viernes, 30 de mayo de 2025

MISIÓN: IMPOSIBLE 8: LO VIEJO FUNCIONA

Misión: Imposible - La sentencia final. Director: Christopher McQuarrie. Protagonistas: Tom Cruise (Ethan Hunt), Hayley Atwell (Grace), Ving Rhames (Luther Stickell), Simon Pegg (Benji Dunn), Esai Morales (Gabriel), Pom Klementieff (Paris), Henry Czerny (Eugene Kittridge), Angela Bassett (Erika Sloane, presidenta de los EE.UU.), Tramell Tillman (Jack Bledsoe), Shea Whigham (Jasper Briggs / JP Jr.), Greg Tarzan Davis (Theo Degas), Rolf Saxon (William Donloe) y Lucy Tulugarjuk (Tapeesa), entre otros. Guionistas: Christopher McQuarrie, Erik Jendresen. Basado en personajes y situaciones creados por Bruce Geller para la serie de TV Misión: Imposible (1966-1973). Banda sonora: Incluye el tema principal compuesto por Lalo Schifrin. Productores: Tom Cruise, Christopher McQuarrie. Paramount Pictures / Skydance / TC Productions. EE.UU., 2025. Estreno en la Argentina: 22 de mayo de 2025.


Dos años después de la primera parte, llega el final de esta aventura y ¿el cierre? de la saga de Misión Imposible. No vamos a spoilear aquí el final, pero la última escena (no hay post-créditos) permite fabularlo todo. Todo. Lo que sí es cierto es que, al menos, Misión: Imposible - La sentencia final (Mission: Impossible – The Final Reckoning) carga en su adn un gen nostálgico que funciona como moño perfecto para el estado actual de la franquicia. Con un balance adecuado entre el cine de espionaje de la primera entrega (la de 1996, dirigida por Brian De Palma) y el icono del cine de acción que terminó encarnando Tom Cruise.


Con la Inteligencia Artificial ocupando el rol de próximo despótico tirano a escala planetaria, Ethan Hunt y su grupo tendrán que recurrir al ingenio humano y la tecnología analógica si quieren que mañana haya un mañana para todos. De Londres a Sudáfrica, con proezas cuasi-superheroicas y pendulando entre la paz impuesta a la fuerza y el apocalipsis nuclear, La sentencia final tiene el gran mérito de no perder nunca el verosímil que mantiene a los espectadores pegados a las butacas. Porque esta es, sobre todas las cosas, una experiencia audiovisual para disfrutar en la oscuridad de una sala y no en la comodidad de la plataforma.


Sin escatimar sorpresas y guiños para los fanáticos, dentro y fuera de la trama la película se pregunta ¿cuánta ficción hay en este escenario de ciencia-ficción? De ahí que el propio film sirva como respuesta y toma de posición. Sus secuencias larguísimas (no confundir con aburridas, por favor) en el fondo del mar y en lo más alto del cielo, están resueltas íntegramente con efectos especiales hechos por personas y no por máquinas. Durante todo su extenso metraje (tres horitas al palo), el film vuelve a poner en primer plano el trabajo humano y un sistema laboral de vieja usanza que la industria pareciera querer jubilar. Por suerte (para nosotros), Tom Cruise está muy de acuerdo con el tano Fava: Lo viejo funciona.
Fernando Ariel García

miércoles, 14 de mayo de 2025

PEPE MUJICA: RETRATO DE UN TIPO ATÍPICO

Pepe Mujica y las flores de la guerrilla. Guion: Matías Castro. Arte: Leo Trinidad. Salamandra Graphic. España, mayo de 2023.


El guerrero ya está descansando. José Alberto Mujica Cordano, “Pepe” para todo el mundo, falleció ayer en su chacrita en las afueras de Montevideo. Uno de los líderes más importantes de la izquierda, partió en un momento en que el mundo anda necesitando, desesperadamente, más tipos como él. Íntegro, solidario, lúcido, revolucionario y demócrata. Pero sobre todo, comprometido y empático con sus semejantes. Un faro que nos seguirá iluminando, una utopía que debería movilizarnos más, un símbolo aspiracional en escala humana y reconocible.


