jueves, 15 de diciembre de 2022

AVATAR - EL CAMINO DEL AGUA: BIENVENIDOS A CAMERONLANDIA

Avatar: El camino del agua. Director: James Cameron. Protagonistas: Sam Worthington, Zoe Saldaña, Sigourney Weaver, Stephen Lang, Kate Winslet, Cliff Curtis, CCH Pounder, Jamie Flatters, Britain Dalton, Trinity Jo-Li Bliss, Bailey Bass, Filip Geljo, Matt Gerald, Alicia Vela-Bailey, C.J. Jones, Jack Champion, Joel David Moore y Brendan Cowell, entre otros. Guionistas: James Cameron, Rick Jaffa y Amanda Silver, sobre una historia de James Cameron, Rick Jaffa, Amanda Silver, Josh Friedman y Shane Salerno. Basada en personajes y situaciones creadas por James Cameron para el film Avatar (2009). Productores: James Cameron, Jon Landau. Lightstorm Entertainment / TSG Entertainment. EE.UU., 2022. Estreno en la Argentina: 15 de diciembre de 2022.


Tres horas y media es mucho. Muchísimo. Un exceso, hasta para una película tan monumental, pretensiosa y hueca como esta Avatar: El camino del agua (Avatar: The Way of Water), secuela del éxito absoluto de 2009. Que el film busque ser un conglomerado de excelsas intensiones no es ningún problema (al menos, para mí), pero que no tenga contenidos dramáticos suficientes para sostener y justificar semejante estructura, sí. Que los diálogos sean pueriles y que el recorrido se vuelva tan obvio como previsible, también.


El nudo central retoma la historia de Jake Sully y Neytiri (Sam Worthington y Zoe Saldaña), el humano que se volvió Na’vi como parte del programa Avatar de la primera parte; y la hija del anterior jefe del clan devenida ahora compañera de Sully y madre de sus hijos. El tiempo que pasó entre película y película parece ser el mismo que transcurrió en la ficción, que arranca cuando los humanos vuelven a invadir Pandora, al mando del coronel Miles Quaritch (Stephen Lang), muerto al final de Avatar y ahora resucitado como Na’vi recombinado con humano. Venganza y supervivencia parecieran ser las dos fuerzas que empujan el argumento, que alcanza su clímax realmente dramático demasiado tarde, cuando ya pasaron casi tres horas de naderías hermosamente filmadas.


En el medio, El camino del agua se vuelve un par de películas distintas. Documental sobre una cultura alienígena con bastantes puntos emocionales de contacto con la nuestra. Tratado ecológico sobre el daño que le estamos haciendo al medio ambiente, con un apartado especial para con la matanza indiscriminada de ballenas, lo que le permite a Cameron tener su propio momento Moby Dick. Discurso new age con aires teológicos, filosóficos y existencialistas sobre el sentido de la vida, montado sobre el camino del título. Partes de un todo que aparece unido sólo por decisiones estéticas, pero que narrativamente nunca logran fusionarse de manera orgánica.


Es que, vista como un todo, esta segunda Avatar me resultó un abusivo comercial sobre Cameronlandia, universo cinematográfico o parque temático que resume y condensa, en las locaciones de Pandora, los logros creativos de Cameron. De Terminator a El abismo y de Aliens a Titanic, preparando el camino para lo que serán las próximas tres secuelas de Avatar. Logro visual de arrobadora belleza, prodigio tecnológico que alcanza su único punto de empatía en la escena clave de Zoe Saldaña, solitaria gota de sentimiento en un océano interminable de imaginería mágica. Los fanáticos, de fiesta.
Fernando Ariel García

domingo, 6 de noviembre de 2022

ENOLA HOLMES 2: DESNATURALIZANDO EL CRIMEN VERDADERO

Enola Holmes 2. Director: Harry Bradbeer. Protagonistas: Millie Bobby Brown (Enola Holmes), Henry Cavill (Sherlock Holmes), David Thewlis (Superintendente Grail), Louis Partridge (Tewkesbury), Susan Wokoma (Edith), Adeel Akhtar (Lestrade), Sharon Duncan-Brewster (Ms. Troy), Hannah Dodd (Cicely), Abbie Hern (Mae), Serrana Su-Ling Bliss (Bessie Chapman) y Helena Bonham Carter (Eudoria Holmes), entre otros. Guionista: Jack Thorne, sobre una historia de Harry Bradbeer y Jack Thorne. Basado en personajes y situaciones creados por Nancy Springer para la serie de novelas The Enola Holmes Mysteries, utilizando personajes y situaciones creados por Sir Arthur Conan Doyle para los relatos literarios de Sherlock Holmes. Productores: Millie Bobby Brown, entre otros. Legendary Pictures / PCMA Production. EE.UU., 2022. Estreno en la Argentina: Disponible en Netflix desde el 4 de noviembre de 2022.


No sé mucho de fútbol. Pero con lo que conozco me alcanza para entender que a “Lalo” Maradona le debe haber costado un Perú el desarrollar su carrera profesional como futbolista. No importa cuán bueno o cuán tronco haya sido jugando, era el hermano menor de Diego y eso sólo ya lo ponía en una enorme e injusta situación de desventaja. Algo parecido le pasa a Enola Holmes. Es la hermana menor de Sherlock y quiere abrirse un espacio propio en el negocio de los detectives. Para peor, en el machista Londres victoriano, Enola es mujer y joven.


Si viste la primera película, vas a saber de qué va la segunda. La Enola de Millie Bobby Brown tiene que resolver la desaparición de una trabajadora en una fábrica de fósforos, mientras avanza con un romance incipiente y le hace frente a los prejuicios de un entorno pacato y paternalista. Con el avance de la trama, además, tendrá que demostrar (ante Sherlock, su madre Eudoria y ella misma) que tiene las espaldas necesarias para bancar las palabras que salen de su boca. Todo, por supuesto, con mucho humor, algo de ironía, ritmo frenético y la constante ruptura de la cuarta pared.


