jueves, 24 de diciembre de 2020

SUPERMAN & SANTA CLAUS: DOS POTENCIAS SE SALUDAN

DC Comics Presents Nº 67. Guionista: Len Wein, en base a un argumento de Len Wein y E. Nelson Bridwell. Dibujante: Curt Swan. Entintador: Murphy Anderson. Letrista: Ben Oda. Colorista: Gene D’Angelo. Portadista: José Luis García López. Editor: Julius Schwartz. 32 páginas en color. DC Comics. EE.UU., diciembre de 1983 (fecha de tapa: marzo de 1984).


Desde que tengo uso de razón, los cómics superheroicos de DC y Marvel se tomaban una revista anual, por lo menos, para presentar una aventura de entornos y contenidos navideños. Sin renunciar a la acción y la fantasía, pero apuntada principalmente a la afirmación de los valores humanitarios que solemos cargarle a esa fecha tan especial. Casi siempre, con un exceso de sensiblería que, en otro contexto, sería realmente insoportable.


Para las navidades de 1983, DC fue un poco más allá de lo que venía haciendo habitualmente; y decidió juntar a dos de los iconos más importantes de la globalizada cultura estadounidense: Superman, el paladín que encarna la Verdad y la Justicia (o, al menos, sus conceptos de Verdad y Justicia) y el Papá Noel que el mundo entero reconoce como Santa Claus, sobre todo después de la apropiación realizada a partir de 1931 por Coca-Cola para sus campañas publicitarias: Ese humanizado gordo de profusa barba blanca, vestido de rojo y blanco, encarnación perfecta de la esencia adorable, generosa y familiar que define al espíritu navideño.


La excusa para unirlos es tan sencilla como justificada. Toyman, uno de los archienemigos menos importantes del Hombre de Acero, ha manipulado unos juguetes para convertirlos en armas mortales. Y Superman, víctima de uno de ellos, termina siendo rescatado en el Polo Norte por el propio Santa Claus. Al principio, hay una lucha de egos entre los dos titanes, principalmente por ver quién es más noble y poderoso. Pero como entre bueyes no hay cornadas, al final los dos terminan poniendo entre rejas al criminal y entregando los regalos a los chicos que se portaron bien. Una pavada que, gracias al imbatible arte del tándem Swanderson (al menos para mí, que crecí leyéndolos), se expande ante los ojos del lector como el cuento de hadas perfecto.


En realidad, el cómic se trata de inculcar valores en las cabecitas de los niños. Por ello, mientras lidian con el villano, Superman y Santa Claus cumplen con su más importante misión: lograr que el joven Timmy Dickens (obvia alusión a Charles Dickens, autor del celebérrimo Cuento de Navidad) recupere la esperanza y vuelva a creer en el milagro de cada fin de año. Y, principalmente, en la capacidad de la buena voluntad humana como camino para alcanzar la paz en el mundo. Que de eso se trata la navidad, no? Felices fiestas para todos.
Fernando Ariel García

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