miércoles, 16 de enero de 2019

GLASS: FIN Y PRINCIPIO

Glass. Director: M. Night Shyamalan. Protagonistas: Bruce Willis, James McAvoy, Samuel L. Jackson, Sarah Paulson, Anya Taylor-Joy, Spencer Treat Clark y Charlayne Woodard, entre otros. Guión: M. Night Shyamalan. Buena Vista International / Universal Pictures / Blinding Edge Pictures / Blumhouse Productions. EE.UU., 2019. Estreno en la Argentina: 17 de enero de 2019. 

Diecinueve años después de El protegido y a dos de Fragmentado, M. Night Shyamalan cierra su trilogía superheroica con Glass, una película compleja y pretenciosa, lúdica y torpe, inteligente y tonta, siempre por partes y nunca del todo. Un cine de género que se aleja prejuiciosamente del prototipo industrial galvanizado por Marvel para recubrirse del prestigio cultural que implica una visita al patio-pathos existencialista sartreano. 

De la mano de los personajes encarnados por Bruce Willis, James McAvoy y Samuel L. Jackson, Shyamalan retoma su propio universo mítico, conformado por influencias cruzadas de otros medios y lenguajes, para deconstruir su corpus creativo. Y lo hace con introspectiva poesía y un oscuro sentimiento de nostalgia. Con el pesimismo como bandera, re-elabora su propia tesis y la expone, principalmente, a través de la palabra. Relegando la acción a segundo plano, conteniendo el alcance de su estallido para que la práctica no termine desdibujando a la teoría. 

Afiche dibujado por Alex Ross

Solemne y grave, sin espacio para el humor que permita descomprimir la densa carga dramática del ideario sometido a debate, la estructura narrativa del film refuerza el decir y el hacer de la psicóloga interpretada por Sarah Paulson: La necesidad humana de definir y encasillar aquello que no puede explicar. Principal acierto y principal error de Glass. En ese mundo, tan necesitado de lo extraordinario y tan poblado por lo ordinario, Shyamalam escoge una dialéctica específica para entender la naturaleza de lo sobrenatural. 


Y esa lógica que busca alcanzar la verdad mediante la confrontación de argumentos contrapuestos, no pertenece al cine sino al cómic. Tal vez por ello la cinta se haga lenta, con una larga seguidilla de falsos finales amontonados para preservar el golpe de efecto de un cierre que, contra todos los pronósticos, prioriza la baja escala visual en favor del grandilocuente alcance simbólico. Un final maravilloso para una cinta inestable, que se recompone al asumirse como lo que es: Un reboot. El cierre de un ciclo y el comienzo de un universo ampliado, reciclado y cohesionado desde el vamos. Y que ahora sí, por fin, parece haber encontrada la tríada fundacional que Shyamalan estaba buscando. 
¿Esta historia continuará? 
Fernando Ariel García

1 comentario:

  1. Interesante, desde el afiche ya me llama la atención. Después de esta reseña la voy a ver y sacaré mis conclusiones

    Abrazo!

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