miércoles, 25 de septiembre de 2013

DRAGON BALL Z. LA BATALLA DE LOS DIOSES: UN KAME HAME HA NO SE LE NIEGA A NADIE

Dragon Ball Z. La batalla de los dioses. Director: Masahiro Hosoda. Voces (version original): Masako Nozawa (Goku, Gohan, Goten y Gotenks), Ryō Horikawa (Vegeta), Toshio Furukawa (Piccolo), Takeshi Kusao (Trunks y Gotenks), Kōichi Yamadera (Bills), Masakazu Morita (Wiss), Mayumi Tanaka (Krilin), Tōru Furuya (Yamcha), Hikaru Midorikawa (Ten Shin Han), Hiroko Emori (Chaoz), Naoko Watanabe (Puar y Chichi), Naoki Tatsuta (Oolong), Masaharu Satō (Kame Sennin), Hiromi Tsuru (Bulma), Miki Itō (Nº 18), Unshō Ishizuka (Mr. Satán), Kōzō Shioya (Majin Boo), Yuko Minaguchi (Videl), Aya Hirano (Dende), Shigeru Chiba (Pilaf), Jōji Yanami (Kaiō-sama del Norte y Narrador), Tomiko Suzuki (Marron), Eiko Yamada (Mai) y Kenji Utsumi (Shen-Long), entre otros. Voces (versión latina): Mario Castañeda (Goku), René García (Vegeta), Luis Alfonso Mendoza (Gohan), José Luis Orozco (Bills), Arturo Castañeda (Wiss), Carlos Segundo (Piccolo), Gabriela Willer (Trunks), Eduardo Garza (Krilin), Mario Sauret (Majin Boo), Ricardo Brust (Mr. Satán), Rocío Garcel (Bulma), Patricia Acevedo (Milk y Chaoz), Carola Vázquez (Videl), Ismael Larumbe (Ten Shin Han), Ricardo Mendoza (Yamcha), Cristina Hernández (Marron), Abel Rocha (Shenlong) y José Lavat (Narrador), entre otros. Guionistas: Yūsuke Watanabe y Akira Toriyama, en base a los personajes y situaciones del manga creado por Akira Toriyama. Toei Animation. Japón, 2013.


No se le deben pedir peras al olmo. Sobre todo, porque sería injusto para con el peral y para con el olmo. Y desde la perspectiva que obliga esta premisa es que (estoy seguro) debe verse Dragon Ball Z. La batalla de los dioses (Doragon Boru Zetto: Kami to Kami, 2013), pensada y realizada exclusiva y específicamente para los fanáticos de la serie. Aquellos adolescentes de ayer, que estuvieron frente al televisor cuando se desató la fiebre por Goku; y estos adolescentes de hoy, que continún enganchándose con la saga a través del cable, del DVD, de internet.


Si no se la ve con estos ojos, la película puede llegar a ser insufrible. Un episodio alargado hasta el límite que permite y favorece la saga, con una historia mínima, injustificada e injustificable. Y, si uno decidiera ponerse cinematográficamente exigente, bastante insostenible y muy por debajo del estándar medio de la industria para los largometrajes animados. Por ello debería mensurarse como un acierto que tenga el metraje justo y necesario para que la gran nada que muestra la pantalla no se repita más de lo necesario antes de reafirmar lo ya sabido, lo ya conocido, lo ya transitado. Y, por cierto, lo tan esperado.


Lo tan esperado porque, a la sensibilidad del seguidor estoico, La batalla de los dioses será lo más parecido a la gloria y la felicidad. Un Kame Hame Ha orgiástico que lo llevará hasta las lágrimas emocionadas de la redención. Entendida como un homenaje a todos aquellos que hicieron de Dragon Ball (y sobre todo de Dragon Ball Z) un icono multimedia capaz de trascender las fronteras culturales del mundo entero, el filme funciona. Y funciona a la perfección. El elenco completo de la serie, las voces originales (en japonés y en castellano), el mismo tono entre humorístico y superheroico, la seguidilla de combates en épico crescendo, la revelación de un nuevo estado saiyajinesco, la decisión de insertar la historia en el canon oficial del manga y el animé, justo entre el final de Dragon Ball Z y el principio de Dragon Ball GT.


Primera escapada cinematográfica de Dragon Ball en 17 años, La batalla de los dioses cuenta con la participación activa de la mente maestra tras el fenómeno, Akira Toriyama, el mangaka que fundó el imperio emotivo que la cinta hace rendir a lo loco. Poco importa que un dios de la destrucción aparezca de la nada, con la intención caprichosa de destruir la Tierra. Menos aún que unos pocos personajes se sopapeen de lo lindo, mientras el resto se muestre por los fotogramas como muñequitos de torta. Lo único que importa es la nostalgia, la recuperación de aquella descarga hormonal ante la excitación catódica. Dragon Ball Z está de vuelta.
El resto es ruido.
Fernando Ariel García

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