Apenas conocí la noticia me entró la necesidad urgente de entrarle a Pepe Mujica y las flores de la guerrilla, historieta biográfica que el uruguayo Matías Castro y el costarricense Leo Trinidad publicaron por primera vez en Francia en 2021 (Les fleurs de la guérilla). Un álbum sensible, sencillo y brillante, como la figura que abordaron con respeto, cariño y cercanía. Mostrando el proceso de más de dos años de gestación y armado del libro, que terminó con la pandemia mordiéndole los talones, los autores elaboran la historia personal y la búsqueda colectiva de Mujica, sin descuidar la coyuntura uruguaya como parte de una América Latina con las venas bien abiertas.


A saltos de mata temporales, la historieta va enhebrando hechos, relatos, anécdotas, recuerdos, coberturas periodísticas y lecturas históricas, antes de llegar a una entrevista cara a cara con el “Pepe”, un par de páginas que deberían circular entre todas las personas de buena voluntad. Con la misma rigurosidad, Castro y Trinidad exponen luces y sombras, acciones y contradicciones de un Presidente irrepetible, dueño de una filosofía de vida basada en valores inquebrantables y no negociables. Valores que cristalizaron en transformaciones políticas, sociales, educativas y culturales, en pos de una sociedad cada vez más libre, cada vez más responsable, cada vez más inclusiva y con más derechos para todos. Con más trabajo, más industria y más conciencia de clase.


Adoptando (y adaptando) el modelo periodístico que instaló Maus, los autores desandan los sueños del Mujica militante y los ponen a dialogar con la gestión del Mujica gobernante y el análisis del Mujica ex-presidente. Aparecen así su pertenencia al movimiento obrero, su lucha contra la desigualdad social, el imperialismo y la Dictadura militar; su actividad guerrillera en Tupamaros, las cárceles, la fuga cinematográfica, la tortura, el regreso a la democracia y la carrera política que lo llevó a lo más alto. También su opción por una vida despojada de los oropeles con que el Poder obnubila la moralidad de los máximos mandatarios.


Parafraseando las palabras que Mujica dice en algún momento del libro, lo más importante de la historieta no es lo que Castro y Trinidad dicen sobre Mujica, sino lo que Mujica demuestra (con palabras y con hechos) sobre la condición humana: Se puede cambiar el mundo (aunque sea un poquito) sin dejar que el mundo lo cambie a uno. Un tipo atípico, que ya descansa en paz.
Fernando Ariel García

lunes, 5 de mayo de 2025

EL ETERNAUTA: NADIE SE SALVA SOLO

El Eternauta (primera temporada). Director: Bruno Stagnaro. Protagonistas: Ricardo Darín (Juan Salvo / El Eternauta), Carla Peterson (Elena), César Troncoso (Alfredo “Tano” Favalli), Andrea Pietra (Ana), Ariel Staltari (Omar), Marcelo Subiotto (Lucas Herbert), Claudio Martínez Bel (“Ruso” Polsky), Mora Fisz (Clara Salvo), Orianna Cárdenas (Ingrid, “Inga”), Aaron Park (Pablo), Jorge Sesán (Franco) y Leandro Sandonato (Ruperto Mosca), entre otros. Guionistas: Bruno Stagnaro, Ariel Staltari, Gabriel Stagnaro, María Alicia Garcías, Martín Wain. Basado en la historieta homónima (1957), creada por Héctor Germán Oesterheld y Francisco Solano López. Diseñador de los Cascarudos: Martín Canale. Compositor musical: Federico Jusid. Asesor creativo: Martín Mórtola Oesterheld. Creador de la serie: Bruno Stagnaro. K&S Films. Argentina, 2025. Estreno en la Argentina: Disponible en Netflix desde el 30 de abril de 2025.


Primero lo primero. A mi modo de ver, toda adaptación es, básicamente, una traducción de un lenguaje a otro. La fidelidad, entonces, no pasa por la trasposición literal de los contenidos, sino por el respeto y el apego a las ideas y valores que la obra original haya puesto en juego. De manera consciente o inconsciente, en forma directa o indirecta. Teniendo en cuenta el diálogo que haya entablado con su coyuntura primigenia y el impacto que el paso del tiempo haya terminado instalando sobre la ficción.