A diferencia de la primera aventura, en Enola Holmes 2 el Sherlock de Henry Cavill tiene un peso protagónico tan importante como el de su hermanita. Y si me apuran, por momentos diría que aún mayor. Es que hay dos situaciones puntuales (no vamos a spoilear nada) que apuntan de lleno al corazón del mito creado por Sir Arthur Conan Doyle, abonando el terreno (me juego unas fichas) para el desarrollo paralelo de una serie sobre el inquilino más famoso del 221 de Baker Street. Veremos qué pasa.


La compensación viene dada, me parece, con el rol que Enola ocupa a la hora de bajar la línea política de la saga. Alejándose de los materiales literarios escritos por la creadora de Enola, Nancy Springer, la película mete la ficción en el medio de un hecho histórico de importantes consecuencias para el mercado laboral británico: la huelga de las trabajadoras de la fábrica de fósforos Bryant & May, llevada adelante en Londres en 1888, que terminó fortaleciendo el rol del movimiento sindical británico. Y es que, aprovechando los ecos del caso policial, Enola Holmes 2 desnaturaliza la explotación laboral que azota a los trabajadores y, en particular, a las mujeres; por el sólo hecho de ser mujeres. No es sólo discurso feminista, es una apuesta por la sororidad como elemento nivelador de una sociedad que fomenta el ninguneo y la invisibilización del valor femenino. Una lucha en la que Sherlock todavía está a la sombra de su hermana.
Fernando Ariel García

jueves, 3 de noviembre de 2022

ONE PIECE FILM - RED: SÓLO PARA INICIADOS

One Piece Film: Red. Director: Gorō Taniguchi. Voces: Mayumi Tanaka (Monkey D. Luffy), Kaori Nazuka (Uta - diálogos), Ado (Uta – canciones), Kazuya Nakai (Roronoa Zoro), Akemi Okamura (Nami), Kappei Yamaguchi (Usopp), Hiroaki Hirata (Sanji), Ikue Ōtani (Tony Tony Chopper), Yuriko Yamaguchi (Nico Robin), Kazuki Yao (Franky), Chō (Brook), Katsuhisa Hōki (Jinbe), Shūichi Ikeda (Shanks) y Kenjirō Tsuda (Gordon), entre otros. Guionista: Kuroiwa Tsutomu, basado en personajes y situaciones creados por Eiichiro Oda para el manga One Piece. Toei Animation. Japón, 2022. Estreno en la Argentina: 3 de noviembre de 2022.


Sabía que llevaba las de perder. Y así fue. No me gusta One Piece. No me gusta el J-Pop. Y One Piece Film: Red (Wan Pīsu Firumu Reddo) es básicamente eso. Una aventura de los Piratas del Sombrero de Paja (principales protagonistas de la saga creada y realizada por el mangaka Eiichiro Oda desde 1997), ambientada durante un recital de J-Pop. Con muchas canciones, todas interpretadas por Ado, una de las principales referentes de ese movimiento musical.


Así que sí, me aburrí como un hongo. Pero no puedo decir lo mismo de mucha juventud sentada cerca mío durante la función de prensa. Se notaba que lo suyo era One Piece y el J-Pop. En los momentos en que me había quedado dormido, tuvieron la mala educación de pavonear su gozo inconmensurable con movimientos compulsivos y algún que otro gritito ahogado. Lo digo de envidia, porque me dio la sensación de que la estaban pasando bomba, tan bien como la pasaron los fanáticos de BTS en el recital de Coldplay que tuvo a Jin como invitado especial (ya sé que BTS es surcoreano y One Piece es japonés, pero la comparación me sigue pareciendo acertada).


Argumento no hay mucho. Más bien una idea encadenada al pasado de la figura central, Monkey D. Luffy, y el tiempo que pasó con la pequeña Uta, hija del pirata Shanks (uno de los más grossos de todos), que con el paso de los años devino la estrella musical que está llevando adelante este espectáculo en la isla de Elegía. Evento y lugar que puede llegar a implicar la destrucción del mundo. Para quien no esté al tanto de los pormenores de la saga, el film se encarga de contarles casi toda la información necesaria para entender la dinámica del mundo de One Piece. El resto de los datos habrá que adivinarlos, aunque también puede ser que los hayan puesto en pantalla cuando dormía. No sé.


Decimoquinto largometraje de una franquicia que acumula más de 500 millones de mangas vendidos en todo el mundo, cerca de mil episodios animados para la TV y una serie de imagen real que Netflix tiene en carpeta, One Piece Film: Red descolla en los aspectos técnicos. La animación es gloriosa y las secuencias del recital podrían editarse aparte como el DVD de un megaconcierto, sin ningún problema. Un recital al que no iría y un DVD que no miraría (y, mucho menos, compraría). Pero porque mis gustos van por otro lado.
Fernando Ariel García

miércoles, 19 de octubre de 2022

BLACK ADAM: PROMESA DE UNA SECUELA ALGO MÁS EXCITANTE

Black Adam. Director: Jaume Collet-Serra. Protagonistas: Dwayne Johnson (Teth-Adam / Black Adam), Aldis Hodge (Carter Hall / Hawkman), Noah Centineo (Albert Rothstein / Atom Smasher), Quintessa Swindell (Maxine Hunkel / Cyclone), Pierce Brosnan (Kent Nelson / Doctor Fate), Sarah Shahi (Adrianna Tomaz), Marwan Kenzari (Ishmael Gregor / Sabbac), Bodhi Sabongui (Amon Tomaz) y Mohammed Amer (Karim), entre otros. Participación especial de Viola Davis (Amanda Waller), Jennifer Holland (Emilia Harcourt), Henry Winkler (Tío Al) y Djimon Hounsou (Shazam). Guionistas: Adam Sztykiel, Rory Haines y Sohrab Noshirvani, basado en personajes y situaciones creados por Bill Parker, C.C. Beck, Al Carreno, Otto Binder, Gardner Fox, Howard Sherman, Dennis Neville, Roy Thomas, Jerry Ordway, Marc Richards, Judd Winick, Tom Raney, Mark Waid, Alex Ross, Sheldon Mayer, Geoff Johns, Grant Morrison, Greg Rucka, Mark Waid, Keith Giffen, Drew Johnson, John Ostrander, Len Wein, John Byrne, Rob Williams, Jack Kirby y Jim Lee, entre otros, para los cómics de DC. New Line Cinema / DC Films / Seven Bucks Productions / FlynnPictureCo. EE.UU., 2022. Estreno en la Argentina: 20 de octubre de 2022.


