viernes, 24 de diciembre de 2021

¡FELIZ NAVIDAD!

La Bitácora de Maneco les desea

Felices Fiestas Merry Christmas Buon Natale Joyeux Noël Feliz Natal


Portada de la revista argentina Patoruzú, 
publicada el 21 de diciembre de 1937

miércoles, 22 de diciembre de 2021

MATRIX. RESURRECCIONES: MENTIRA LA VERDAD

Matrix. Resurrecciones. Directora: Lana Wachowski. Protagonistas: Keanu Reeves, Carrie-Anne Moss, Yahya Abdul-Mateen II, Jessica Henwick, Jonathan Groff, Neil Patrick Harris, Priyanka Chopra Jonas, Jada Pinkett Smith, Lambert Wilson y Daniel Bernhardt, entre otros. Guionistas: Lana Wachowski, David Mitchell y Aleksandar Hemon, basado en personajes y situaciones creadas por las hermanas Wachowski. Village Roadshow Pictures / Venus Castina Productions. EE.UU., 2021. Estreno en la Argentina: 22 de diciembre de 2021. Disponible en HBO max desde el 28 de enero de 2022.


Déjà vu. O ya visto, en francés. Se suele utilizar esta frase hecha para definir el extraño fenómeno de tener la sensación de estar viviendo una situación o una experiencia puntual que ya se ha vivido o experimentado en el pasado. En Matrix. Resurrecciones (The Matrix. Resurrections), la directora Lana Wachowski va un paso más allá; y la convierte en un juego de espejos simbólico que define y motoriza el conflicto entre los personajes principales y el concepto identitario de la Matrix. Un diálogo de paralelismos y divergencias entre la trilogía original y esta cuarta película.


Porque, hay que decir la verdad, Wachowski consiguió lo que, a priori, parecía imposible. Una película que sea una secuela y un relanzamiento y, al mismo tiempo, no sea ni una secuela ni un relanzamiento. Sino algo mucho más complejo y atractivo, un artefacto de relojería metanarrativo donde, como corresponde al espíritu de la saga, la acción y la reflexión van de la mano, a ambos lados de la pantalla. Porque vuelve a clavar la duda existencial en el lugar indicado, en el momento justo. ¿Qué es la realidad? ¿Lo que estamos viviendo o lo que creemos que estamos viviendo?


Equilibrada fusión entre el cyberpunk y la filosofía, Alicia en el país de las maravillas y los cómics de superhéroes, las películas occidentales de acción, la estética animé y las peleas coreografiadas al estilo del cine chino de artes marciales. Mientras va siendo todo eso, Resurrecciones también es una historia de amor. Y el afilado análisis del lugar que la saga de Matrix ocupa en el imaginario mundial; poniendo en el tapete cómo las corporaciones pretenden alimentarse de la energía vital de la (tal vez) ficción audiovisual más importante de los últimos veinte años, por su impacto en la vida cotidiana de las personas y en la industria global del entretenimiento.


Y como si todo esto no fuera suficiente, Wachowski sumó a su discurso cinematográfico un fuerte contenido político en contra de la hegemónica concepción binaria de la existencia. No se trata sólo de celebrar la libertad individual traducida en identidad de género. Sino de entender que los mandatos familiares, sociales y culturales también forman parte de las estrategias de sometimiento humano que la Matrix utiliza sin compasión ni remordimientos.


De más está decirlo, Resurrecciones está lejos de ser una película perfecta, pero es una obra inteligente e inquietante. Mejor dicho, es inteligente por lo inquietante. Y por eso, creo, vale la pena verla. Quédense hasta el final. No es un tanque fílmico de Marvel o DC, pero tiene escena post-créditos.
Fernando Ariel García

