Entre la razón y la locura. Director: Farhad Safinia. Protagonistas: Mel Gibson, Sean Penn, Natalie Dormer, Stephen Dillane, Jennifer Ehle, Jeremy Irvine, Eddie Marsan y Ioan Gruffudd, entre otros. Guión: John Boorman, Todd Komarnicki, Farhad Safinia, basado en el libro The Surgeon of Crowthorne: A Tale of Murder, Madness and the Love of Words, de Simon Winchester. Fastnet Films / 22h22 / Caviar Antwerp NV / Definition Films / Icon Entertainment International / Zik Zak Filmworks. EE.UU. / Irlanda, 2019. Estreno en la Argentina: 9 de mayo de 2019.
Para Edgar Allan Poe, la locura debería ser considerada como la expresión más elevada del genio humano. Desde esa perspectiva, todo aquello que nosotros vemos (y entendemos) como ajeno a la razón, no sería otra cosa que una mirada más sutil, compleja y completa de la realidad, capaz de encontrar las relaciones entre lo aparentemente inconexo, sin restricciones influidas por los condicionantes morales, ideológicos, religiosos y culturales que legitiman el hegemónico comportamiento humano.
Entre la razón y la locura (The Professor and the Madman) parte desde esta premisa, pero no se anima a abordarla. Y es una pena, porque la tensión existencial sobre las dicotomías bien-mal, verdad-mentira, orden-caos y objetividad-subjetividad, amén de la estructuración de sus sentidos mediante los significantes y los significados expuestos por el lenguaje valorizado en palabras, es la base sobre la que va a erigirse la relación personal entre el profesor James Murray (Mel Gibson) y el médico W.C. Minor (Sean Penn). El filólogo británico encargado de llevar a buen puerto la edición del primer Diccionario Oxford de la Lengua Inglesa; y el autor de más de 10 mil detalladísimas entradas, veterano de la Guerra Civil estadounidense que estaba preso en un asilo para criminales dementes del Reino Unido.
De una contundente belleza formal, el film de Farhad Safinia se detiene en la obsesión que ambos protagonistas sienten por la catalogación, viéndose atravesados por el efecto devastador y/o sanador que las palabras desencadenan sobre sus psiquis obsesionadas por edificar la percepción moderna del conocimiento, imponiendo un orden (pre)determinado por su concepción interesada, parcial, conservadora e imperial del mundo.
Fusión de géneros que pasa por el policial, el melodrama familiar victoriano, el romance trágico y el debate académico-científico, Entre la razón y la locura permite el lucimiento de sus dos principales figuras, impecables hasta en la medida sobreactuación de sus gestos y posturas. Pero trastabilla un poco (me parece) al sobrevalorar el entorno de tramas que orbitan alrededor del tema excluyente. Como si la titánica y demencial tarea de hacer un diccionario fuera más importante que el juego de espejos que plantean Gibson y Penn, haciendo equilibrio sobre el filo del abismo sin animarse nunca a mirar qué hay debajo. O qué tenemos adentro.
Fernando Ariel García
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