Antes de ver la película, sólo tenía la pregunta. Si Black Adam está realizada para funcionar como relanzamiento del Universo Extendido de DC, cuenta con la presentación de un nuevo superhéroe y un nuevo supergrupo, presenta ligazones con la saga de Shazam (cuyo segundo film se estrenará el año que viene) y el Escuadrón Suicida, ¿por qué basa gran parte de su campaña promocional en la supuesta escena post-créditos que recuperaría al Superman de Henry Cavill para el séptimo arte? ¿Un puñado de minutos anecdóticos (cuya existencia no niego ni confirmo) puede tener más peso que toda la trama de un tanque hollywoodense?


Después de ver la película, ya tengo la respuesta. Porque, lamentablemente, Black Adam no tiene para ofrecer más que la probable promesa de una secuela algo más excitante que su debut cinematográfico. El arribo de la megaestrella Dwayne Johnson a DC es visualmente impactante y hasta entretenido de ver, pero carece de historia y de ideas. No es más que una laaarga sucesión de peleas y persecuciones; y repite la estructura narrativa de Shazam, quitándole la pátina de comicidad infantiloide para reempalzarla por caras con síntomas de estreñimiento previo al estallido de violencia sanguinolenta. Y una bajada antiimperialista tan inesperada como bien recibida.


Las puntas que había adelantado la precuela en cómic son las que instalarán la figura de Black Adam, dejando asentado que aquello que los EE.UU. entienden como villanía, para los nativos de Kahndaq (ficticio país de Oriente Medio) es sólo otra forma de hacer Justicia, más emparentada con el antiheroismo que definirá la naturaleza y el lugar del protagonista en el Universo DC. Después, sólo queda lugar para que Pierce Brosnan la rompa como el Dr. Fate; y la repetida sensación de haber visto antes lo que estamos viendo ahora, en DC, en Marvel, en Indiana Jones y en cualquier otra película de acción que se estrenan como chorizos. No hace falta quedarse hasta el final, la escena entre créditos es la última.  
Fernando Ariel García

martes, 18 de octubre de 2022

ÁMSTERDAM: MENOR QUE LA SUMATORIA DE LAS PARTES

Ámsterdam. Director: David O. Russell. Protagonistas: Christian Bale, Margot Robbie, John David Washington, Chris Rock, Anya Taylor-Joy, Zoe Saldaña, Mike Myers, Michael Shannon, Timothy Olyphant, Andrea Riseborough, Taylor Swift, Matthias Schoenaerts y Alessandro Nivola, con Rami Malek y Robert De Niro. Guionista: David O. Russell. Regency Enterprises / New Regency / DreamCrew / Keep Your Head / Corazón Hayagriva. EE.UU. / Canadá, 2022. Estreno en la Argentina: 6 de octubre de 2022.


A priori, Ámsterdam (Amsterdam) tiene todo lo que se supone debe tener una película que será una gran película. Una (muy) buena idea, un reparto realmente espectacular (está De Niro, no jodamos), una producción de la hostia; una estética hipnótica, la mezcla de ficción y hechos verídicos; y la promesa de un balanceado maridaje entre el thriller político, la comedia de enredos, el melodrama romántico y la sátira social. ¿Por qué, entonces, el resultado final ni siquiera llega al de un fiasco entretenido? Principalmente, porque la fusión tan mentada no funciona. Las cosas no fluyen naturalmente entre los géneros; y aunque los actores y los técnicos se pelan el tujes para llegar a buen puerto, la película naufraga a poco de zarpar.


Mucho tiene que ver, supongo, el director: David O. Russell. Un tipo calificado de ególatra iconoclasta y caprichoso, incapaz de sostener el interés por la narrativa que intenta construir. No lo ayuda el hecho de que la trama de mayor peso, relacionada con el auge del fascismo que se venía dando, internacionalmente, en los años de entreguerra en que transcurre el film, sea una conspiración que se ve venir a paso redoblado desde que se la insinúa argumentalmente. Ni que los saltos espacio-temporales entre la Ámsterdam del título y los EE.UU. del complot, estén atados con alambres y metidos con fórceps.


Por partes, Ámsterdam funciona mucho mejor. Podría haber sido un policial negro de época, con un crimen político que hunde los pies en el barro del espionaje. Un drama romántico cuasi-victoriano, con una pareja de tres que nace en las trincheras de la Primera Guerra Mundial y florece en la libertad de la Europa entregada al exorcismo del horror a través de los excesos artísticos, amorosos y surrealistas. El retrato deforme de una alta sociedad excéntrica y (multi)millonaria, tóxica e inmoral, carcomida por la ambición desmedida y capaces de todo por adueñarse de todo y un poco más. La misma ambición que, lamentablemente, pareciera haber movido a Russell detrás de cámara. Apostando a todo o nada, esta vez le salió nada. O un todo mucho menor que la sumatoria de sus partes.   
Fernando Ariel García

BLACK ADAM: PREPARANDO EL TERRENO

Black Adam - The Justice Society Files: Hawkman. Guiones: Cavan Scott, Bryan Q. Miller. Dibujos: Scot Eaton, Marco Santucci. Tintas: Norm Rapmund, Marco Santucci. Color: Andrew Dalhouse, Michael Atiyeh. Letras: Rob Leigh. Portada: Kaare Andrews. Editor: Michael McAlister. DC Comics. EE.UU., septiembre de 2022.


Black Adam - The Justice Society Files: Cyclone. Guiones: Cavan Scott, Bryan Q. Miller. Arte: María Laura Sanapo, Marco Santucci. Color: Arif Prianto, Michael Atiyeh. Letras: Becca Carey, Rob Leigh. Portada: Kaare Andrews. Editor: Michael McAlister. DC Comics. EE.UU., octubre de 2022.


