martes, 23 de junio de 2015

CONTROL DE PLAGAS: ¿A QUIÉN VAS A LLAMAR?

Control de plagas. Guión: Max Aguirre. Dibujos: Jok. Ilustraciones: Max Aguire. Tratado de Mostros y Espetros: Max Aguirre, María Eugenia Alcatena, Federico Baert, Diego Baiardi, Martín Betancor, Fran Cascallares, Diego Cortés, Alejandro Farías, Adrián Figueroa, Pablete García, Javi Hildebrabdt, Guillermo Höhn, Jok, Elizabeth Lerner, Magnus, Eduardo Mazzitelli, Leonardo Oyola, Martín Pérez, Laura Ponce, Federico Reggiani, Roy, Rodolfo Santullo, Luciano Saracino, Ianina Trigo, Andrés Valenzuela, Fabián Zalazar, Alejandro Zina (guiones), Max Aguirre, Paula Andrade, Enrique Alcatena, Carlos Aón, Gerardo Baró, Jorge Blanco, Nico Brondo, Hernán Cañellas, Pablo Colaso, Caio Di Lorenzo, Lauri Fernández, Leandro Fernández, Gervasio, Kwainchang Kráneo, Horacio Lalia, Lara Lee, Alejandra Lunik, Fran López, Majox, Cristian Mallea, Ángel Mosquito, Dolo Okecki, Richard Ortiz, Camila Rapetti, Leo Sandler, Pablo Tambuscio, Rodrigo Terranova, Tute, Marcos Vergara, Erica Villar, Fabián Zalazar (dibujos). Portada: Jok. 160 páginas en blanco y negro. Colectivo Editorial Mojito (Grupo Belerofonte, Dragón Comics Editora, Estuario Editora, Loco Rabia). ISBN: 978-9974-99-548-2. Uruguay/Argentina, agosto de 2014. 


Voy a decirlo de arranque. Control de plagas es una de las historietas más entretenida y lograda de los últimos tiempos. Pero hay algo en la estructura con que Max Aguirre y Jok armaron el libro para el Colectivo Editorial Mojito que no me termina de cerrar, quizá porque el formato de edición elegido diluyó el impacto emocional que los propios autores venían construyendo meticulosamente; borroneando un poco la compacta integralidad alcanzada en la primera de las tres partes en que me atrevo a dividir el todo. 


Este bloque inicial, compilación de los seis episodios serializados en el blog Historietas Reales entre el 22 de marzo de 2011 y el 4 de febrero de 2014, sienta las bases de la aventura, presenta a los personajes y las relaciones existentes entre ellos y con el entorno. Define también el tono arrabalero de la obra, una mirada tercermundista sobre los yeites clásicos de la ciencia-ficción post-apocalíptica, con mucho humor, mucho cinismo, mucha desmesura. Un explosivo cóctel batido al ritmo de cierto desencanto inherente a la idiosincrasia argenta. La única forma (tal vez) en que se puedan sobrellevar las pérdidas reales y simbólicas que cargan los protagonistas, obcecados en zafar de la desgracia que les tocó en suerte. 


Porque en el mundo de Control de plagas, lo que reina es una invasión de monstruos, vampiros, momias, zombies y todo tipo de criaturas demoníacas, ensañadas con la humanidad cansada de transitar tanta pena y tanta herida. Por suerte (¿por suerte?) contamos con esta especie de artesanales Cazafantasmas que les hacen frente, fumigadores extremos con más resolución e inventiva que tecnología de punta. Cuerpo a cuerpo, con herramientas mecánicas, químicas y/o físicas, le hacen frente a la muerte desdramatizando el percance, pero con la sospecha de una traición carcomiéndoles las entrañas. Duda existencial que, según los autores, será resuelta recién en un futuro segundo tomo. 


Y en este punto, avanzada un poco más de la mitad del libro, el libro arranca para otros pagos. Tan interesantes de recorrer como el primero, pero distintos y algo divergentes del núcleo dramático central. La primera parada es el Tratado de Mostros y Espetros (sic), manual de zoología fantástica influido por el Moby Dick de Melville y El libro de los seres imaginarios de Borges. Una joya (dentro de otra joya) que abre el juego a escritores y dibujantes amigos de los autores (de Alcatena a Tute, de Leonardo Oyola a Rodolfo Santullo); y que acrecienta nuestro deleite como lectores. Y después, sobre el cierre, dos episodios autoconclusivos (e inéditos) de la historieta, precuelas del bloque inicial resueltas con un registro más zumbón y liviano.

Ilustración de Max Aguirre

Vuelvo al principio. Control de plagas es una de las historietas más entretenida y lograda de los últimos tiempos. Pero se me hace (estoy convencido), que la decisión editorial tomada a la hora de ordenar los contenidos del libro no la favorece; y termina por deslucir algunos de los muchos logros que tiene para ofrecer. Que el resultado final siga siendo tan atrapante, habla a las claras del poder que late en estas páginas. 
¿Querés (como yo) la segunda parte? ¿A quién vas a llamar? 
Fernando Ariel García

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