jueves, 31 de enero de 2019

AMIGOS POR SIEMPRE: CLICHÉ SOBRE RUEDAS

Amigos por siempre. Director: Neil Burger. Protagonistas: Kevin Hart, Bryan Cranston, Nicole Kidman, Genevieve Angelson, Aja Naomi King y Julianna Margulies, entre otros. Guión: Jon Hartmere, basado en el guión original de la película Les Intouchables de Éric Toledano y Olivier Nakache, sobre la historia de vida del empresario francés Philippe Pozzo di Borgo. Lantern Entertainment. EE.UU., 2017. Estreno en la Argentina: 31 de enero de 2019. 

Sé que se estila, que es una moda industrial movida por el afán económico de capitalizar éxitos ajenos y que está  lejos de cualquier necesidad creativa. No hablo de remakes hechas con años de diferencia, actualizando preceptos, circunstancias, roles, lecturas. Me refiero a las películas más o menos recientes, vueltas a filmar en otras latitudes sin ninguna excusa que me parezca valedera. Con cambios cosméticos que ni suman ni restan. 


Amigos por siempre (The Upside) se inscribe en este segundo rubro. Tercera re-versión de la francesa Amigos intocables (después de la india Oopiri y la argentina Inseparables, con Oscar Martínez y Rodrigo de la Serna), vuelve a contar el mismo cuento del millonario blanco, cabrón y parapléjico, unido por esas jugarretas del destino al laburante negro, pobre e irrespetuoso. Y la relación laboral que terminará por modificarlos en sus facetas humanas más íntimas. Por eso de que los opuestos se atraen y complementan, sacando lo mejor de cada uno en el camino. 


Amontonando clichés, la película de Neil Burger avanza pegando bajo cada vez que puede, maquillando cada uno de esos golpes con chistes, pasos de comedia ingenuos e irreverentes, pinceladas de melodrama para la hora de la siesta y guiños referenciales a las cintas de amistades tan entrañables como desparejas. Si algo sostiene todo este andamiaje es la química actoral derramada por Bryan Breaking Bad Cranston y Kevin Hart, más que bien apoyados por la contenida asistente de Nicole Kidman. 


Paternalismo de alto impacto, supremacía clasista y racismo de baja intensidad. Desde esas alturas, sin repetir y sin soplar, el film baja a su aleccionadora moraleja edulcorada. Cumpliendo todos los requisitos, sin saltarse ningún casillero, llegando al final con una soberbia interpretación del Nessun Dorma a cargo de Aretha Franklin. Y ya se sabe, la voz de la Dama del Soul todo lo puede, hasta salvar una innecesaria remake. 
Fernando Ariel García

1 comentario:

  1. ¿El gran Walter White se prestó a hacer esto?
    No sabía.
    Me gustó la película francesa, pero después se hicieron tantas que me marearon... hasta hay una con De la Serna y Oscar Martínez, que vi casi obligado porque no podía escapar de ese recinto.

    Gracias por la no recomendación
    Abrazo

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