miércoles, 15 de diciembre de 2021

SPIDER-MAN. SIN CAMINO A CASA: MULTIVERSO Y RESPONSABILIDAD

Spider-Man: Sin camino a casa. Director: Jon Watts. Protagonistas: Tom Holland (Peter Parker / Spider-Man), Zendaya (MJ), Jacob Batalon (Ned Leeds), Benedict Cumberbatch (Doctor Strange), Alfred Molina (Otto Octavius / Doctor Octopus), Willem Dafoe (Norman Osborn / Green Goblin), Jamie Foxx (Max Dillon / Electro), Thomas Haden Church (Flint Marko / Sandman), Rhys Ifans (Curt Connors / Lizard), Marisa Tomei (May Parker), Jon Favreau (Happy Hogan), Benedict Wong (Wong), J.K. Simmons (J. Jonah Jameson), Angourie Rice (Betty Brant) y Tony Revolori (Flash Thompson), entre otros. Guionistas: Chris McKenna y Erik Sommers, basado en personajes y situaciones creados por Stan Lee y Steve Ditko para los cómics de Marvel. Columbia Pictures / Sony Pictures Entertainment / Marvel Studios / Pascal Pictures. EE.UU., 2021. Estreno en la Argentina: 16 de diciembre de 2021.


Llegó el día. Después de tantas expectativas, tantas filtraciones y tantas fake news generadas alrededor de Spider-Man: Sin camino a casa (Spider-Man: No Way Home), el final de la trilogía “hogareña” del nuevo trepamuros (ver aquí y aquí) se muestra al público con todo lo que tiene para ofrecer. La misma película se encargará de responder si Tobey Maguire y Andrew Garfield vuelven a calzarse el icónico traje rojo y azul; y si el rincón Netflix del Universo Cinematográfico Marvel (UCM) pasa a ser considerado canónico. O no.


Porque más allá del ruido y el fanatismo que despiertan estas dudas nunca aclaradas (aunque siempre alimentadas) por Marvel, Sin camino a casa es un film que viene a marcar un punto y aparte en el UCM y en el Spider-Man de Tom Holland. En el UCM, porque le otorga al concepto del Multiverso el peso específico (visual y, sobre todo, emocional) que habían dejado entrever las series de Loki y What If…? Principalmente, por hacer lo que ya habían hecho la película animada Spider-Man: Un nuevo universo y el evento televisivo de la Distinguida Competencia: Crisis en Tierras Infinitas. Darle carnadura existencial al recurso técnico de los universos paralelos; y forjar un sólo lienzo narrativo metaficticio con las pasadas vidas audiovisuales de la licencia. Y para eso, ahí están (ahí brillan) Willem Dafoe y Alfred Molina, recordándonos lo buenas que fueron las dos primeras películas de la trilogía dirigida por Sam Raimi; y Jamie Foxx, confirmando lo buenas que podrían haber sido las dos entregas de Marc Webb, si no la hubiera pifiado tanto con el registro elegido (ver aquí y aquí).


Pero lo más importante, sin dudas, es el impacto que el film guarda para el arácnido de Tom Holland. Por fin, Spider-Man asume la gran responsabilidad que conlleva su gran poder. Como en los mejores cómics de Stan Lee y John Romita, el superhéroe demuestra que ya no necesita tutores de ningún rango (tecnológico o místico) para re-afirmarse en sus convicciones, plantarse de igual a igual ante cualquier Vengador y hacer valer su cosmovisión de las cosas. Tomando los riesgos que tenga que tomar, pagando los costos que tenga que pagar; y aprendiendo a vivir con las consecuencias de sus actos.


Tan entretenida como innecesariamente extensa, Spider-Man: Sin camino a casa no tiene sorpresas. Es la película que se esperaba que fuera. Épica, melodramática, empática y emotiva, entrega (para bien de algunos, para mal de otros) aquello que se estaba esperando de ella. Conviene quedarse hasta el final, porque hay escenas post-créditos. Y lo que se viene, promete ser muy interesante.
Fernando Ariel García

WHAT IF…?: MULTIVERSO PARA TODOS (Y TODAS)

