lunes, 12 de noviembre de 2012

VIAJERO FRECUENTE

Ayer, nuestro Hernán Ostuni dejó su rúbrica en la sección Confieso que he viajado, que cada domingo cierra el suplemento Viajes del diario Clarín. Para quienes no la leyeron, aquí va:



Hernán Ostuni: Investigador, médico, mago y mejor amigo

Un mágico territorio de leyendas
Hernán Ostuni, mago. Presenta "Harlock" en el bar Mágico (Carlos Calvo 1631, Ciudad Autónoma de Buenos Aires), los jueves de diciembre a las 21:00 horas.
Escocia es el país del mundo con más misterios, leyendas, fantasmas, duendes, aparecidos, héroes y monstruos por metro cuadrado. Es pura magia.
Desde la noche de los tiempos, inspirados por la anhelada alquimia de matar la muerte, magos y médicos compartieron inciertos senderos y hogueras medievales. Dejo constancia de que cultivo ambas pasiones y tal vez por eso disfruté tanto de mi viaje. Desde la ciudad de Glasgow, emprendí una travesía hacia el corazón de las Highlands, las míticas Tierras Altas, en el extremo noroeste de Escocia.
Glasgow es cosmopolita y alegre, con multitudes de gente joven. Cerca de la antigua plaza George, la Galería de Arte Moderno (GOMA) alberga la vanguardia del diseño contemporáneo. Allí está el Royal Exchange Square, con la clásica estatua ecuestre del Duque de Wellington y su gracioso cono de tránsito a rayas a modo de sombrero.


Majestuoso. El antiguo castillo de la bella Edimburgo, capital de Escocia 

En Edimburgo, lo ancestral y medieval define el paisaje urbano. Old Town se distingue por sus altos edificios góticos y sus serpenteantes calles de abruptas subidas y bajadas. En lo alto, el Castillo de Edimburgo impone su presencia y de noche cuando encienden las luces, es majestuoso. La Rosslyn Chapel fue una visita obligada. Sus arcadas y columnas concentran belleza y misterio. Amén de El Código Da Vinci y su relación con el Santo Grial, es sobrecogedora. Las kilts (faldas típicas escocesas) y el excelente whisky de los pubs, entre ellos, The Elephant House, donde J. K. Rowling escribió Harry Potter, son imágenes difíciles de olvidar.
Las ovejas espumosas como copos de nieve salpican el verde de los campos escoceses. A 20 km, en Drumnadrochit, estaba mi meta: Nessie, el monstruo del lago. La bahía de Urquhart es el lugar más profundo del lago (250 metros). En su castillo, que fue escenario de las luchas por la independencia escocesa, habitó San Columban, el monje que vio y dejó testimonio del monstruo
"Si vienen a ver al monstruo se van a desilusionar", dijo Toni, el guía del tour, y todos sabíamos que lo estaba protegiendo de los curiosos. La inmensa masa de agua negruzca, siniestra bajo el cielo plomizo y la llovizna, hacía creíble cualquier historia. Toqué el agua helada con las manos como si fuera un bautismo esperado por años.
Conocí el castillo de Stirling y la torre de Wallace (la “batalla de los traseros al aire”, de la película Corazón Valiente, se libra en ese lugar). Hice la ruta del whisky, la bebida nacional. En un pub de Glenmore probé el típico haggis, de vísceras de cordero y extrañamente sabroso. Hermoso por donde se lo mire, Escocia es un territorio de leyendas, misterio y magia. Mucha magia.

Link al artículo original:
http://www.clarin.com/viajes/hernan-ostuni-escocia-confieso_0_808719147.html

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