martes, 27 de diciembre de 2011

LO MEJOR DE LA CHIVA

(Información de prensa) Feroces Editores se complace en publicar una selección de los mejores momentos de la revista independiente más importante de Chile, con dibujantes de talla internacional como Pepe Palomo, Hervi y Alberto Vivanco y su hermano Jorge (Pepe Huinca).



Para muchos autores de la nueva historieta chilena, la importancia de La Chiva, va más allá de su indiscutible calidad artística o de sus cualidades de retrato de una época, o de una instantánea de la situación de un momento de nuestra historia, su aparición es todo un hito editorial, puesto que nace como una de las primeras revistas de historieta producida completamente por sus propios autores, independiente y autogestionada, de espaldas a la industria, después del quiebre editorial de mediados de los años 70.
La Chiva fue siempre fruto de un trabajo colectivo. Las páginas de su historieta más emblemática: Lo Chamullo, fueron realizadas a ocho manos por cada uno de los citados autores, que dibujaron detalle a detalle cada personaje, dejando su impronta en cada viñeta. Esta forma de trabajo ya la habían experimentado Alberto Vivanco, Palomo y Hervi en la revista picaresca El Pingüino.
Hoy, después de 43 años, la modesta revista de estos cuatro quijotescos mosqueteros se ha elevado a la categoría de mito fundacional. Sus escasos ejemplares, difíciles de encontrar, son disputados por ávidos coleccionistas e investigadores, al tiempo que la sombra de La Chiva gravita sobre más de una generación de humoristas gráficos y de autores de narrativa gráfica de los más diversos estilos.
Su influencia llega hasta nosotros y puede verse claramente en los trabajos de dibujantes como Leo Ríos, Christiano, Asterisko, Rodrigo Salinas, Don Liebre y hasta en autores cuya obra, bien podría situarse en sus antípodas, como es el caso de los trabajos íntimos de Vicente Plaza.
¿Habrán entendido a cabalidad estos cuatro artistas y sus colaboradores lo importante de su obra? ¿Se habrán dado cuenta de la revuelta artística y generacional que tenían entre sus manos en aquellos tiempos? La respuesta de Vivanco es categórica: “No, en absoluto. De alguna forma encontrábamos que era como una obligación nuestra hacer cosas que nos dieran placer y el apoyo que recibíamos, tanto de los dibujantes, como incluso de escritores que nos llevaban cosas y del público de lectores era tan grande, que entonces era ya como una especie de obligación. (…) A La Chiva la menciona gente que no tiene nada que ver con el dibujo (…) Cómo íbamos a defraudar a tanta gente… y además que nos gustaba, nos gustaba”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario