El Spirit es uno de esos personajes indeleblemente unido a su creador, Will Eisner. No es que él haya sido el único en hacerlo (y en hacerlo bien), ya que durante gran parte de su andadura original hubo muchos autores (y de mucho peso creativo, como Jules Feiffer y Wally Wood) trabajando en las aventuras de este policial protosuperheroico pero con los pies en la tierra, de corte netamente humano. Debe haber sido la mirada de Eisner, o el control editorial sobre su creación (que a veces viene a ser lo mismo), el elemento que determinó su identidad, el ingrediente que hace que la Coca-Cola tenga gusto a Coca-Cola y no a Pepsi. Lo que importa es que después de Eisner (incluso antes de su muerte), los intentos por remozar al Spirit no terminaron de cuajar. No por falta de talento involucrado (Alan Moore, Dave Gibbons, Neil Gaiman y Daniel Torres, en la revista de Kitchen Sink; Darwyn Cooke, Sergio Aragonés, Eduardo Risso y Mike Ploog, en el primer título regular de DC), sino, tal vez, por un error de cálculo al mensurar las competencias del personaje.
Y aquí estamos, con el primer número de la nueva serie de The Spirit publicada por DC. A cargo de Mark Cadillacs y Dinosaurios Schultz (guión) y Moritat (seudónimo de Justin Norman, dibujos), dos autores por arriba de la media que, sin embargo, no terminan de salir a flote. Y, otra vez, me parece, por una cuestión de enfoque. Aclaremos antes de que oscurezca. Este nuevo The Spirit ya no sólo forma parte del Universo DC, sino que forma parte de una especie de universo paralelo al que, comercialmente, se ha identificado como First Wave. Un universo anclado en un espacio temporal reminiscente de los años ’30, al que se ha buscado dotar de connotaciones pulp, o policial negro con personajes protagónicos sin superpoderes, pero con capacidades humanas extraordinarias, como Bat-Man, Doc Savage, El Vengador, Los Halcones Negros y algunos otros no tan conocidos. Y el Spirit, por supuesto. El combo completo incluye (por ahora) la miniserie First Wave y los títulos regulares de Doc Savage y The Spirit. Y aún atando cabos argumentales con sus pares, este The Spirit tiene la decencia de mantener libre e independiente la comprensión de su trama.
La referencia a La ciudad desnuda (Naked City), el filme de 1948 que patentó el estilo semidocumental para el policial con protagonismo explícito de las calles y los callejones de la ciudad, aparece dibujado. Y se siente, se huele, en cada una de las notables viñetas de Moritat, cargadas con la dinámica narrativa de Eisner y aggiornadas al lenguaje actual del comic-book, sin resignar cierto sabor final europeo. Al arrancar la historia, Spirit y el bajo fondo comandado por Octopus están enfrascados en una guerra que ya lleva dos años. La corrupción policial es moneda corriente y, por lo que parece, el comisario Dolan tiene más buenas intenciones que logros en su trabajo. Primera parte de una trilogía, este número debut se toma su tiempo para mostrar el accionar mafioso, en una escena vista hasta el hartazgo en el cine gangsteril. Será por esa incapacidad para asumirse originales, que el crimen organizado contrata a Angel Smerti, femme fatale infaltable, infalible killer perteneciente a El Arbol Dorado, una organización europea de delivery de asesinos a sueldos.
Sin lugar para el humor (siempre presente en Eisner), el Spirit aparece aquí retratado como una obsesiva máquina de lucha contra el crimen, demasiado parecido a Batman, en un ambiente demasiado parecido al de Sin City. Un endurecimiento del personaje (a mi entender, innecesario) que poco le aporta y mucho le resta. Ya que para el lector no iniciado, aquel que conoció al Spirit por la fallida película de Frank Miller, le quedará el convencimiento de que el Spirit no es un personaje original, sino la copia acumulada de otros. Flojo prospecto para una serie considerada (y con razón) el Ciudadano Kane de los cómics norteamericanos.
Por suerte, The Spirit cuenta con una serie de complemento, The Spirit Black & White, dedicada a narrar historias quintaescenciales del Spirit, a cargo de autores rotativos y de primer nivel. Que alcen la lanza Denny O’Neil (guión) y Bill Sienkiewicz (dibujos), obligará a los que sigan sus pasos a esmerarse. Y mucho. Porque en esta corta historia de no más de ocho páginas, sí aparece el Spirit de Eisner. El mejor Spirit de Eisner, sabiamente reinterpretado por los autores. El Spirit testigo, canalizador del drama humano que corre por las calles de una ciudad desbordada. El Spirit que se sirve de la novela negra como medio de comunicación, que no la entiende ni asume como finalidad narrativa. El Spirit que es sólo una pieza en el rompecabezas que van armando las manos del Destino. El Spirit que no pasa de ser una herramienta a la hora de impartir justicia. Y en este caso, Justicia Poética.
Qué bueno.
Fernando Ariel García
Qué bueno.
Fernando Ariel García
The Spirit Nº 1
Guiones: Mark Schultz y Denny O’Neil
Dibujos: Moritat y Bill Sienkiewicz
Color: Gabriel Bautista
Editor: Joey Cavalieri
Portadas: Ladronn (regular) y Mark Schultz (alternativa)
40 páginas a todo color y en blanco y negro
DC Comics
ISSN: 7-61941-28940-3
EE.UU., junio de 2010
Guiones: Mark Schultz y Denny O’Neil
Dibujos: Moritat y Bill Sienkiewicz
Color: Gabriel Bautista
Editor: Joey Cavalieri
Portadas: Ladronn (regular) y Mark Schultz (alternativa)
40 páginas a todo color y en blanco y negro
DC Comics
ISSN: 7-61941-28940-3
EE.UU., junio de 2010
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