jueves, 4 de junio de 2015

THE LAST. NARUTO: THE MOVIE: EL FIN DE UNA AVENTURA, EL PRINCIPIO DE OTRA

The Last. Naruto: La película. Director: Tsuneo Kobayashi. Voces: Junko Takeuchi (Naruto Uzumaki), Nana Mizuki (Hinata Hyuuga), Jun Fukuyama (Toneri Ôtsutsuki), Chie Nakamura (Sakura Haruno), Satoshi Hino (Sai), Showtaro Morikubo (Shikamaru Nara) y Noriaki Sugiyama (Sasuke Uchiha), entre otros. Guionista: Kyōzuka Maruo, en base a personajes y situaciones del manga creado por Masashi Kishimoto. Tema musical de cierre: Hoshi no Utsuwa (Star barco), interpretado por el dúo Sukima. Supervisión general: Masashi Kishimoto. Studio Pierrot / Toho. Japón, 2014. 

72 volúmenes recopilatorios del manga serializado entre 1999 y 2014 en el semanario Shonen Jump. Más de 600 episodios del animé televisado entre 2002 y 2010. 10 largometrajes animados, estrenados en salas cinematográficas entre 2004 y 2014. 7 películas realizadas para el mercado del video hogareño y el DVD, entre 2003 y 2012. Juegos de video, de rol y de cartas intercambiables. Un par de novelas y una docena de CD’s musicales. Cientos de muñequitos, miles de figuritas, millones de objetos de consumo masivo.


Algunos números que sirven para cuantificar el alcance del universo Naruto, una de las series más relevantes de la cultura popular nipona, derramada globalmente tras el desembarco de Akira y la conquista unilateral comandada por Dragon Ball. Impresionante fenómeno de masas cuyo cierre definitivo (o, al menos, todo lo definitivo que permita la industria) aterrizó en los cines argentinos con The Last. Naruto: La película (Gekijouban Naruto: The Last, 2014). Un adiós que, de acuerdo con los aplausos y los gritos que los fanáticos le dedicaron al concluir la función de prensa, satisface (y con creces) todas las expectativas que aquellos veteranos seguidores de la franquicia puedan llegar a tener.


Para quienes no estén tan al tanto de las idas y vueltas que han nutrido los argumentos y las derivaciones que han hecho de Naruto un clásico contemporáneo, el mismo filme se encargará de informarle aquellos aspectos necesarios para comprender una trama más rebuscada que compleja, dejando algunos huecos que pueden rellenarse con los clichés ya conocidos de cualquier historia de aventuras místicas, de furibundas peleas ninjas y de romances no correspondidos, tres caminos que The Last va alternando con buen ritmo, una imaginería gráfica que replica el estándar televisivo instalado; y unos arrebatos de poesía visual que la emparenta (fugazmente) con lo mejor del cine arte nipón.


Para el entorno post-apocalíptico de la Tierra a punto de explotar, para el desarrollo de esta aldea feudal anclada entre la tecnología retrofuturista y el poder místico de los chakras, la historia balancea las posibilidades de un acabose definitivo o de un mero cambio de rumbo. Pero para aquellos chicos que iniciaron la épica que hoy terminan como adultos, The Last cierra de manera (de)terminante la vida que vinieron llevando hasta aquí. La muerte de la inocencia que marca el fin de una aventura y el principio de otra, mucho más interesante, mucho más compleja, mucho más trascendente. 
Pero para eso, hay que esperar a que pasen los títulos finales. 
Fernando Ariel García

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