domingo, 11 de septiembre de 2011

THE BIG LIE: VERÁS QUE TODO ES MENTIRA

Diez años después de los atentados terroristas de Al Qaeda contra los EE.UU. en territorio estadounidense, lo único que está claro es que hay más razones para dudar de las investigaciones y el discurso oficial que para creérselo a pie juntillas. Es probable que nunca llegue a conocerse la verdad, sobre todo porque la vasta profusión de teorías conspirativas alrededor del hecho, aumenta los niveles de dificultad para encontrar algo de luz en medio de tanta maraña. Ya se sabe, la promoción de tanta información encontrada (y el fácil acceso a las mismas) termina por saturarlo todo, generando las interferencias necesarias para que lo importante se confunda con lo llamativo, lo trascendente con lo provocador. En medio del ruido es difícil encontrar el solaz necesario para la concentración, la reflexión. Se hace muy difícil separar la paja del trigo.


El momento del impacto


Eso no implica que no deba seguir buscándose la verdad. A este punto en particular apunta esta revista especial realizada por Rick Veitch, un autor acostumbrado a meterse con temas espinosos y posturas controvertidas. Desde el título, The Big Lie (La gran mentira), queda más que en claro que la sutileza no estará presente en el transcurso de las pocas, apretadas y apresuradas páginas que conforman el cómic. La propuesta es movilizar al lector, tanto emocional como intelectualmente. De ahí que el propio Tío Sam (algo así como la personificación material de los valores inmateriales que, para el imaginario colectivo estadounidense, definen la identidad de la nación) sea el encargado de contar esta historia en este momento específico: El décimo aniversario de la caída de las Torres Gemelas, devenido símbolo icónico de los atentados terroristas que también golpearon en el Pentágono y en Pensilvania. Pero como lo que importa es lo simbólico, el World Trade Center sirve para describir en su totalidad al país y la ciudadanía.


La teoría de la demolición controlada de las Torres Gemelas

Inscripta en el marco de una campaña de concientización levada adelante por distintas ONG’s, la historieta parte de una premisa fantástica, la posibilidad de viajar en el tiempo, para postular la aventura de una científica que, al tanto de las dudas que rodean el 11-S, decide viajar al pasado para rescatar a su esposo de la muerte en las Torres Gemelas y, de paso, si es que puede y la dejan, cambiar el curso de los acontecimientos. Lo que sigue es una exposición acelerada de las pistas que no se siguieron, los datos que no se investigaron, las evidencias que sostienen las teorías conspirativas. Por qué, es la gran pregunta que hace (y se hace) el cómic, si el Pentágono, el presidente Bush Jr. y casi todas las agencias de seguridad de los EE.UU., tenían motivos más que suficientes (y, aparentemente, los recursos de inteligencia y bélicos necesarios) para evitar y/o detener a tiempo estos atentados, no lo hicieron.


Parte de la administración Bush Jr. son practicantes de la “mentira noble”

La respuesta, fuera de los EE.UU., es conocida desde hace mucho, prácticamente diez años. La necesidad de fabricar (o, al menos, encontrar) un justificativo para entrar en guerra, entendiendo a la guerra como la continuidad de las políticas económicas del capitalismo salvaje. Un nuevo Pearl Harbor. La puesta a punto de la teoría de la “mentira noble”, variante hipócrita de “el fin justifica los medios”. La elección arbitraria de un Gobierno que busca reconstruir el viejo imperialismo norteamericano para garantizar multimillonarios negocios petrolíferos (y de seguridad y…) tan inmorales como ilegales. Una filosofía del ejercicio del poder que entiende al engaño como una herramienta de la práctica política.


Pistas y datos disponibles que no se investigaron

El problema mayor que presenta el cómic es su naturaleza discursiva. Todo se resuelve hablando, exponiendo las razones que se esgrimen desde uno y otro bando. Los datos se cuentan, las hipótesis se exponen, las fuentes (incluido WikiLeaks) se exhiben. Pero falta desarrollo narrativo. La paranoia devenida certeza. El descubrir (un poco tarde, la verdad) que el Gobierno es responsable (activo, de acuerdo con el cómic) de tantas víctimas inocentes.
Bienvenidos al mundo real.
Fernando Ariel García


The Big Lie. Guión y dibujos: Rick Veitch. Tintas: Gary Erskine. Color: Dominic Reagan. Portada: Thomas Yeates. Editores: Thomas Yeates y Brian Romanoff. 32 páginas a todo color. Image. ISSN: 7-09853-01092-0. EE.UU., septiembre de 2011.

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