What If…? Director: Bryan Andrews. Protagonistas: Jeffrey Wright (Watcher), Hayley Atwell (Peggy Carter / Capitana Carter), Chadwick Boseman (Star-Lord T'Challa, Pantera Negra), Benedict Cumberbatch (Dr. Stephen Strange / Supremo Doctor Strange), Chris Hemsworth (Thor), Sebastian Stan (Bucky Barnes / Soldado del Invierno), Michael B. Jordan (Killmonger), Samuel L. Jackson (Nick Fury), Ross Marquand (Ultron, Johann Schmidt / Red Skull), Paul Bettany (J.A.R.V.I.S. / Vision), Jeremy Renner (Clint Barton / Hawkeye), Mark Ruffalo (Bruce Banner / Hulk), Tom Hiddleston (Loki), Paul Rudd (Scott Lang / Ant-Man), Evangeline Lilly (Hope van Dyne / Wasp), Michael Douglas (Hank Pym / Ant-Man), Lake Bell (Natasha Romanoff / Black Widow), Mick Wingert (Tony Stark / Iron Man), Hudson Thames (Peter Parker / Spider-Man), Alexandra Daniels (Carol Danvers / Capitana Marvel), Josh Keaton (Steve Rogers / Capitán América), Don Cheadle (James Rhodes), Josh Brolin (Thanos), Benicio del Toro (El Coleccionista), Kurt Russell (Ego), Karen Gillan (Nebula), Seth Green (el pato Howard), Natalie Portman (Jane Foster), Emily VanCamp (Sharon Carter), Clark Gregg (Phil Coulson), Dominic Cooper (Howard Stark), Stanley Tucci (Abraham Erskine), Toby Jones (Arnim Zola), Michael Rooker (Yondu Udonta), Danai Gurira (Okoye), Jaimie Alexander (Sif), Rachel McAdams (Christine Palmer), Benedict Wong (Wong), Tilda Swinton (Anciana), Jon Favreau (Harold "Happy" Hogan), Angela Bassett (Ramonda), Andy Serkis (Ulysses Klaue), Kat Dennings (Darcy Lewis), Jeff Goldblum (Grandmaster), Cobie Smulders (Maria Hill), Frank Grillo (Brock Rumlow), Taika Waititi (Korg), Neal McDonough (Dum Dum Dugan), Georges St-Pierre (Batroc), Fred Tatasciore (Drax), Brian T. Delaney (Peter Quill), Stephanie Panisello (Betty Ross); Mike McGill (Thaddeus Ross), Kiff VandenHeuvel (Obadiah Stane), Beth Hoyt (Pepper Potts), Ozioma Akagha (Shuri) y Cynthia McWilliams (Gamora), entre otros. Guionistas: A. C. Bradley y Matthew Chauncey, basado en el concepto desarrollado por Roy Thomas para los cómics de Marvel. Marvel Studios. Diseñadora de personajes: Amelia Vidal, entre otros. EE.UU., 2021. Estreno en la Argentina: Disponible en Disney+ desde el 11 de agosto de 2021.


Digamos que si Loki definió (no sólo) teóricamente de qué se trata el Multiverso, los nueve episodios de What If…? vienen a experimentarlo de manera práctica. Sobre todo, teniendo en cuenta el peso gravitatorio que el concepto va a tener en Spider-Man: Sin camino a casa y la futura Doctor Strange in the Multiverse of Madness. Algo que, dicho sea de paso, los veteranos lectores de los cómics de la Casa de las Ideas manejan de taquito.


Pero como los realizadores de Marvel Studios saben que sus películas y series son consumidas por muchos más espectadores que lectores de cómics, escogieron (de manera acertada, creo yo) explicarlo todo de manera tan efectiva como narrativa, generando una serie visualmente impactante que deja lo importante en claro: Donde el Universo Cinematográfico Marvel (UCM) es una concatenación de hechos concretos, el Multiverso funciona como un ramillete infinito (y paralelo) de posibilidades.


