Serializadas y de un tirón. En blanco y negro y a todo color. En revistas y en libros. En su versión original y en el moderno remontaje sacrificador de viñetas (cómo en éste caso particular). En formato álbum, en tamaño pocket y hasta en su versión absolute. En el castellano de la Argentina y en el castellano de España. En mi italiano más cerca del cocoliche, en un incomodo inglés y hasta en un incompleto francés. Vengo leyendo las aventuras del Corto Maltés desde que las descubriera en las páginas del Skorpio Nº 1, allá por el lejano 1974. Y siempre me pasa lo mismo. Cada vez que vuelvo a releer cualquiera de esas brillantes amalgamas inventadas por Hugo Pratt, me sorprendo como la primera vez. Ya casi me las sé de memoria, pero no importa. Como con Cien años de soledad o Los Tres Chiflados, el conocimiento previo de lo que está por venir no alcanza para sabotear el impacto emocional y los alcances intelectuales de tamañas obras. Quizás porque siempre tienen algo nuevo para decir. O quizás porque sólo se dedican a hablar de las cosas que importan. Que son pocas y son siempre las mismas, aunque nosotros nos vayamos poniendo un poco más viejos y quisquillosos.
La juventud (La jeunesse de Corto Maltese, aparecida originalmente como tira en el diario Le Matin de Paris, entre el 5 de agosto de 1981 y el 1º de enero de 1982), una de las últimas historietas que Pratt le dedicara a su famoso alter ego es, de allí su elección para inaugurar la colección de libros editada por el matutino Clarín y la revista Ñ, la primera cronológicamente hablando. Y aunque haya quedado inconclusa y el Corto aparezca poco y nada en la trama, es un punto de partida preciso para uno de los itinerarios aventureros más interesantes del siglo XX. Por animarse a dejar testimonio de que la Aventura (o la búsqueda de ella) es el único combustible válido para vivir la vida. Y por exponer claramente las afinidades y diferencias entre el Corto Maltés y su ¿amigo? Rasputín, dos hombres capaces de dar la vida por el otro. O de tomarla, si fuera preciso.
El encuentro entre ambos cuenta con un mediador de lujo, Jack London, oficiando de reportero sobre el final de la guerra ruso-japonesa, entre 1904 y 1905. Un escenario preciso e impreciso a la vez, en donde se sigue peleando en el territorio aunque los despachos hayan decidido el cese oficial de las acciones bélicas. Tiempos de paz y guerra que le permiten a Pratt explorar la dicotomía consustancial del ser humano. El eterno debate entre el ser y el deber ser. La lógica tras la formación de alianzas y su relación con los vientos de la Historia capaces de derrumbar los ideales del Hombre. El peso de las deciones que se forjan al calor de una situación límite. La pérdida de la inocencia, si es que algo así puede existir en medio de la barbarie. La delgada línea que une/separa a la vida del sueño. Esa intersección que algunos confunden con el Destino.
Fernando Ariel García
Fernando Ariel García
Corto Maltés Vol. 1: La juventud
Autor: Hugo Pratt
Colorista: No acreditado
Traductor: No acreditado
72 páginas a color
Arte Gráfico Editorial Argentino
ISBN: 978-987-07-0772-1
Autor: Hugo Pratt
Colorista: No acreditado
Traductor: No acreditado
72 páginas a color
Arte Gráfico Editorial Argentino
ISBN: 978-987-07-0772-1
No hay comentarios:
Publicar un comentario