miércoles, 27 de abril de 2011

X'ED OUT: TÓXICO METABOLIZADO

La vida es un trauma.
Un día, te despertás en tu cuarto, pasado de droga o falto de droga, lo mismo da porque el desvarío es tu único compañero de cama; y ves enfrente tuyo al gato negro que creías muerto porque estaba muerto, pero que ahora está vivo, con sus ojos clavados en los tuyos, delante de un agujero en la pared. Un agujero que funciona como puerta, ¿por qué no? O acaso Alicia no alcanzó el País de las Maravillas cayendo por un pozo. Pero vos no sos Alicia y ese mundo al que estás ingresando (¿o del que estás saliendo?) no es ninguna maravilla. A menos que entiendas a las pesadillas como algo maravilloso.



Se nota a la legua, porque está puesto en primerísimo plano. En X’ed Out, Charles Burns hace línea oscura con los postulados artísticos de la línea clara. Homenajea a Tintín. O, mejor dicho, lo descuartiza con mano maestra, con fino bisturí, cociéndolo con los hilos de la humanidad desgarrada de Edgar Allan Poe. Con una cuidada estética del asco y la revulsión, le pone ropas y actitud punk, lo hace recitar poesía beat. Los símbolos quieren decir algo, quieren decirnos algo. Pero hablan otro idioma y no se preocupan por hacerse entender. ¿Qué está pasando aquí?



En la portada de X’ed Out, su primer álbum a color, Charles Burns reinterpreta la tapa de La estrella misteriosa, primer álbum de Tintín publicado directamente en color


La sangre y los fluidos. Dentro y fuera del cuerpo. El cuerpo como cárcel. La enfermedad como condición natural del ser. Del ser y del parecer. El erotismo sublimado. La fotografía como reflejo de la realidad manipulada. Están los alienígenas verdes y los alienígenas que nos devuelve el espejo. ¿Hay algo más extraño que uno mismo? Somos un mal sueño en estado de construcción, los distintos estadíos de nuestra propia descomposición. Somos distintos de lo que somos. Y por eso lo distinto se nos antoja enfermizo.



Lo normal es estar fuera de foco. Un poco corrido de todo. Crear un registro con lo que está fuera de registro. La sensación de ser un extraño en tierra conocida. La percepción del mundo exterior como un lugar claustrofóbico, peligroso. Fuente de malestar. De inquietud. Un espacio en donde se abandona a la gente. El voyeurismo. El atractivo de lo decadente. Los personajes nos hablan, nos interpelan. Creen que nosotros sabemos. Se nos vuelven familiares, pero lejanos. Nos ponemos incómodos. Nos sentimos perdidos Irremediablemente perdidos. La escritura automática es un método para sacar fuera el inconsciente. ¿La repetición será un método de exorcizar nuestras obsesiones recurrentes? ¿Qué es ese eco que retumba en la parte de atrás de nuestras cabezas? ¿Son todos cabos sueltos que debemos atar?




¿Las adicciones reducen nuestra funcionalidad? ¿Perdemos capacidad de atención? ¿De entendimiento? ¿Dejamos de razonar o pasamos a razonar de otra manera? Distintos puntos de vista. ¿El reflejo deforma la realidad o la realidad tiene esa forma? El lado oscuro del sueño americano. La sociedad entendida como un producto de deshecho. La humanidad es una sustancia tóxica. Y cada relación interpersonal una dosis.



La realidad es una alucinación. La alucinación es una realidad. En esta primera de las tres entregas de X’ed Out hay algo que se está armando. Piezas que se juntan. Sensaciones que se superponen. Experiencias que lo yuxtaponen todo. De ahí surgirá el verdadero sentido. ¿De ahí surgirá el verdadero sentido? La vida no es algo lineal. Las cosas no pasan una atrás de otra. Se va a los saltos, se tropieza, se avanza y retrocede. Se hace lo que se puede. El día a día es un enorme rompecabezas con algunas fichas cambiadas. ¿O somos nosotros que no sabemos dónde ubicarlas? La culpa. La angustia adolescente como prólogo del fracaso adulto. Una sucesión de momentos intensos, únicos, ¿últimos?
Fernando Ariel García


X’ed Out. Autor: Charles Burns. 56 páginas a todo color. Pantheon Books. ISBN: 978-0-307-37913-9. EE.UU., octubre de 2010.

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