Segundo. El propio Oesterheld situó la historia de El Eternauta en tiempo presente. En 1957 cuando la empezó a serializar en el Hora Cero semanal, en 1959 cuando Solano López terminó de dibujarla; y en 1969 cuando la reescribió para el lucimiento de Alberto Breccia en la revista Gente. Que la adaptación dirigida por Bruno Stagnaro y protagonizada por Ricardo Darín transcurra en la década de los 2020 no sólo es coherente con las decisiones creativas de HGO, sino que es absolutamente necesario para no tergiversar su esencia (y mantener el giro dramático del final de la historieta, si es que algo así vaya a pasar en la serie).


En este sentido, ninguno de los cambios se me hizo forzado y todos me resultaron bienvenidos. Casi setenta años después de su primera publicación impresa, son otros los caminos a transitar si queremos arribar al mismo destino final. Y en una aventura identitariamente argentina, el peronismo, la Dictadura, la guerra de Malvinas, Alfonsín, Menem, De la Rúa y Kirchner son mojones que no deben obviarse si nos interesa que la ficción interpele la Historia y el presente. Y confronte, tal como permite hacerlo la historieta de HGO y Solano, dos modelos de Sociedad y Estado. El de la solidaridad contra la exclusión planificada, el de la construcción colectiva frente a la capitalización individual, el de la Justicia Social contra el de la Libertad de Mercado; el de Memoria, Verdad y Justicia contra el de la Teoría de los dos demonios. Y que lo haga, además, poniendo en valor a la llamada tercera edad, justo cuando el Gobierno argentino tiene plata para pegarle a los jubilados y no para pagarle a los jubilados, me pareció soberbio.


Dicho esto, los seis episodios de la primera temporada de El Eternauta son, sencillamente, perfectos. Más allá de la asombrosa proeza tecnológica y del afiatado tono actoral (salvando aquellas pocas performances que, a mi entender, no están a la altura del elevadísimo promedio), porque la calidad de su propuesta ideológica viene a demostrar que otro mundo es posible y que es posible luchar para alcanzar ese otro mundo. Al igual que en la historieta, el leitmotiv de la serie está puesto en la resistencia al modelo deshumanizado, violento y cruel que pretende instalarse para siempre en la Argentina y en gran parte del planeta. Y eso es todo lo que está bien, al menos para mí.


Lo único que me hizo ruido, mucho ruido, es la desaparición del personaje de Oesterheld. Y utilizo la palabra “desaparición”, justamente, por el grado de simbolismo que implica y evoca para la trama. Y utilizo la palabra “personaje” porque sé que el HGO real fue asesinado por la Dictadura y sus restos continúan desaparecidos. Me hubiera gustado que se incluyera la equivalencia audiovisual de esa icónica secuencia inicial, principalmente por el involucramiento personal que HGO tuvo a futuro en la aventura que iba escribiendo a lo largo de los años. Y, sobre todo, por la profunda emoción que me dio ver los dos guiños a la historia personal de la familia Oesterheld: Las referencias a la casa del Tigre, el lugar donde HGO pasó sus días de clandestinidad mientras escribía El Eternauta segunda parte; y la secuencia dentro y fuera del monumental edificio conocido como Torre Dorrego, ubicado en el barrio porteño de Palermo y donde (como bien señaló Hernán Ostuni) supo tener su vivienda Elsa Sánchez de Oesterheld.

En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, ciudadanos anónimos intervinieron los afiches en vía pública con los rostros y los datos de HGO y sus cuatro hijas, todos secuestrados y asesinados por la Dictadura

Quiero ya la segunda temporada. Por favor. Y si naciste entre 1975 y 1983; y tenés dudas sobre tu identidad o conocés a alguien que podría ser hijo o hija de personas desaparecidas, podés contactarte con Abuelas de Plaza de Mayo. Dos hijas de HGO y Elsa Sánchez estaban embarazadas al momento de ser secuestradas por la Dictadura.
Fernando Ariel García