Aclarado esto, la figura gravitatoria del Watcher pasa a funcionar como anfitrión y sistematizador externo de cada variante que anda dando vueltas por ahí. La única condición que le viene impuesta (quién sabe por quién) es la de observar sin intervenir. Ley que, obviamente, en algún momento tendrá que ser puesta a prueba, para que la serie cierre un arco argumental y no se quede en un compilado de historias sueltas. Mientras tanto, tendremos la posibilidad de seguir las versiones alternativas de algunas instancias cruciales del UCM, acontecidas de manera similar pero divergente a las que conocemos.


¿Qué pasaría si Peggy Carter se transformara en la primera Vengadora, ocupando el lugar que le hubiera correspondido a Steve Rogers? ¿Qué si T’Challa fuera elegido para ser Star Lord, en lugar de Peter Quill? ¿Qué si los Vengadores hubieran muerto antes del ataque a la ciudad de Nueva York por parte de Loki? ¿Qué si el Doctor Strange perdiera algo mucho más importante que sus manos en el accidente automovilístico que le cambió la vida? ¿Qué si Killmonger evitara que Tony Stark se convierta en Iron Man? ¿Qué si Thor fuera sólo un boludón grandote y malcriado? ¿Qué si Ultrón le ganara a los Vengadores? Son algunas de las preguntas que irá respondiendo la serie, pero con altibajos.


Algunos capítulos están más logrados, generan una vuelta de tuerca realmente interesante. Otros son un choreo que se apoya, sabiamente, en las virtudes del diseño gráfico y el talento vocal de los actores originales. El final me resultó un tanto pretencioso, armado para justificar la interacción de las variantes como licencia propia. Y está el capítulo de los Marvel Zombies, un sentimiento propio, una experiencia aparte; y el piloto para una nueva serie.
Habrá segunda temporada.
Fernando Ariel García

sábado, 11 de diciembre de 2021

PEARL HARBOR: HISTORIA ANTIGUA, HISTORIETA VIEJA

Commando Nº 5497. Guion: Ferg Handley. Dibujos: Morhain y Defeo. Portada: Keith Burns. DC Thompson & Co. Ltd. Reino Unido, 7 de diciembre de 2021.


Hace 80 años, el 7 de diciembre de 1941, la Armada Imperial japonesa atacó la base naval de los Estados Unidos en Pearl Harbor, Hawái. Con las primeras luces de la mañana, más de 300 aeronaves (entre cazas de combate, bombarderos y torpederos) dañaron y/o hundieron un centenar de naves estadounidenses atracadas en el puerto, matando en el camino a más de 2400 personas, entre militares en servicio y personal civil, dejando heridas a más de 1000. La mayoría de los historiadores coincide en que la agresión pretendía ser una acción preventiva, que intentaba evitar la intervención de la flota estadounidense en la campaña militar del Imperio del Japón contra las posesiones del Reino Unido, Francia, Holanda y los EE.UU. en el sureste asiático. El resultado, hoy harto conocido, fue la efectiva entrada de los EE.UU. en la Segunda Guerra Mundial.


Con un timing perfecto e impecable, la veterana revista británica Commando, que desde hace 60 años viene publicando un cómic bélico autoconclusivo cada semana, distribuyó el pasado 7 de diciembre este Pearl Harbor guionado por Ferg Handley y dibujado por nuestro Morhain (+ Defeo). Si bien el ataque a la base naval ocupa el cuerpo principal de la aventura, las primeras páginas se toman el trabajo de contarnos la historia personal de Jimmy Steele, un fumigador de Ohio que, por esas cosas de la vida y su odio hacia los nazis, termina siendo piloto e instructor de la Real Fuerza Aérea británica, la tan mentada RAF. Experiencia que lo depositará en Pearl Harbor, justo para formar parte del “día de la infamia”, como terminó bautizándolo Franklin Delano Roosevelt.


