lunes, 21 de enero de 2019

EL REGRESO DE MARY POPPINS: LA MAGIA SIGUE INTACTA

El regreso de Mary Poppins. Director: Rob Marshall. Protagonistas: Emily Blunt (Mary Poppins), Lin-Manuel Miranda (Jack), Ben Whishaw (Michael Banks), Emily Mortimer (Jane Banks), Pixie Davies (Anabel Banks), Nathanael Saleh (John Banks), Joel Dawson (Georgie Banks), Julie Walters (Ellen), David Warner (almirante Boom), Jim Norton (Sr. Binnacle) y Edward Hibbert (voz del paraguas parlante de Mary Poppins), entre otros. Con Meryl Streep (Tatiana Antanasia Cositori Topotrepolovsky, “Topsy”) y Colin Firth (William Wilkins / Lobo). Participación especial de Dick Van Dyke (Sr. Dawes Jr.) y Angela Lansbury (vendedora de globos). Guión: David Magee, Rob Marshall y John DeLuca, basados en personajes y situaciones creados por P.L. Travers. Canciones: letra de Scott Wittman y Marc Shaiman, música de Marc Shaiman. Coreografías: John DeLuca. Lucamar Productions / Marc Platt Productions / Walt Disney Pictures. EE.UU., 2018. Estreno en la Argentina: 24 de enero de 2019. 


Nostalgia que conforta y reconforta. Una imaginería visual desbordante, de esa que te hace creer que la magia es un estado posible de transitar, siempre y cuando uno mantenga intacta las ganas de creer que trajo a este mundo cuando era niño. Música que te llena el cuerpo y te dan ganas de salir a la pista a bailar, hasta que ves las proezas coreográficas, la perfecta belleza de esos movimientos sincronizados al dedillo, naturalizados hasta hacerlos parecer simples y espontáneos. Mucho color, demasiada sensiblería, un toque de humor medio tonto, la química intacta de unos personajes entrañables. El combo ideal para la fantasía perfecta. Si hasta un grupo de trabajadores sindicalizados puede derrotar al cerdo banquero capitalista. 


Pero todo cantado, claro. El regreso de Mary Poppins (Mary Poppins Returns) es una comedia musical. Y si no te gustan las comedias musicales (como es mi caso), podés hacer de tripas corazón y bancarte lo que viene, porque lo que llega está muy bien. En esta secuela al clásico disneyano de los ’60, los chicos Banks que supo cuidar la Mary Poppins interpretada por Julie Andrews han crecido. Mucho. Y hoy son adultos agobiados por la depresión económica de los años '30: Julie es una sindicalista de avanzada que busca mejorar las condiciones laborales; y Michael es un trabajador ahogado por algunas decisiones financieras. Los hijos de este último tendrán la ardua tarea de mostrarle el poder sanador de la magia, gracias a la Mary Poppins de Emily Blunt. 


Lo mejor y lo peor que el film de Rob Marshall tiene para ofrecer es su respetuoso apego al canon, desde lo formal (secuencia animada y cameo de Dick Van Dyke incluidos) hasta los valores intangibles que terminaron acomodando a la niñera del paraguas en el imaginario cultural de varias generaciones, a lo largo y ancho del mundo. Que se sienta como una película de los ’60 hecha hoy, es un logro y un desperdicio. Logro porque ha sabido adaptar la frescura del ayer a los tiempos que corren, sin traicionar su esencia moralizante y su grandilocuente sentido del entretenimiento familiar. Y un desperdicio, porque ha transitado el camino más conservador posible, renunciando a la posibilidad de re-crear una Mary Poppins libre de las cadenas del icono. 


Perfecta por donde se la mire, El regreso de Mary Poppins es todo aquello que pueda esperarse de un tanque hollywoodense de esta naturaleza. Sin correr riesgos, claro, la magia sigue intacta. 
Fernando Ariel García

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