Black Adam - The Justice Society Files: Atom Smasher. Guiones: Cavan Scott, Bryan Q. Miller. Arte: Travis Mercer, Marco Santucci. Color: John Kalisz, Michael Atiyeh. Letras: Rob Leigh. Portada: Kaare Andrews. Editor: Michael McAlister. DC Comics. EE.UU., noviembre de 2022.


Black Adam - The Justice Society Files: Dr. Fate. Guiones: Cavan Scott, Bryan Q. Miller. Arte: Jesús Merino, Marco Santucci. Color: Ulises Arreola, Michael Atiyeh. Letras: Rob Leigh. Portada: Kaare Andrews. Editor: Michael McAlister. DC Comics. EE.UU., diciembre de 2022.


El tiempo pasa y nos vamos poniendo más viejos que tecnos. Desde que tengo memoria, todo tanque hollywoodense venía con su adaptación al cómic debajo del brazo. Algo lógico, si lo que se buscaba era perpetuar la experiencia en épocas en que no existían ni el streaming ni internet ni el DVD ni el VCR. La película había que verla en el cine (tardaba años en llegar a la televisión) o leerla en historieta. Ahora, que los films están al alcance de un click, la versión en viñetas dejó de tener su razón de ser. Y como los negocios no se cierran sino que se aggiornan, la industria encontró en el terreno de las precuelas gráficas la forma contemporánea de ese clásico y querido producto derivado.


De a poco, el Universo Extendido de DC ha comenzado a explotar el yeite de manera más armoniosa y acabada. Empezó tímidamente con El Hombre de Acero, se animó un poquito con Mujer Maravilla 1984 y ahora se la juega a ganador con The Flash: The Fastest Man Alive y los cuatro números de esta miniserie, Black Adam: The Justice Society Files, que pretende funcionar como introducción visual y temática a la superproducción protagonizada por Dwayne Johnson, Black Adam, que se estrena en la Argentina este jueves.


Las cosas, de todas formas, hay que decirlas como son. Hasta ahora, ninguna de estas precuelas ha sido de imprescindible lectura antes de ir al cine. Y está bien que así sea. Se supone que toda película debe sostenerse por sí misma, explicando todo lo que sea necesario explicar para su completo entendimiento y disfrute. Así que, si en estas páginas pasa algo realmente relevante para la trama fílmica, seguro estará incluido en la gran pantalla, tornando innecesario su abordaje. Y como en los casos anteriores, el problema de la miniserie no es que sea innecesaria, sino que se vuelva bastante aburrida, monótona y demasiado previsible.


A grandes rasgos, expone dos tramas paralelas que, obviamente, desembocarán en Black Adam, la película. La pata estadounidense de la aventura sigue la vuelta a la actividad de la Sociedad de la Justicia, un supergrupo que (queda establecido) ha tenido su momento de gloria en el pasado. De esos brillos sólo se mantienen activos Hawkman y el Doctor Fate, aunque hagan un mínimo acto de presencia un tal tío Al y una mujer que podría ser Abigail "Ma" Hunkel, a quienes los veteranos lectores de DC reconocerán como los originales Atom (aunque el film elija bautizarlo como el primer Atom Smasher) y Tornado Rojo. Por el accionar de Intergang, obsesionado con hacerse con un poderoso material arqueológico datado en el 2600 antes de Cristo, conocido como Eternium, sumado al augurio de la llegada de algo grande, sobrenatural y demoníaco, los héroes parcialmente retirados terminarán convocando a los recién llegados Albert Rothstein (sobrino de Al Pratt) y Maxine Hunkel, o Atom Smasher y Cyclone, respectivamente. Los cómics no cuentan los orígenes de los personajes, algo que (supongo) habrá que ver en el cine, pero sí exhibe sus características principales, sus traumas y problemáticas, la naturaleza de sus poderes y los efectos sociales de su uso.


Centrada en Kahndaq (nación ficticia de Oriente Medio), la pata internacional de la trama está subdividida en dos tiempos complementarios pero aún inconexos. El 2600 antes de Cristo, con Teth-Adam (futuro Black Adam) mostrándole a su familia y a los lectores cuán represor, dictatorial y violento es el régimen del Rey de turno. Y el presente, donde la profesora universitaria Adrianna Tomaz hace lo imposible para mantener a una estatua hecha de Eternium, fuera del alcance de Intergang. En el camino nos enteraremos que este Eternium guarda en su interior la capacidad (¿mágica?) de generar energía a escalas infinitas; y que su origen guardaría relación con un misterioso lugar sólo referido como Roca de la Eternidad.


Hasta acá lo anecdótico e intrascendente. Para tener acceso a lo que de verdad cuenta, habrá que esperar al jueves, a que se apaguen las luces de la sala cinematográfica. La respectiva crítica, sin spoilers, estará mañana. A esta misma hora (más o menos) y por la misma Bitácora.
Fernando Ariel García

sábado, 24 de septiembre de 2022

CARLITOS BALÁ: UN KILO Y DOS PANCITOS

Chifladuras de Carlitos Balá Nº 1. Autores: No acreditados. Director Artístico: Jorge Toro. Director / Editor: Carlitos Balá. Editorial Carlitos Balá. Argentina, septiembre de 1972.


El mundo era otro mundo. Se jugaba en las calles y no en los departamentos. Las redes sociales no existían, internet ni siquiera se soñaba. El cine se veía en el cine, la televisión en la televisión (y en blanco y negro). La radio se escuchaba en la radio, los discos en el tocadiscos. El teléfono sólo servía para hablar por teléfono, si es que tenías un teléfono en casa. Todo el mundo leía mucho, muchísimo; y pararse frente a un kiosco de revistas era como sentarse hoy frente al menú de Netflix. Yo estaba a un mes de cumplir siete años; y mientras mi abuela conversaba con Don Enrique, el kiosquero de la cuadra, mi hermano elegía una Dr. Tetrik (creo) y yo, más rápido que un bombero, me tiraba de cabeza arriba del primer número de Chifladuras de Carlitos Balá, la revista de historietas en el clásico formato apaisado que acababa de ganar la calle.