Tengo que ser honesto. No me gustan nada las historietas de Commando, ambientadas principalmente en los diferentes escenarios de la Segunda Guerra Mundial. Las encuentro peyorativamente populares, ideológicamente arcaicas y maniqueas a más no poder. Exaltan valores eurocentristas y defienden posturas supremacistas. Sus héroes son clásicos representantes del paternalismo más rancio, construidos en base a una masculinidad tóxica, que encuentra en la acción bélica la única validación para su hombría conservadora; y la justificación necesaria para cosificar y estigmatizar al enemigo. Sus cómics pueden ser modelos 2021, pero están realizados tal como se hubieran hecho hace sesenta años. Y en este caso puntual, el ataque a Pearl Harbor no parece una tragedia, sino una estudiantina donde se pueden poner a prueba las condiciones morales occidentales y efectivizar la venganza sobre un puñado de viciosos deshumanizados. Como siempre, Commando sigue confundiendo la historia antigua con la historieta vieja.
Fernando Ariel García

lunes, 6 de diciembre de 2021

INMORTAL: EFECTOS MECÁNICOS MATAN EFECTOS VISUALES

Inmortal. Director: Fernando Spiner. Protagonistas: Belén Blanco, Daniel Fanego, Diego Velázquez, Analía Couceyro y Patricio Contreras, entre otros. Guionistas: Fernando Spiner, Eva Benito, Pablo De Santis. Boya Films. Argentina, 2020. Estreno en la Argentina: 2 de diciembre de 2021.


Cuando en 1998 vi La sonámbula, salí del cine completamente extasiado. La película de Fernando Spiner me confirmaba que aquí en la Argentina también podía hacerse el tipo de ciencia-ficción que a mí más me gustaba y me gusta. El de la especulación científica con impronta e identidad nacional, capaz de (re)crear una ciudad de Buenos Aires con todos sus tópicos y locaciones, pero corrida del racional eje cotidiano. Un paso adelante de la línea de lo extraño, lo inquietante, lo imprevisible, lo probable. Un estado de duermevela entre el realismo y el fantástico, habitado por nuestra coyuntura social, política y cultural. Un espacio conocido y reconocible, pero colonizado por lo extraordinario.


Inmortal vuelve a reafirmar el talento y la capacidad narrativa de Spiner para la apropiación de los cánones del género, a la hora de producir la más interesante incomodidad que pueda atravesar al espectador. Sobre todo, porque logra articular las lógicas de la distopía y la ucronía al ensamblar una sucesión de hechos posibles (que no han sucedido) en la escala de necesaria credibilidad argentina para que el presupuesto ficticio no estalle en diez mil pedazos antes de saltar al vacío del ridículo.


En la Buenos Aires del final macrista, conviven (sin que nadie se entere) dos universos paralelos: uno en estado de descomposición simbólica; y otro en estado de construcción concreta. El primero es la realidad que nos rodea y nos imprime ritmos, humores y actividades. El segundo recibe el nombre de Leteo; y es una especie de dimensión comercial creada por la industria de la ciencia para que los muertos puedan continuar con su vida después de morir. Hay una cuestión sucesoria, mínima, que disparará la acción. Pero lo importante pasa por ver cómo se tramita el duelo y la ausencia a ambos lados de la grieta entre el más acá y el más allá. Y a dónde nos terminará llevando la tensión que se produce al cruzar de un lado al otro.


El único problema que no logra salvar el film está en la convivencia visual de la realidad y Leteo. La primera, marcada por el estético ojo clínico del director, encuentra lo fantástico en los diseños circulares y cruzados de las autopistas, en las calles vacías del microcentro porteño, en la pomposa (y algo degradada) arquitectura de la ciudad, en el esqueleto fabril del conurbano bonaerense, exaltando aquello que no vemos al mirar. Leteo, al contrario, armada digitalmente con retazos yuxtapuestos de Buenos Aires, no encuentra la identidad sobrenatural que su naturaleza reclama, exige y pretende mostrar. En este duelo discursivo de Spiner, lo artesanal se impone a lo tecnológico; y los efectos mecánicos siempre triunfan sobre los efectos visuales. Como si la inmortalidad viniera ganada por el talento y no por la cantidad (y calidad) de los recursos disponibles.
Fernando Ariel García