(Información de prensa) ¿Puede desaparecer un pueblo? Los cuadros al sol, opera prima de Arian Frank, se estrenó en la Argentina el pasado 30 de julio. La película cuenta la historia de una colonia que, empañada en el industrialismo del inicio del siglo XX, se fue diluyendo hasta quedar sólo recuerdos y algunos indicios que nos aseguran que realmente existió.
Un joven camina por caminos de tierra y abre una tranquera que nos invita a pasar a un lugar de casas abandonadas a su suerte y una salina que permanece impertérrita ante el destrozo. De a poco, un grupo de personas que vivieron allí nos invita a adentrarnos en la magia del lugar a través de sus historias y la de quienes le dieron vida y significación.
La historia de la colonia de Salinas Grandes comienza con el asentamiento industrial de una empresa de explotación salinera.
Con el aumento de la producción se generó también un crecimiento en la población llegando a tener en su esplendor unos 700 habitantes. Enmarcada la colonia en un lugar privado, todos sus habitantes fueron alcanzados por el paternalismo que generaban las industrias de esa época: Casas para todos, pleno empleo, esparcimiento para los trabajadores y sus familias, educación y contención. De esta manera se fue amalgamando una comunidad con un sentimiento de pertenencia y recelo ante el mundo exterior que parecía lejano y con el cual no había una necesidad o un interés por relacionarse.
A inicios de los años 70, un ajuste presupuestario lleva a la Colonia a una de las mayores huelgas obreras de la región, tomando una gran envergadura y llevando a sus habitantes a actuar en conjunto y en forma totalmente solidaria. Aun cuando la división de clases y la accesibilidad podían hacer suponer una bifurcación de intereses como comunidad, el equilibrio solo fue roto con el anuncio del traslado de la fábrica a Macachín (a 12 km. de Salinas Grandes de Hidalgo). Fue entonces cuando esa comunidad, endogámica, tuvo que despojarse de sus celos y mudar con ellos la ilusión del paraíso perdido. No fue fácil el éxodo, el equilibrio se disolvía.
A través de las historias de sus habitantes, vamos descubriendo el maravilloso pasado de Salinas Grandes de Hidalgo y como un presente común los encuentra cercados por los pasados mejores y el deseo casi maternal del eterno retorno. Atados a un hermoso y destruido lugar de escombros y sal, los protagonistas de este documental caminan entre los restos de lo que fueron sus casas, sus calles, su pueblo mientras el sol quieto los mira siempre desde arriba.
Arian Frank: Nació en Bahía Blanca en 1982. Vivió dos años en Salinas Grandes hasta el fin del pueblo. Ya en Macachín, provincia de La Pampa, terminó sus estudios primarios y secundarios.
En 2001 comienza sus estudios universitarios en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Córdoba, para continuarlos desde 2004 en la Universidad de Buenos Aires. En 2006 comienza a trabajar en el área de sonido y en 2008 culmina los estudios de su Tecnicatura en Sonido y producción musical. En 2007 comienza con grabaciones, producciones y mezclas profesionales, trabajando con músicos de Argentina y de Latinoamérica. A partir de 2008 comienza sus estudios de música y composición. Desde 2010 trabaja en documentales en el área de sonido, Post-Producción y Musica original en cortometrajes y documentales como Postas de la memoria (Fernando Cola) y Otro lugar para mi sombra (Anna Rüegsegger), entre otros. En 2011 comienza a trabajar en la primera idea de la película Los cuadros al Sol donde co-escribe junto a Paula Ramirez y dirige. Actualmente se encuentra trabajando como productor artístico en múltiples proyectos musicales y escribiendo su nuevo proyecto documental.
“Buceando entre la ideología de estos tiempos voy encontrando similitudes generacionales con la gente cercana -asegura Frank-. Y dentro de esa trama, por momentos indescifrable, se erige la búsqueda de un origen como lugar recurrente. Cada uno como ser individual tiene su historia, pero esa historia particular, sabemos, se retroalimenta de la historia colectiva, de la cultura. Si bien es cierto que solo viví dos años de mi vida en este (para mi) mágico lugar, creo que bastaron para dejar esa huella imborrable, de esas que se dan en la infancia y que nos resignifican a lo largo de nuestra vida. Quedan en mi memoria caminatas por calles de árboles tan altos que me impresionaban desde mi pequeñez, algunos chapuzones en el agua salada y luego la ducha para no quedar blancos, las historias fantásticas del lugar. Esos regresos, que se dieron en cada vuelta a La Pampa, también fueron encuentros, con gente que, como yo, experimentaba en Salinas una extraña mezcla de calma con nostalgia, el dulce sabor de instantes de felicidad y el amargor por la certeza de lo que ya no vuelve. Y fueron sus historias las que también querían entender el porque de ese sentimiento".
Para el director, "a medida que fui haciendo consciente ese sentir, lo fui compartiendo con la gente, y eso me hizo ir encontrando una idea común sobre el lugar. Cientos de vidas diferentes convergían ahí, bajo ese sol particular, sobre ese suelo tan lleno de subjetivas realidades, regadas de mitos ranqueles, de historias realmente increíbles. Y el encanto que genera en personas que ni siquiera habían oído del lugar. Creo que muchas veces uno hace las cosas y luego busca el por qué, en este caso hay una idea relacionada con el inconsciente que suele aflorar: a veces solo, otras por una búsqueda. La idea del retorno, el instinto maternal del regreso, y esa palabra... Origen, son sin duda el primer gran motor de esta idea, si bien subcutánea, tan arraigada. Cuando comencé a visualizar la idea del documental también sentí que era una buena forma de mostrarle, sobre todo a los chicos que viven en Macachín, (y sueño que sea extensivo) que mas allá de las carreras convencionales existen otras profesiones igual de serias y comprometidas. Los complejos para con los estudios alternativos hacen creer de que es imposible seguir con ese camino que uno tanto desea y en muchos casos termina por desalentar la idea de concretarlo. No es solo la perfección pictórica del lugar, no es solo un pueblo abandonado en medio de la pampa, no solo son historias sobre Calfucurá y la campaña del desierto… es todo esto y mucho más. Intentar comprender la fuerza que genera es, también, ver cuanto de esa historia hay en mi”.
¿Por qué el titulo? Según Frank “hay una búsqueda poética y musical en toda la película. Es quizás el traslado desde el relato musical al cinematográfico. El nombre puntualmente tiene dos partes importantes: Cuadros y sol. Los cuadros representan algo que se hizo, una obra que queda, que pasa, una fijación de un momento o pensamiento; y el sol tiene que ver con lo cíclico, con la renovación, con la fuerza del mañana. Los dos elementos los conjugue en esa frase, como una contraprestación de esos cuadros, como una mirada diferente de los hechos, como la distancia de ver algo a lo lejos.”
Siempre que visito tu blog encuentro algo nuevo que me llama la atención. Esta película se ve prometedora.
ResponderEliminarPor cierto, también quería invitarte a que leas mi cómic:
https://www.comixology.com/Un-American-Chronicles-1/digital-comic/95418
Si te gusta, espero que te animes a escribir una reseña.
Saludos,
Arcadio B.