lunes, 20 de julio de 2009

ASTRO BOY VOL. 1: DEL BUEN USO DE LA CIENCIA

Todo bien con Dragon Ball. Me encanta Evangelion. Me saco el sombrero ante Taniguchi y todavía me excito con Akira. No tengo nada en contra del manga, siempre y cuando logre sintonizar emocional, intelectual y/o estéticamente con esas páginas que ahora se empeñan en hacernos leer al revés. Pero si tengo que elegir un manga entre tantos, no lo dudo ni un segundo. Es Astro Boy. El original. Con los otros me puedo entretener (y mucho, si lo dibuja Diego Jourdan Pereira), pero el de Osamu Tezuka me da vuelta la cabeza.
Supongo que algo tendrá que ver el que haya crecido viendo, una y otra vez, los viejos episodios televisivos en blanco y negro del robot con corazón de niño. Roy Thomas dice que no existe una única edad dorada de la historieta, que cada lector tiene la suya propia, la que va de los cinco a los diez años, más o menos, ya que todo aquello que leyó (y vio, me animaría a agregar) en esa época lo va a acompañar toda la vida, por razones que van más allá de la razón. Y debe ser cierto, porque al leer el primer tomo de la edición argentina de Astro Boy realizada por Deux Graphica, no pude evitar volver a sentirme niño, frente a la chocolatada con galletitas que se interponía entre mi persona y la televisión. Si hasta sentí (lo juro) el chuick chuick que hacía Astro al caminar, como si fuera dejando una estela de besos en el camino.
Puede ser que no haya hecho nada para evitar caer en un irrefrenable episodio de nostalgia, pero prefiero creer (porque estoy seguro de que es la verdad) que estuve frente a un hecho creativo que, a fuerza de calidad, logró romper todas las barreras culturales e idiomáticas posibles antes de vencer el paso del tiempo. Porque Astro Boy es eso, mucho más que un pedazo importante de mis años formativos; y mucho más que un icono globalizado capaz de ser instalado y consumido con la recurrencia que dicta el mercado y las leyes de la empresa.
Tezuka no fue sólo un historietista. Fue un gran artista con inquietudes sociales y humanitarias, desvelado (por lo que puede entreverse a travás de sus obras) con el límite moral de los hombres y las cosas. Y en el caso particular de Astro Boy, con la tensión ética ante la utilización de los adelantos y conocimientos científico-tecnológicos en beneficio propio. Sobre todo, cuando entran en juego las subjetividades humanas ante la vida y la muerte. Y lo más interesante de este Astro Boy es que semejante tipo de planteos no aparecen dogmatizados bajo pretensiones trascendentalistas, sino que se encuentran orgánicamente diluidos entre medio de las tramas, pródigas en aventuras y vueltas de tuerca que hacen avanzar la acción.
Porque las páginas de Astro Boy no se ponen a reflexionar explícitamente sobre los condicionamientos éticos y morales que exponen (aunque la resolución de las tramas muestre cuál era la postura de Tezuka), sino que dejan abierta la puerta para que el lector termine adoptando una posición ante los hechos.
Entretener educando, le decían antes.
Fernando Ariel García
Astro Boy Vol. 1
Autor:
Osamu Tezuka
Traductor: Gonzalo Perello
224 páginas en blanco y negro
Deux Graphica Studio
ISBN: 978-987-1485-20-8

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