Balá era uno de los dioses fundacionales del multiverso infantil que nutría nuestros días. Regía la mesa familiar con su mantra de humor blanco, al ladito de otros monstruos como Piluso, los Titanes en el Ring, Hijitus, los Tres Chiflados, el Zorro de Guy Williams y el Batman de Adam West, por nombrar algunos. Amaba al Balá de los sketchs televisivos, el de Petronilo, el de Angueto, el de Mamá cuando nos vamos…; y me divertía muchísimo el más cercano al clown. Nunca toleré al cantor, es cierto, pero debo reconocer que su música me ponía en clímax, en el inevitable modo Carlitos que se necesitaba para dejar que su universo creativo empezara a moldear el mío. Lo sentía como una religión, un credo compartido que hermanaba fieles sin cambiar de andén, demostrando que el movimiento se demuestra andando. Sólo hacía falta un gestito de idea.


Chifladuras… era una muestra más del marketing que Carlitos explotaba como nadie, cuando la palabra marketing no existía en nuestro idioma. La estructura era similar a la de las películas que Balá había filmado antes de que yo lo descubriera en la tele, principalmente la trilogía de Canuto Cañete, cuando el cine todavía no utilizaba la trilogía como unidad de medida para sus sagas. Aventura en tono de humor, comedia de enredos con toques de acción. Bajo los parámetros que ordenaba el barrio de clase trabajadora, en busca de un momento de esparcimiento y sana diversión para adultos y lactántricos por igual.


Perdonando la sarcastrica, en la historieta Carlitos tiene una familia que lo acompaña: la abuela Doña Remedios, sus sobrinos Pin y Pon y el perro Tolón; y el vecino Don Matienzo, que siempre está con un mate en la mano y una pava en la otra. Juntos son un kilo y dos pancitos; y le hacen (y le harán) frente a todo. En este número, una especie de culto con algo de mafia o una especie de mafia con algo de culto que, idiotas pero limpitos, quieren robar la fórmula de un combustible capaz de propulsar los cohetes a la Luna. En el mientras tanto, las páginas se van llenando de sumbudrules y eeaaaaaapepés!!, y preguntan (un par de veces) ¿qué gusto tiene la sal? De complemento, una historia corta en la que Petronilo se pasa y pega la vuelta, gana el Prode y termina en los estudios de Canal 13. Un par de aventuras predecibles y estandarizadas, de esas que hoy no se hacen ni se leen, pero que en los ’70 se hacían y se leían. De a centenares y por millones.


Un tipo de humor que se dejó de hacer hace demasiado tiempo, principalmente porque aquel mundo que lo cobijaba y elegía ya no es este mundo en el que habitamos. Un mundo de flequillos locos y balabasadas que ayer se bajó del 39 para dejarnos, de verdad, sin frazada para dormir. Se murió Carlitos Balá, uno de los hombres que le puso sonrisas a mi cara de pibe, en la mesa familiar de una casona de la calle Anchorena, que ya no existe más. No me aflijo, porque es malo para la tristecica. Pero me siento un poco más solo.
Fernando Ariel García 

jueves, 22 de septiembre de 2022

NO TE PREOCUPES CARIÑO: UTOPÍA MENTIROSA

No te preocupes cariño. Directora: Olivia Wilde. Protagonistas: Florence Pugh, Harry Styles, Olivia Wilde, Gemma Chan, KiKi Layne, Nick Kroll y Chris Pine, entre otros. Guionista: Katie Silberman, sobre una historia de Carey Van Dyke, Shane Van Dyke y Katie Silberman. Coreógrafa: Denna Thomsen. New Line Cinema / Vertigo Entertainment. EE.UU., 2022. Estreno en la Argentina: 22 de septiembre de 2022.


La verdad, no sé por qué le cayeron tan fuerte a la nueva película de Olivia Wilde. Tampoco entiendo por qué le prestan tanta atención a la (buena o mala) química que hayan podido tener en el set Florence Pugh y Harry Styles. No te preocupes cariño (Don't Worry Darling) tiene suficientes méritos para que se hable más de la obra y menos de sus chusmeríos circunstanciales. Y las falencias actorales de Styles las cubre (con creces) Pugh, sobre cuyas espaldas recae el peso melodramático de la trama. Tal vez, la decisión más acertada que haya tomado el film, desde el punto de vista creativo.


Lo que sí me hizo ruido es la resolución elegida, mucho más cercana a la ciencia-ficción que al thriller psicológico que había venido rigiendo el metraje. No vamos a spoilear nada, porque la película se encarga de mantener el suspenso y la duda todo lo que puede. Y lo logra hasta que elige empezar a cerrar la historia, un misterio que (sabemos desde el principio) la emparenta a The Truman Show y, en menor medida, a Matrix. Sobre todo, en su capacidad para cuestionar (y cuestionarse) la idea misma de realidad en un ecosistema donde manda la imposición y la mentira.


Estamos en los años ’50, en medio del experimento urbano denominado Proyecto Victoria, idílico enclave montado en medio del desierto más áspero de los EE.UU. Como corresponde a la época, ese paraíso machista es algo más siniestro y grande que la contracara del infierno feminista. Aunque la complejidad de la estructura cultural termine debatiendo si la inhibición del libre albedrio es una potestad exclusivamente masculina, en esos años y en cualquier otro. El control y la sumisión son parte indisoluble de este extraño proyecto que tiene a los hombres trabajando para mantener el nivel consumista de las mujeres. Y queda evidenciado desde el arranque que aquello que se oculta es más decisivo que todo lo que se exhibe.


Parábola sobre la violencia de género (simbólica y real, concreta y discursiva), las dudas que empiezan a crecer dentro del personaje que interpreta Florence Pugh, son las que irán corriendo los velos de la farsa, desarmando las máscaras de la mentira, iluminando el camino del conocimiento hasta que la verdad marque un inevitable punto y aparte en aquella distopía maquillada de utopía. Y en esa relación que parecía perfecta, armoniosa y feliz. El amor, cuando construye una cárcel, no es amor. Sólo la cáscara de una burbuja idealizada. Y las burbujas, lo sabemos todos, nacieron para explotar.
Fernando Ariel García

sábado, 13 de agosto de 2022

DOS TIEMPOS: EL PODER DE LA MÚSICA

Dos tiempos. Director: Pablo Francischelli. Protagonistas: Lucio Yanel, Yamandú Costa. Guionistas: Pablo Francischelli, Caio Jobim. Doblechapa Cinema / TvZero. Brasil, 2021. Estreno en la Argentina: 18 de agosto de 2022.


