jueves, 29 de julio de 2010

MORTADELO Y FILEMÓN. ¡POR ISIS, LLEGÓ LA CRISIS!: SIEMPRE VIVIMOS EN CRISIS

Mortadelo y Filemón es mucho más que una historieta. Como Patoruzú en la Argentina, Condorito en Chile y La Familia Burrón en México, son verdaderos fenómenos sociales que sobrepasan el ámbito de las viñetas, el mundo de las páginas impresas y el universo de soportes a través de los cuales la industria del entretenimiento incentiva nuestras neuronas. Son, en resumidas cuentas, exponentes del pensamiento popular, compendios de idiosincrasias y referentes culturales ineludibles al intentar aprehender los fenómenos que definen las nacionalidades.
Esta carga hace que, a la vista del público lector más exigente, aparezcan como instancias inmóviles, detenidas permanentemente en un tiempo que no cambia, que no avanza, que no se hace eco de las modificaciones que atraviesan a la sociedad. Son obras que se apoyan en estructuras narrativas básicas pero sumamente eficientes a la hora de comunicar los mensajes. Tal vez (supongo) porque su destinatario principal es el hombre y la mujer de la calle, aquel que no lee más historietas que éstas, que no está interesado en las potencialidades narrativas del medio ni en los complejos mecanismos que pone en funcionamiento el cómic como lenguaje.
Ni El Guerrero del Antifaz sabe qué hacer ante la crisis…
… ni Zapatero ni Rajoy

Esto no quiere decir que sean obras tontas o simplistas, que menosprecien la inteligencia y la emoción de quienes se deciden a abrir sus páginas. No en el caso de Mortadelo y Filemón, al menos, que no se propone ni intenta modificar su clásico estilo de humor blanco, familiar, apoyado en el juego de palabras, el chiste escatológico de trazo grueso y la comedia de enrededos, donde las situaciones disparan los engranajes de la sonrisa. Está algo influido por Astérix y Mad; y eso se nota cuando aparecen los apuntes sociales y políticos, pero lo suyo no es la sutileza sino la explotación del prototipo y las fórmulas probadas y aprobadas en reiteradas ocasiones.
… ni el Rey Juan Carlos
… ni la Iglesia

Los malentendidos están a la orden del día, por supuesto. De hecho, la acumulación de repeticiones y variaciones hacen al esquema de este ¡Por Isis, llegó la crisis! en donde Francisco Ibáñez se luce exhibiendo los efectos, jugando con las resonancias de esta brillante lección de historia sobre el accionar capitalista que viene rigiendo al mundo, desde el antiguo Egipto hasta hoy, dejando más que en claro que las “burbujas inmobiliarias” son sólo un ejemplo concreto del manejo recurrente, cíclico y hasta autoprovocado por el propio sistema, que necesita crear y destruir para sostenerse en el tiempo. Y en el poder.
… ni Obama
… ni Fidel

La historieta habla de la España actual, obvio. De la España actual, inmersa en un mundo que tiembla ante la posibilidad del fin de los tiempos capitalistas de mercado. Y utiliza el humor como herramienta canalizadora de la reflexión crítica. Y por ello se detiene en la acción estatal local, ideada desde los centros económico-financieros globales para sostener la reproducción del modelo, sin importar los costos humanos que impliquen la puesta en práctica de estas decisiones. Aquí no se salvan ni Zapatero ni Rajoy ni el Rey Juan Carlos, ni la comunidad internacional (con Obama y Fidel Castro a la cabeza) ni la Iglesia. Porque lo que se cuenta, escondido entre los pliegues de la risa, son los móviles nefastos tras la reducción de costos, tras la rebaja del presupuesto, tras las reducciones de personal. Esa lógica perversa que aparece brutalmente condensada en una frase tirada como al azar en medio del libro: “Se agarran a lo de la crisis como excusa, para sutituirnos a todos… ¡Les saldrá más barato!”.
El ABC del capitalismo, por si alguien todavía no se dio cuenta.
Fernando Ariel García
Mortadelo y Filemón:
¡Por Isis, llegó la crisis!
(Colección Magos del Humor Nº 130)
Autor:
Francisco Ibáñez
Portada: Francisco Ibáñez
48 páginas a color
Ediciones B
ISBN: 978-84-666-4074-9
España, 2009

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