, 1º de noviembre de 2012.

Bonus track: Los fanáticos de parabienes. Sky Cinema anunció la producción de 13 episodios de Diabolik. La serie, a estrenarse el año entrante. Con imagen real, alto presupuesto y respeto a los lineamientos originales del cómic, todavía no ha sido divulgado el reparto. Aquí el avance televisivo:


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