El Maestro de la guitarra española. Así llaman en el Brasil al argentino Lucio Yanel, nacido en Corrientes en 1946 y afincado en Rio Grande do Sul desde 1982. Lo suyo es el chamamé, no sólo como expresión musical del litoral argentino (y sus vasos comunicantes con el Paraguay y el sur del Brasil, por supuesto), sino como manifestación de la idiosincrasia de un pueblo, más rural que urbano. Cuando toca, su arte realza el sentido espiritual y filosófico del chamamé, esa magia intangible que fortalece los vínculos entre las personas, aplaca las tristezas de la clase trabajadora, recupera los valores culturales que se van trastocando con el paso de las generaciones, empodera la memoria colectiva. Es, a la vez, fiesta popular y celebración mística.


Yamandú Costa, guitarrista y compositor brasileño, tuvo la posibilidad de perfeccionar su arte bajo la guía de Yanel. Como la música que sabe interpretar, no se ciñó a las fronteras geográficas; y entendió que el choro, la samba y la bossa nova dialogan con el tango, la milonga y el chamamé, porque comparten motivaciones, luchas y destinos. Cuando sus dedos recorren las cuerdas de la guitarra, todo a su alrededor se vuelve silencio sacramental. Las notas de cualquier melodía reconocible, traen consigo los paisajes de aquellos sueños y esperanzas; y ayudan a transitar las vicisitudes de la vida con algo más de color, movimiento y alegría.


Dos tiempos (Dois tempos), documental del director argentino-brasileño Pablo Francischelli, sigue el reencuentro de los dos músicos a 35 años del momento que los unió, emocionalmente, arriba y abajo del escenario. Con el espíritu de una road-movie gasolera, cruza con ellos la frontera entre el Brasil y la Argentina, hasta llegar a Corrientes para verlos participar de un festival. En el camino, como corresponde, irán reconstruyendo sus historias personales y en común, revisitarán algunos de los lugares que los hicieron ser quiénes son, charlarán con viejos amigos de los efectos de la vejez en el cuerpo y el espíritu, recuperarán recuerdos, generarán futuras memorias. Y tocarán la guitarra, claro.


En lo personal, a pesar de ser una película algo corta, se me hizo bastante larga. Reconozco que no tenía ni idea de quiénes eran Yanel y Costa; y tal vez, por ese motivo, me fue difícil empatizar con ellos mientras estaban en el camino, a bordo de esa van algo vetusta. Puede ser que yo haya cargado de tedio esas imágenes precisas, bonitas y reveladoras, por no saber mirar lo que estaba viendo. Lo que sí sé es que, en el momento en que maestro y discípulo ponían a rodar su talento, el film me abría un abanico de sensaciones que no tenía (tan) asociado al chamamé. Una cosa casi chamánica, primigenia, melancólica y reparadora, festivamente religiosa. Capaz de producir una metamorfosis en el alma, llenando ese momento de una luz reparadora y beatífica. El verdadero poder de la música.
Fernando Ariel García 

jueves, 11 de agosto de 2022

DC LIGA DE SUPERMASCOTAS: FALSAS EXPECTATIVAS

DC Liga de Supermascotas. Director: Jared Stern. Voces (inglés): Dwayne Johnson (Krypto), Kevin Hart (Ace, el Batisabueso), Vanessa Bayer (PB), Natasha Lyonne (Merton), Diego Luna (Chip), Kate McKinnon (Lulu), Thomas Middleditch (Keith), Ben Schwartz (Mark), John Krasinski (Superman / Clark Kent), Keanu Reeves (Batman), Marc Maron (Lex Luthor), Olivia Wilde (Lois Lane), Jameela Jamil (Mujer Maravilla), Jemaine Clement (Aquaman), John Early (Flash), Daveed Diggs (Cyborg) y Dascha Polanco (Linterna Verde / Jessica Cruz). Participación especial de Alfred Molina (Jor-El), Lena Headey (Lara), Maya Erskine (Mercy Graves), Keith David (Can-El, padre de Krypto). Voces (castellano): Alfonso Herrera (Krypto), Alex Montiel (Ace, el Batisabueso), Mónica Huarte (PB), Verónica Toussaint (Merton), Víctor Ugarte (Chip), Michelle Rodríguez (Lulu), Meme Sáenz (Keith), Jirafita (Mark), Raúl Anaya (Superman / Clark Kent), Sergio Gutiérrez (Batman), Pepe Campa (Lex Luthor), Erica Edwards (Lois Lane), Jocelyn Robles (Mujer Maravilla), Javier Ibarreche (Aquaman), Andrés Navy (Flash), Moisés Iván Mora (Cyborg) y Linda Palma (Linterna Verde / Jessica Cruz). Participación especial de Octavio Rojas (Jor-El), Marisol Romero Durá (Mercy Graves) y Matías Lértora (Can-El). Guionistas: Jared Stern y John Whittington. Basado en personajes y situaciones creados para los cómics DC por Otto Binder, Curt Swan, Bill Finger, Sheldon Moldoff, Martin Naydel, Paul Kupperberg, Don Newton, Jerry Siegel, Joe Shuster, Bob Kane, William Moulton Marston, H.G. Peter, Mort Weisinger, Paul Norris, Robert Kanigher, Carmine Infantino, Marv Wolfman, George Pérez, Geoff Johns, Doug Mahnke, Ivan Reis, Ethan van Sciver, Paul Dini y Bruce Timm, entre otros. Warner Animation Group / DC Entertainment / Seven Bucks Productions. EE.UU., 2022. Estreno en la Argentina: 28 de julio de 2022.


Las expectativas son así. No están, pero de golpe aparecen, se instalan, crecen y generan una esperanza que antes no existía, unas ganas que parecían haberse retirado a mejores puertos. A veces, surgen por un dato, un pálpito o un nombre puntual. Por ninguna de esas variables o por la sumatoria de las tres. Lo importante es que lo llevan a uno a hacer cosas que, sin ese estímulo, no haría de ninguna manera.


