miércoles, 15 de febrero de 2017

ROCK DOG: LA MÚSICA NOS SALVARÁ A TODOS

Rock Dog. Director: Ash Brannon. Voces (versión original en inglés): Luke Wilson (Bodi), Eddie Izzard (Angus Scattergood), J. K. Simmons (Khampa), Lewis Black (Linnux), Kenan Thompson (Riff), Mae Whitman (Darma), Jorge García (Germur), Matt Dillon (Trey) y Sam Elliott (Fleetwood Yak), entre otros. Voces (versión doblada al castellano): Óscar Olivares (Bodi), Lucía Suárez, Brian Ramírez, Bárbara Bustamante, Carolina Cortés, Claudio Valenzuela, Félix Ceron y Jorge Contreras, entre otros. Guionistas: Ash Brannon, Denise Bradley, Vincente DiSanti, Will Finn, Carolyn Gair, Nicole McMath, Kurt Voelker, Josh Zinman, basado en la novela gráfica Tibetan Rock Dog de Zheng Jun. Mandoo Pictures / Huayi Tencent Entertainment Company / Eracme Entertainment / Dream Factory Group. EE.UU. / China, 2016. Estreno en la Argentina: 16 de febrero de 2017. 


No leí la novela gráfica en la que se basa la película, así que no puedo decir cuánto del Tibetan Rock Dog de Zheng Jun está en el Rock Dog de Ash Brannon, pero habiendo descubierto gracias a Wikipedia (debidamente chequeado con otras fuentes más confiables) que Zheng Jun es una gran estrella del rock chino, es bastante probable que la idea original sobre el poder emocional de la música (y la tensión entre arte e industria) forme parte importante de la materia prima original. 


Por lo demás, Rock Dog sigue al pie de la letra el manual de las narraciones sobre la búsqueda de aquello que nos hace ser únicos, la identidad. O la construcción de una identidad, en un momento de ansiedad y angustia como la adolescencia. La relación padre-hijo, la necesidad de rebelarse contra los mandatos familiares (aunque sólo sea para llegar a cumplirlos por otras vías), los beneficios de ser bondadoso y generoso, la creatividad como energía transformadora y liberadora, la confianza en el propio talento, la inserción en el mundo y el reconocimiento de los pares. Todo está en Rock Dog. Y de la manera menos sutil posible. 


Especie de Kung Fu Panda con el rock reemplazando a las artes marciales y un perro en lugar de un panda, Rock Dog sigue los pasos de Bodi, mastín tibetano destinado a ocupar el lugar de su padre al frente de la defensa de una aldea de ovejas amenazada por una jauría de lobos salvajes y mafiosos. El problema es que a Brodi le atrae más la guitarra que los protocolos de seguridad; y de ahí que el viaje a la gran ciudad y un encuentro con la leyenda del rock Angus Scattergood decante en el final feliz que se conoce desde el principio. 


Muy lenta en algunos tramos, tal vez por lo previsible de la trama, Rock Dog funciona mejor en los chicos más chicos que en los pre-adolescentes, por lo que pude constatar en la función de prensa con hijos. A los adultos se nos puede hacer un poco aburrida, salvo en los momentos más logrados de la animación, aquellos durante los cuales la imagen se anima a jugar visualmente con las resonancias sonoras de Radiohead, Eminem y The Black Eyed Peas (que suenan durante el metraje) y explican mejor que la película el mensaje que la película quiere transmitir. 
Fernando Ariel García

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