miércoles, 28 de noviembre de 2018

EL PRIMER HOMBRE EN LA LUNA: LA NO CONQUISTA DEL ESPACIO

El primer hombre en la Luna. Director: Damien Chazelle. Protagonistas: Ryan Gosling (Neil Armstrong) Claire Foy (Janet Armstrong), Jason Clarke (Ed White), Kyle Chandler (Deke Slayton) y Corey Stoll (Buzz Aldrin), entre otros. Guión: Josh Singer, basado en el libro First Man: The Life of Neil A. Armstrong, de James R. Hansen. Productor Ejecutivo: Steven Spielberg. Universal Pictures / DreamWorks Pictures / Temple Hill Entertainment / Perfect World Pictures. EE.UU., 2018. Estreno en la Argentina: 29 de noviembre de 2018.  

Contraria al espíritu norteamericano. Así definió Donald Trump a El primer hombre en la Luna (First Man), porque el director Damien Chazelle decidió no incluir la secuencia en que Neil Armstrong y Buzz Aldrin clavan la bandera estadounidense en la superficie lunar. De ser así, será esa otra cucarda más para una película contraria al al espíritu del melodrama y contraria al espíritu del entretenimiento. 


Larga, tediosa y monocorde. Aburrida. La trama que desenvuelve Chazelle termina construyendo un interesante contrasentido: Una lenta narración sobre la carrera espacial que desveló a los EE.UU. y la U.R.R.S. durante la movida década de los ’60. Biopic de manual, la historia personal de Neil Armstrong y la Historia de la conquista espacial aparecen delicadamente enhebradas, deshaciéndose hacia el final en un golpe de efecto que, curiosamente, no produce ningún efecto emotivo en la platea. 


Tal vez porque el pecado más grande del film sea su bajo nivel de empatía. El primer hombre… apuesta a la faraónica imaginería visual y, en el camino, termina desatendiendo el costado humano de los hombres y las mujeres que llevaron adelante la hazaña de pisar la Luna. Gosling contribuye a esta performance, construyendo un personaje minucioso y enigmático, tan encerrado en sí mismo que no logra abrirse ni ante su familia, ni ante sus amigos, ni ante sus colegas ni ante los espectadores. Otra máscara más de todas las que deambulan por la cinta. Si viven o si mueren, si triunfan o fracasan, si llevan adelante una lucha justa o injusta, da igual. Y eso, me parece, es imperdonable en una película que, de antemano, ya sabemos cómo va a terminar. 


De manera simultánea, desde varias perspectivas, Chazelle y Gosling abordan la épica de un momento clave y controvertido del discurso histórico mundial. Capturan esa grandeza y la exhiben en todo su esplendor, pero no la comunican. Armstrong habrá logrado conquistar el espacio exterior, pero El primer hombre… no llega a conquistar el espacio de la imaginación, el espacio de la Aventura, el espacio del cine. 
Fernando Ariel García

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