Eso es lo que me pasó con la película animada DC Liga de Supermascotas (DC League of Super-Pets), aventura que (creía yo) buscaba violentar la memoria emotiva de los padres historietófilos para venderles cajitas felices a sus hijos. Hasta que, en las gacetillas de prensa, vi el nombre de Jared Stern en el doble rol de director y guionista. Ese nombre, uno de los responsables tras la maravillosa Lego Batman: La película, operó en mí el milagro de la expectativa. En un segundo, pasé de no querer verla ni regalada a pensar en pagar el precio de una entrada. O de dos, si es que iba con mi hija.


Las cosas empezaron más que bien. Relecturas del Superman de Christopher Reeve, juegos referenciales con la pata más bizarra (y profundamente creativa) de los cómics DC de la Edad de Plata, un diseño icónico y caricaturesco, ideal para explotar el género superheroico desde el humor satírico, mitológicamente reverencial y, al mismo tiempo, ingenuamente absurdo. El equilibrio perfecto entre la película infantil y las segundas lecturas para los adultos que crecimos con una Novaro entre las manos, preferentemente una que tuviera a Krypto y al Batisabueso como protagonistas.


Lamentablemente, con el paso de los minutos, el andamiaje argumental fue abandonando toda sutileza, cualquier apunte metanarrativo, hasta quedarse encapsulado en excusas bobaliconas, mensajes moralistas sobre la adopción de mascotas y resoluciones simplistas para complejos conflictos emocionales. Todo rosa y políticamente correcto, cosa de que el cierre permita la generación de una franquicia capaz de competirle de igual a igual a la patrulla de cachorros Paw Patrol. Nada que reclamar. Después de todo, las (falsas) expectativas me las generé yo solito. Si la van a ver, aguanten hasta el final.  
Fernando Ariel García

miércoles, 10 de agosto de 2022

SANDMAN: SUEÑO CUMPLIDO

Sandman. Directores: Mike Barker, Jamie Childs, Mairzee Almas, Andrés Baiz, Coralie Fargeat, Louise Hooper, Hisko Hulsing. Protagonistas: Tom Sturridge (Sueño, también conocido como Morfeo y Sandman), Kirby Howell-Baptiste (Muerte), Mason Alexander Park (Deseo), Donna Preston (Desesperación), Patton Oswalt (voz de Matthew el cuervo), Vivienne Acheampong (Lucienne), Sanjeev Bhaskar (Caín), Asim Chaudhry (Abel), Boyd Holbrook (El Corintio), Gwendoline Christie (Lucifer), Jenna Coleman (Johanna Constantine / Lady Johanna Constantine), David Thewlis (John Dee), Kyo Ra (Rose Walker), Eddie Karanja (Jed Walker), Razane Jammal (Lyta Hall), Lloyd Everitt (Hector Hall), Mark Hammill (voz de Merv Pumpkinhead), Nina Wadia, Dinita Gohil y Souad Faress (las tres brujas), entre otros. Participación especial de Ferdinand Kingsley (Hob Gadling), Sandra James-Young (Unity Kinkaid), Cassie Clare (Mazikeen), Stephen Fry (Gilbert), Claire Higgins (Mad Hettie), Munya Chawawa (Choronzon), Roger Allam (voz de Lord Azazel), Deborah Oyelade (Nada), Ernest Kingsley Jnr (Kai'ckul), Melissanthi Mahut (Calliope), Sandra Oh, James McAvoy y Neil Gaiman, entre otros. Guionistas: Neil Gaiman, David S. Goyer y Allan Heinberg; Allan Heinberg; Jim Campolongo; Austin Guzman; Ameni Rozsa; Lauren Bello; Heather Bellson; Alexander Newman-Wise; Vanessa James Benton; Jay Franklin; Catherine Smythe-McMullen. Basado en personajes y situaciones creadas por Neil Gaiman, Sam Kieth, Mike Dringenberg, Sam Kieth, Michael Zulli y Kelley Jones para el cómic The Sandman (1987), incluyendo personajes creados por Len Wein, Bernie Wrightson, Paul Levitz, Néstor Redondo, Bob Haney, Jack Sparling, Joe Orlando, Mark Hanerfeld, Bill Draut, Alex Toth, Alan Moore, Rick Veitch, John Totleben, Gardner Fox, Mike Sekowsky; Roy Thomas, Ross Andru, Jerry Ordway, Joe Simon, Jack Kirby, Jamie Delano, John Ridgway y Richard Piers Rayner, entre otros, para diversos cómics publicados por DC. Diseñador de créditos finales: Dave McKean. Desarrolladores audiovisuales: Neil Gaiman, David S. Goyer y Allan Heinberg. Productores: Allan Heinberg, David S. Goyer, Neil Gaiman y Mike Barker. PurePop Inc. / The Blank Corporation / Phantom Four / DC Entertainment / Warner Bros. Television. EE.UU., 2022. Estreno en la Argentina: Disponible en Netflix desde el 5 de agosto (episodios 1-10) y 19 de agosto (episodio 11) de 2022.


La espera valió la pena. Cada uno de estos largos (larguísimos) 30 años de justificadas ansiedades y esperanzas tantas veces postergadas, han quedado zanjadas y definitivamente exorcizadas. Sandman (The Sandman) es la adaptación perfecta del definitivo y siempre sorprendente cómic parido por Neil Gaiman y un ejército de inigualables artistas gráficos. Saltar de la página impresa al mundo audiovisual no es tarea sencilla, pero aquí (desde el casting hasta el lenguaje narrativo, pasando por diálogos y algunos encuadres específicos) han tomado a la historieta como rigurosa y fidedigna estructura a seguir. Al menos, en estos once capítulos de la primera temporada, que básicamente adaptan los dos arcos argumentales iniciales: Preludios y nocturnos y La casa de muñecas.


Que Neil Gaiman, creador y organizador de este expansivo universo, le haya puesto el cuerpo a esta serie de la manera que se lo puso, garantiza la calidad del resultado final. Y, en ese sentido, todo lo que uno esperaba encontrar en Sandman, dice presente de manera elegante, sofisticada, culta, refinada y entretenida. Está la aventura existencialista y metafísica, entretejida por el drama histórico y la literatura, el melodrama shakespereano, las leyendas medievales, el gótico británico, las mitologías y las religiones (monoteístas y politeístas), la filosofía y la magia, los cuentos de hadas y el relato fantástico, la ciencia y la ciencia-ficción. Una cosmología desplegada, siempre, en función de su influjo sobre la vida cotidiana de las personas de a pie, imagen y reflejo de los Eternos, la disfuncional familia conformada por los conceptos encarnados en personificaciones antropomórficas de Sueño, Muerte, Deseo, Delirio, Desesperación, Destino y Destrucción.


Por supuesto, para mantener el mismo nivel de apertura progresista que el cómic exhibió en la década del ’80, hubo que hacer cambios. Que fueron hechos, pero sin concesiones a cualquier tipo de posible tergiversación identitaria. Hay más personajes LGBTIQ+; una representación étnica mucho más inclusiva; y varios cambios de género, todo incorporado de manera natural y fluida en la trama. Si hasta la Johanna Constantine de Jenna Coleman se muestra más fiel al John Constantine original que las anteriores versiones interpretadas por Keanu Reeves y Matt Ryan. Lo que brilla por su ausencia es el enclave superheroico que sí tenía la historieta. Por exigencias de Warner y por la decisión de mantener lo más separada posible a esta serie del universo cinematográfico y televisivo de DC, no hay referencias a la Liga de la Justicia, al Cuarto Mundo, a Etrigán o a cualquier otra participación de coloridos paladines en pantimedias. De todas formas, los fanáticos sabrán encontrar (y disfrutar) las referencias al Sandman de Kirby y al Flash de Infantino que se exhiben entre bambalinas, como mero dato de color.


Pero (siempre hay un pero cuando uno se queja de lleno), tanto apego al material original ha terminado por extirpar de este Sandman uno de sus factores más importantes: La sorpresa. A diferencia de los cómics, que permanentemente abrían nuevos caminos, cada capítulo de la serie sólo busca reafirmar la potencia de los logros ya obtenidos en el campo primario. Y regocijarse con su exhibición. En lo particular, más allá del placer que me dio el volver a hollar terreno tan conocido por lo amado y admirado, me faltó la posibilidad de maravillarme al transitar la experiencia de esta obra de arte. Me hubiera gustado, la verdad, encontrar alguna vuelta de tuerca, alguna relectura, un puñadito de arena que me sorprendiera tanto como, estoy seguro, esta serie sorprenderá a quienes no conocen el cómic. A esperar la segunda temporada.
Fernando Ariel García

lunes, 8 de agosto de 2022

DEPREDADOR – LA PRESA: MÁS DE LO MISMO, PERO MEJOR

Depredador: La presa. Director: Dan Trachtenberg. Protagonistas: Amber Midthunder, Dakota Beavers, Dane DiLiegro, Michelle Thrush, Stormee Kipp, Julian Black Antelope y Bennett Taylor entre otros. Guionista: Patrick Aison, sobre una historia de Patrick Aison y Dan Trachtenberg. Basado en personajes y situaciones creadas por Jim Thomas y John Thomas para el film Depredador (1987). 20th Century Studios / Davis Entertainment / Lawrence Gordon Productions. EE.UU., 2022. Estreno en la Argentina: Disponible en Star+ desde el 5 de agosto de 2022.


Aunque al Depredador lo vistan de seda, Depredador se queda. Al menos, es lo que yo siento frente a una de las franquicias fantacientíficas más populares y exitosas nacidas en Hollywood. Más allá del sazón que le pongan, de los accesorios que le agreguen, todas las películas de la saga se me hicieron iguales, esquemáticas hasta la médula que el cazador alienígena suele exhibir cada vez que mata a su víctima.


Depredador: La presa (Prey) no le escapa a la norma. De hecho, se prende a ella como una garrapata, volviendo al escenario selvático, agreste y violento de la primera película. Y al igual que Schwarzenegger en esa ocasión, la guerrera Naru (Amber Midthunder) deberá emprender ahora su propia aventura. Extenuante desde lo físico, apremiante desde lo intelectual. Porque para que el cuerpo logre sobrevivir a los embates del inmisericorde alienígena, su cerebro deberá leer adecuadamente las características del oponente; y diseñar la estrategia ideal para salir victoriosa. Mientras libra, al mismo tiempo, otra batalla contra los prejuicios machistas de su propia gente, que no conciben que una mujer pueda ser una gran guerrera.


Especie de precuela con intenciones de reinicio de saga, La presa encuentra en Dan Trachtenberg al director ideal para solventar la empresa. Va al grano, no repite aquello que la platea ya sabe y subraya las características identitarias de la serie: El juego del gato y el ratón entre el Depredador y los habitantes del espacio terrestre que viene a utilizar como coto de caza: El corazón de la nación comanche, a principios de 1700. Por eso, se habla poco y se pelea mucho, se mata y se muere entre espasmos de adrenalina y un ritmo nervioso y cambiante. Precavido y lento cuando tiene que serlo, rápido y furioso cuando corresponde.


Nada nuevo bajo el sol, sólo que esta vez el entorno comanche viene expuesto como dato central, no como elemento de color nacido (sólo) por la necesidad de ser políticamente correctos. Aunque la cuestión de género parezca dialogar más con la coyuntura actual que con el presente histórico donde se desarrolla la trama. Desde lo simbólico (también desde lo concreto), que el 80 por ciento de los involucrados en la realización de la película, delante y detrás de cámara, pertenezcan al pueblo comanche, le agrega verdad al resultado final. Que (al menos en los EE.UU.) se exhiba en copias dobladas y subtituladas en comanche, termina de redondear un hecho histórico para las comunidades indígenas norteamericanas.


Con estas bases, La presa capitaliza la belleza inherente a la cosmogonía comanche. Sabe apoyarse en su cultura, en la tipología de sus relaciones, en el peso de sus creencias y mitos, a la hora de construir una aventura típica del Depredador, resignificando cada eslabón del relato mientras los va encadenando. Más de lo mismo, pero mejor.
Fernando Ariel García